Donde la empresa te lleve: de Alemania a Chile en busca de nuevos retos

Carmen Fernández REDACCIÓN

EMIGRACIÓN

 Arantxa Arroyo de Miguel en Chile
Arantxa Arroyo de Miguel en Chile

Arantxa Arroyo es una asturiana que emigró para conocer diversas culturas, deseo que ha conseguido gracias a su carrera profesional

05 mar 2019 . Actualizado a las 16:43 h.

Arantxa Arroyo de Miguel es una asturiana que tras estudiar dos carreras: Ciencias Empresariales y Contabilidad y Finanzas y un MBA en Dirección de Empresas decidió emigrar a Düssedorf en 2015. Allí comenzó su carrera profesional, aprendió un nuevo idioma y pudo conocer a fondo la cultura y costumbres alemanas, así como visitar otros países europeos debido a su situación muy próxima a otros destinos. Hoy, tras tres años viviendo en el país germano, acaba de mudarse a Chile para abrir una filial con la empresa para la que trabaja como sales manager, lo que le permitirá conocer nuevos lugares gracias a su proyecto de expansión por el continente. A pesar de las grandes diferencias entre los dos países, Arantxa afirma que ambos tienen en común las oportunidades laborales, así como puestos de gran responsabilidad destinados a gente joven. 

«Siempre quise aprender un nuevo idioma y tuve muy claro que lo más óptimo para conseguirlo sería tener la necesidad por obligación de expresarme en esa lengua», afirma Arroyo, nacida en Luarca y residente por aquel entonces en Oviedo. Esas ganas de aprender y vivir una nueva experiencia, también compartidas con su pareja, los llevaron a mudarse a Alemania, un país perfecto para conocer un nuevo idioma y visitar otros lugares por su ubicación en el centro de Europa. Pero la llegada a Düsserdof, ciudad en la que vivieron tres años, no fue fácil al principio, tal y como cuenta: «La llegada a Alemania fue dura, en pleno invierno y con un trabajo que no me gustaba, nunca había salido de casa como quién dice... Aunque contaba con el apoyo de mi familia, fue un contraste grande para mí». Una situación que fue cambiando con el tiempo, gracias a que la asturiana pudo apuntarse a una academia para mejorar el alemán, lo que le permitió relacionarse mejor y crecer laboralmente. Los amigos que hizo en su aventura, chilenos y españoles, y pasar de ser sales coordinator (coordinadora de ventas) a sales manager (jefa de ventas) fueron determinantes en la siguiente mudanza de su vida donde ahora ejerce este último puesto. 

 Chile, el gran desconocido de Sudamérica

Arantxa se mudó a Santiago de Chile el pasado 30 de enero para ejercer su puesto de Sales Manager en una nueva filial de su empresa, que tiene como objetivo expandirse por el continente. Un proyecto empresarial que sin duda le dará la oportunidad de conocer muchos países. «Es increíble la cantidad de oportunidades que hay para los jóvenes, tanto en Alemania como en Chile. Fue una de las primeras cosas que me llamaron la atención, poder encontrarte gente muy joven en puestos de gran responsabilidad», afirma la asturiana. Aunque entre ambos lugares también hay grandes diferencias.  Los estilos de vida, por ejemplo, siendo el alemán «mucho más ordenado a la par que eficiente y el chileno algo más calmado pero sin perder esa efectividad», tal y como afirma Arroyo que añade que España estaría en un equilibrio intermedio entre los dos. El habla hispana y el clima también le han facilitado la adaptación a un país que describe como el gran desconocido de América latina: «Chile es sorprendente. En muchos puntos de la ciudad de Santiago, uno no sabría decir si se encuentra en Europa o en Sudamérica».

Una ciudad que cuenta, además, con historia asturiana, en la que residen muchas segundas y terceras generaciones de emigrantes, que incluso fundaron un centro en el que se realizan actividades típicas de la tierrina, como jugar a los bolos o beber sidra. Pero a pesar de la afluencia astur, Arantxa echa de menos su casa, así como el clima, la comida y los paisajes cantábricos. «Vuelvo más o menos tres veces al año y no encuentro grandes diferencias, solo la dificultad cada vez mayor en los últimos tiempos de poder coger un avión sin necesidad de recorrerme todo el norte de España, problema que espero tarde o temprano se resuelva», denuncia Arroyo. Quizás su próximo destino esté, precisamente, en su vuelta a casa: «Volveré con toda probabilidad dentro de unos años. Después de conocer tantos países puedo decir con conocimiento de causa que Asturias lo tiene todo y dentro de ese todo, lo mejor».