El consumo de pescado vuelve a caer y acumula ocho años a la baja en España

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

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PEPA LOSADA

Cada ciudadano tomó de media 23,7 kilos, siete menos en un ejercicio, con un gasto por debajo de los 200 euros

08 ago 2018 . Actualizado a las 07:20 h.

España, tradicionalmente en cabeza del ránking mundial de consumo de pescado, junto con Japón, parece estar relajando sus buenos -y saludables- hábitos alimenticios. Según los datos del último Informe del Consumo de Alimentación, recientemente publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la compra de pescado en los hogares españoles el pasado año cayó un 3,3 %, situándose en 1.082,4 millones de kilos, que equivalen a 23,73 kilos per cápita al año de media (casi siete kilos menos que el año anterior).

El descenso del consumo, sin embargo, no se reflejó en el valor de los productos pesqueros, que creció un 0,9 %, hasta los 8.971 millones de euros, debido al incremento del precio medio, ya que los productos del mar se encarecieron un 4,4 %, cerrando en 8,29 euros el kilo en diciembre.

En este escenario, los hogares destinaron algo más del 13 % de su gasto en alimentación a la pescadería, lo que se traduce en un desembolso medio de 196,71 euros al año para adquirir los casi 24 kilos de pescados y mariscos que se consumieron per cápita.

El estudio también muestra que la tendencia de que los españoles pongamos menos platos marineros en la mesa no es puntual: la caída del consumo se repite desde hace ocho años y solo escapan a la reducción gradual las conservas.

Menos en casa, más fuera

Sin embargo, tampoco se trata de alarmar, ya que, si bien se come menos pescado en casa, ocurre lo contrario cuando vamos al restaurante. El ministerio estima que fuera del hogar se consumieron en torno a 134,5 millones de kilos de pescados y mariscos durante el 2017, lo que se traduce en una media de cuatro kilos por persona y año.

Que nos tire más pedir productos del mar en la carta del restaurante que a la hora de cocinarlos en casa explicaría, según apunta el informe, parte del descenso de las compras domésticas, aunque más del 86 % de todo lo que se vende es para consumir en el hogar.

El producto fresco es la estrella

El rey de la cesta de la compra es el pescado fresco, que representa casi la mitad de todo el que se consume (concretamente el 44,4 % del total). Le siguen las conservas de pescados y moluscos, que frisan el 20 %, y, a distancia, mariscos frescos y congelados. Es decir, que de los casi 24 kilos de diferentes pescados que ingerimos de media al año, algo más de 10,5 son de producto fresco, que suponen un gasto por cápita de 81,66 euros, casi un 5 % menos que un año antes.

A pesar del tirón de lo recién pescado, su consumo decreció un 5,1 % (el valor de facturación también cayó, aunque de forma más moderada, debido a la subida del precio medio, del 4,2 %).

En el podio de las preferencias, al pescado fresco le siguen las conservas. Tanto, que cada español come de media al año casi 4,5 kilos de todo tipo: desde sardinas o atún a calamares, mejillones o ahumados. De hecho, a diferencia del producto recién pescado o congelado, las compras de conservas son las únicas que se han incrementado (casi un 2 %).

En lo que parece que no hay cambios es en las preferencias a la hora de llenar la cesta de la compra, ya que en más de la mitad de los casos escogemos el supermercado, seguido de la tienda tradicional y del hipermercado. En cualquier caso, en consonancia con la caída del consumo, lo despachado en todos los canales de venta -con la única excepción de las compras en Internet- se ha resentido en el 2017.

Los beneficios de incluir en la dieta habitual los productos del mar

Merluza, atún, caballa, langostinos, mejillones, pulpo, sardinas, berberechos, rape, salmón, bocartes... La variedad es tanta que es prácticamente imposible no dar con un pescado o marisco que cautive el paladar. Y no solo eso. Porque los beneficios de incluirlos habitualmente en la dieta son múltiples y muy variados.

Así, por ejemplo, los ácidos grasos Omega-3, en los que son ricos los pescados, son los aliados perfectos para mantener la salud cardíaca. De hecho, la American Heart Association ha publicado recientemente un estudio en el que recomienda el consumo de pescado, especialmente el azul, rico en Omega-3, dos veces por semana para ayudar a reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, paro cardíaco e isquemia, el tipo más habitual de accidente cerebrovascular.

Además, los expertos en nutrición que realizaron el estudio también concluyeron que, frente al miedo que existe por la potencial presencia de mercurio, los beneficios de comer pescado superan «sustancialmente» cualquier riesgo. Porque la protección cardiovascular no es su única ventaja asociada: también se recomienda su consumo para reducir (hasta casi la mitad) el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple, según un estudio realizado por investigadores del Centro Kaiser Permanente de Pasadena (EE.UU.) y presentado este año en el congreso de la Academia Americana de Neurología.

Otras investigaciones norteamericanas vinculan también la mejor calidad del sueño de los niños y un mayor coeficiente intelectual al consumo de pescado rico en ácidos grasos.