«Con la subida de la electricidad, los autónomos estamos perdiendo dinero»

Carmen Liedo REDACCIÓN

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Panadería Pichi, ubicada en Tudela Veguín
Panadería Pichi, ubicada en Tudela Veguín

Los negocios de panadería y peluquería son dos de los que más se resienten con la escalada del precio de la energía en tanto que apenas pueden tomar medidas de ahorro

23 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Vamos aguantando como buenamente podemos». El que habla es José Antonio Felgueroso ‘Pichi’, propietario de la Panadería Pichi, de Tudela de Veguín, pero bien podría decir esa misma frase cualquier autónomo de los que, además de afrontar las complicaciones de ser trabajador por cuenta propia, en los últimos meses han tenido que hacer la cuadratura del círculo para pagar las facturas de una electricidad que no para de subir pero que resulta imprescindible para sus negocios. Dos de los que más se resienten con la escalada del precio de la energía son, precisamente, las panaderías y las peluquerías, establecimientos en los que apenas se pueden tomar medidas de ahorro porque su productividad depende de que hornos, amasadoras, secadores o planchas de pelo estén encendidos. Sin embargo, el precio de la barra de pan o del peinado no va en función del coste energético, con lo que Pichi asevera que «con la subida del precio de la electricidad estamos perdiendo dinero».

José Antonio Felgueroso no tiene una estimación de cuánto más ha podido pagar de luz en el último año, pero asegura que ha notado la escalada del precio de la electricidad cuando el pasado jueves fue a abonar la última factura. «En los últimos tres o cuatro meses nunca llegué a pagar 350 euros de luz, el recibo que acabo de pagar era de 499 euros», señala el propietario de Panadería Pichi, que ve complicado reducir el consumo de energía por el tipo de negocio que tiene. En vista del aumento del precio de la electricidad, hace unos días decidió desconectar una cámara de fermentación controlada que tiene en su negocio. «La paré y voy a esperar a que me pasen el próximo recibo para ver cuánto me supone», comenta Pichi. El mismo añade que el de la electricidad no es el único coste que han tenido que afrontar. También el del gasoil. «Si hace dos meses pagué 190 euros, en la última ocasión que recargué pagué 20 euros más, y aquí se recarga cada 15 días», explica.

Con estas subidas de la energía, asegura que en un negocio familiar como el suyo, «estamos perdiendo dinero», y como el precio del pan sigue siendo el mismo desde hace años, apostilla que «vamos aguantando como buenamente podemos».

Repercusión en los salones de peluquería

Más que «notoria» ha sido también la repercusión del aumento del recibo de la luz en las peluquerías en los últimos meses. César Falcón dirige dos salones en El Entrego, uno de ellos desde hace décadas. Su estimación es que en el último año ha pagado de media 45 euros más cada en cada recibo, lo que significa que desde el mismo mes de 2017 la electricidad le ha supuesto unos 540 euros más. Sin embargo, explica que las mediadas a tomar en una peluquería pueden ser, poco más que el cambio de las luces por unas de lead, porque el consumo diario de energía es más difícil de controlar al depender su producción de aparatos eléctricos, como pueden ser los secadores, con un consumo medio todos entorno a unos 2.900 watios; con planchas de cabello de 2.200 w, los calentadores eléctricos 1.900 w o el solárium 5.000 w. «Son difíciles de bajar ya que estos consumos van en relación a la productividad generada por la demanda de los clientes en cada salón de peluquería», comenta César Falcón.

Recuerda que el incremento del precio de la luz de los últimos meses no es lo único a lo que han tenido que ir haciendo frente en los últimos años, y hace referencia César Falcón a la subida de impuestos como el IVA, pasando del 18% al 21% en septiembre de 2012, siendo ministro Montoro (PP), o como siendo ministro Soria, este incremento la subida de la potencia contratada en cada recibo de luz, repercutiendo todo ello en el recibo de la electricidad.

En opinión de César Falcón, la solución a esta problemática pasa por bajar el IVA, como mínimo, del 21%  al 10%  que es el porcentaje con el que están gravados los servicios de hostelería. «Creo que es más importante para la sociedad poder pagar el recibo de la luz que ir a comer a un restaurante de dos tenedores o ir a un hotel de cinco estrellas», considera el mismo, que también plantea «sacar los impuestos que se pagan en cada recibo de luz como son los costes regulados, el impuesto que se abona cada mes a las energías renovables, cogeneración y residuos, etc...». Además, aprovecha para reivindicar que se baje el IVA al sector de la peluquería del 21% al 10%, como estaba antes. «Seria de un buen agrado para el sector», destaca César Falcón que entiende que «el servicio de higiene capilar y no es un servicio de lujo como pretenden los gobiernos».