El comercio asturiano apuntilla las bolsas de plástico

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCIÓN

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SIMÓN BALVÍS

El 1 de julio entra en vigor la obligación de cobrar hasta 15 céntimos por cada bolsa. Las tiendas no repondrán sus stocks y creen que en ocho meses ya no habrá. «¿Van a contaminar menos porque se paguen? La solución sería prohibirlas», insisten

15 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Unos hace tiempo que ya se han pasado a otras alternativas alejadas del plástico. Otros, pese a tener abundante stock aún, tienen claro que no van a volver a reponerlo. A partir del 1 de julio, todos los comercios tendrán que cobrar entre 5 y 15 céntimos, según el grosor, por las bolsas de plástico a raíz de la entrada en vigor de un real decreto que prohíbe su entrega gratuita. Solo seguirán siendo gratuitas, de momento y hasta que se prohíban en 2021, las ligeras que se utilizan para envolver por ejemplo la carne y el pescado, excepto si son de plástico compostable.

«Desde febrero ya venimos advirtiendo a los socios de que dejen de comprar grandes cantidades de bolsas», asegura la gerente de la Unión de Comerciantes del Principado de Asturias, Carmen Moreno, que no acaba de ver con buenos ojos una medida que, en otros países, está yendo mucho más allá al prohibir directamente las bolsas de plástico por su elevado impacto en el medio ambiente.

Una bolsa de plástico tarda al menos 60 años en degradarse y cada español consume al menos cada año 144. Los últimos datos de Asturias son de 2010, año en el que se calcularon 324 millones de bolsas de plástico. Más de 300 al año por cada asturiano. «La solución a la contaminación no es pagar, sino prohibir. El anterior Gobierno de España no tuvo el valor necesario para hacerlo, pero lo que hay que hacer es prohibir las bolsas de plástico», insiste Moreno, que lanza esta pregunta: «¿Van a contaminar menos porque se vayan a pagar? En el fondo, se van a seguir fabricando pareciendo que cuidamos el medio ambiente porque hay demasiado lobby del plástico presionando», lamenta.

Tápers para pescaderías y carnicerías

Sea como fuere, calcula que «en seis u ocho meses», a partir de que entre en vigor la nueva norma con la que España cumple por fin una directiva europea de 2015 tras una serie de aplazamientos, las bolsas de plástico acabarán desapareciendo de los pequeños y medianos comercios asturianos. «La mayoría ya tiene claro que no van a volver a comprar mas una vez que acaben con las existencias de stocks que aún tienen. Tenemos claro que no quieren que el cliente pague más y esto, al fin y al cabo, lo acaba pagando el cliente. Además ya hay muchas bolsas de papel, cartón, papel cartón o papel tela que aguanta más», indica Moreno, que pone incluso un ejemplo personal: el de la pescadería a la que ella misma va a comprar. 

«La pescadera hace tiempo que compró unos tápers en los que nos prepara el pescado para que nos los llevemos a casa, los lavemos y se los volvamos a llevar en la siguiente compra. Es cierto que en las pescaderías y en las carnicerías hay más problema, quizá tarde más el cambio e hábitos, porque al final se trata de una cuestión de cambio de hábitos. En Alemania ya hay un supermercado sin plásticos al que llevas tus tápers para la carne y el pescado. Y esto lo vas a poder hacer en cualquier tienda de proximidad, en la que dejes tu capazo y digas que metan lo que quieres comprar. Es una cuestión de cultura de todo el mundo», considera.

Ausencia de una campaña oficial de concienciación 

De momento, los socios de la Unión de Comerciantes, a partir del próximo 1 de julio, advertirán de este cambio que obliga a cobrar por las bolsas de plástico a sus clientes con carteles informativos en sus escaparates. En estos meses, Moreno explica que buena parte de las consultas que les han hecho llegar sus asociados tenían que ver con cuál era el precio que tienen que cobrar por las bolsas de las que aún disponen. «Simplemente tienen que consultar con sus proveedores», indica Moreno. También Magdalena Huelga, de la Federación Asturiana de Comercio, dice que esta cuestión copa las consultas de sus federados. «Las compras de las bolsas se realizan al por mayor y necesitan saber lo que tienen para acreditar qué es lo que vas a cobrar», explica, indicando que también se les hizo llegar una circular informativa con los cambios previstos a partir de julio y con los futuros que prohibirán definitivamente en 2020 las bolsas de plástico que no sean compostables al menos en un 50%. 

«No vale que las cobres eternamente y, en cualquier caso, hace tiempo que tiendas por ejemplo del sector textil o zapaterías se han ido hacia el cartón o el papel», indica, considerando que este cambio no influirá tanto en el consumo puesto que «en medianas y grandes superficies hace tiempo que se cobra la bolsa y a los consumidores no les va a caer de sorpresa» y que son muchos los consumidores que llevan sus propias bolsas a los comercios. Sí echa en falta, aún así, una campaña de concienciación por parte de las administraciones. «El Ministerio había quedado en facilitar un cartel informativo para colgar en los escaparates y había anunciado que iba a hacer una campaña, pero no hemos visto nada aún», dice.