Muere el fundador de Ikea, Ingvar Kamprad, a los 91 años

La Voz

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Mila Méndez

«Falleció en calma en su casa» en el sur de Suecia, según el anuncio realizado por la firm

28 ene 2018 . Actualizado a las 17:32 h.

Feodor Ingvar Kamprad, fundador de la cadena sueca de muebles y objetos para el hogar Ikea, ha muerto a los 91 años, informó este domingo la empresa en un comunicado.

«El fundador de Ikea y uno de los mayores empresarios del siglo XX, Ingvar Kamprad, falleció pacíficamente en su casa en Smaland, Suecia, el 27 de enero», dijo la compañía en un comunicado de prensa.

 Hijo de campesinos de la provincia sueca de Smaland, Kamprad se ha convertido en uno de los hombres más ricos del mundo con una promesa que conquistó a millones de consumidores: decorar una casa de ensueño a muy buen precio. Su imperio emplea a 150.000 personas y genera un volumen de negocio de 30.000 millones de euros. Aunque se jubiló hace años, Kamprad sigue de cerca la evolución de su empresa.

La historia de Ikea arranca en 1943. El joven Ingvar sentía poco interés por los estudios y a los 17 años se lanzó en el comercio, esforzándose por vender más barato que la competencia. Vendía sobre todo cerillas, que entregaba en bicicleta, y más tarde bolígrafos, marcos, artículos de decoración y máquinas de escribir... En 1947, vendió sus primeros muebles fabricados por carpinteros locales y al cabo de cuatro años sacó su primer catálogo, editado actualmente a 200 millones de ejemplares.

En 1956, a un empleado suyo se le ocurrió desmontar las patas de una mesa para meterla en el maletero de un coche. Con el tiempo Kamprad convirtió en un arte el concepto del mueble para montar, más fácil y más barato para el almacenamiento y transporte.

Ikea es un acrónimo famoso en el mundo entero: son las iniciales de Ingvar Kamprad, Elmtaryd y Agunnaryd (su nombre y su dirección por aquel entonces).

Para rebatir la idea de que sus muebles son de mala calidad abrió una primera tienda en la pequeña localidad de Älmhult en 1958 con el fin de exhibirlos.

Pasado nazi

Cinco años más tarde comenzaba una expansión internacional desenfrenada. Ingvar Kamprad estaba convencido de que la receta podía funcionar en todas partes: precio de coste y de venta bajo, estandarización, autofinanciación y diseño escandinavo. A partir de los años 1970 conquistó Suiza, Australia, Canadá, Francia, Estados Unidos, Rusia, Asia y Oriente Medio. Como cada vez se hacía más rico optó por obtener beneficios fiscales. En 1973 se fue de Suecia a Dinamarca y en el 77 se instaló en Suiza.

La estructura opaca del grupo también es herencia suya. Los cargos ejecutivos, la estrategia, la concepción de los productos continúan en Småland, pero desde un punto de vista jurídico y contable, Ikea está formada por una serie de fundaciones y compañías en Holanda, Luxemburgo, Suiza y Liechtenstein.

En 1994, un diario reveló los vínculos existentes entre Kamprad con un grupúsculo nazi sueco durante y después de la Segunda Guerra Mundial. En una carta a sus colaboradores reconoció que había sido el «error más grave de su vida», que atribuye a los vínculos nacional-socialistas de su familia paterna, de origen alemán.

Vive sin grandes lujos 

La prensa solía burlarse de su Volvo viejo y de su tarjeta de fidelidad del supermercado, por la que obtenía descuentos. «Creo que toda mi ropa la he comprado desde siempre en mercados de segunda mano. Quiero dar un buen ejemplo», declaró a la televisión sueca TV4, en una de sus pocas entrevistas.

En los años 2010 se fue jubilando progresivamente para ceder los cargos a sus tres hijos, con los que mantuvo una batalla judicial por la herencia del imperio.