Más de 40.000 trabajadores asturianos quieren ampliar su jornada para ganar más

Luis Fernández / G. LEMOS REDACCIÓN

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Un trabajador en un andamio
Un trabajador en un andamio

Solo el 1,5% de las personas que encontraron empleo el año pasado accedieron al puesto gracias a las gestiones del antiguo Inem

30 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El empobrecimiento de la clase trabajadora se ha acelerado en los últimos años a un ritmo vertiginoso. Los datos evidencian que el mercado laboral ha mejorado, pero las condiciones no siempre sirven para llegar a fin de mes. De ahí que más de 40.000 trabajadores de la región quieran ampliar su jornada para ganar más dinero. A pesar de que la cifra de personas en esta situación sigue siendo muy elevada, los datos detallados de la Encuesta de Población Activa (EPA) demuestran que la situación mejora conforme se consolida la recuperación económica y la cifra de asturianos en busca de más horas de trabajo se redujo en casi 4.000 personas en los últimos doce meses.

Los que aún están en esa tesitura -habría que hablar en femenino, porque dos de cada tres son mujeres- aseguran de forma mayoritaria a los entrevistadores del INE que valorarían cualquier opción para conseguir aumentar su jornada de trabajo (y, con ello, su nómina). Hasta un 40% de los consultados dicen que estarían dispuestos tanto a ampliar su horario en su empleo actual como, si es necesario, buscar otro complementario o, directamente, cambiar de trabajo.

Entre los que sí se mojan, no hay dudas: la opción preferida sería mantenerse en su puesto, pero con más horas (casi un 36,7%), seguidos por los que optarían por cambiarse a otra empresa que les ofrezca una jornada mayor (14,5%) y son minoría los que optarían por compaginar dos empleos (apenas un 2,4%).

De los más de 40.000 asturianos que aseguran que desearían trabajar más horas, casi nueve de cada diez (36.100) son catalogados por el INE como subempleados, lo que quiere decir que su afirmación no es caprichosa, sino que realmente su jornada es inferior a la que suelen realizar los ocupados a tiempo completo en su mismo sector de actividad. Son un 13% más de los que se encontraban en esa situación en el 2007, antes de la crisis, una muestra de la fuerte precariedad que aún existe en el mercado de trabajo.

Intermediación laboral

Ni dos de cada cien trabajadores consiguieron su puesto a través del servicio de empleo público. La explotación de los números de la EPA ofrece otros datos sobre el mercado de trabajo, entre ellos la escasa eficiencia del servicio público de empleo a la hora de recolocar a los parados. Según la estadística, de los más de 319.400 asturianos asalariados que había el año pasado, solo 5.000 (apenas un 1,5% del total) habían . Son cuatro décimas de los que entraron al mercado laboral a través de las empresas de trabajo temporal, que colocaron al 1,9% de los empleados por cuenta ajena en la comunidad. 

El BCE advierte que España es el país que más empleo a tiempo parcial involuntario ha generado tras la crisis

Que haya tantos trabajadores con jornadas laborales más reducidas de lo que les gustaría no es más que otra muestra de la precariedad en la que se ha instalado el mercado laboral tras la crisis, que constata hasta el Banco Central Europeo. En un artículo sobre la evolución reciente del empleo a tiempo parcial en las mayores economías de la eurozona, publicado en su boletín económico, el BCE apunta a España como el país donde más ha crecido el empleo a tiempo parcial involuntario. Esto es, aquellos casos en los que no son los trabajadores los que desempeñan por decisión propia un puesto con jornada reducida para conciliar, sino que deben aceptar ese empleo por horas porque la única alternativa es irse al paro.

Un «considerable» repunte del subempleo -aún no compensado por la recuperación- que la autora del estudio cree que obedece «a los cambios introducidos en la regulación del empleo a tiempo parcial», así como a «un aumento de la oferta de trabajo en términos de horas».

El informe del BCE recuerda que estos subempleados a tiempo parcial «suelen tener menos seguridad en el trabajo, menos satisfacción y salarios más bajos», por lo que entiende que «puede considerarse empleo precario».