El fuego calma su ofensiva sobre Galicia

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Ayer consiguieron estabilizarse buena parte de los incendios que habían castigado la comunidad en los últimos días, aunque surgieron nuevos focos en Baralla y Cualedro. Este, todavía activo, ha calcinado ya más de 274 hectáreas

14 ago 2016 . Actualizado a las 14:04 h.

Los incendios siguen tragándose hectáreas de suelo en Galicia, pero las llamas calmaron su voracidad y permitieron a los servicios de extinción controlar buena parte de los que estaban activos e incluso extinguir algunos de los más devastadores. El de Porto do Son, único que el viernes quedaba en situación 2, la que se decreta cuando hay riesgo de que el fuego afecte a viviendas, salió el sábado de esa zona de riesgo y pudo ser estabilizado. Prendieron, sin embargo, otros dos: uno en Baralla y otro en Cualedro. El primero, que calcinó 60 hectáreas, quedaba controlado esta mañana. El segundo permanece activo con unas 274 hectáreas afectadas. Además, Medio Rural ha informado de un nuevo foco, en el concello ourensano de Vilardevós

Tras el voraz fuego que el año pasado calcinó más de 3.000 hectáreas en Cualedro, las llamas regresaron en la tarde del sábado a la zona. El incendio se complicó, según indicaron fuentes de los medios de extinción, a última hora de la tarde, y había un frente de fuego de una dimensión considerable. Se inició en el lugar de San Millao a las tres y media y en su extinción trabajaron 17 brigadas, 7 helicópteros y 5 aviones.

El incendio forestal declarado en la tarde del viernes en la zona de O Val, en Narón, fue dado por extinguido por la consellería a las 18.13 horas del sábado. Según las estimaciones de la Xunta, las llamas arrasaron 41,37 hectáreas, de las cuales 18,24 corresponden a zona arbolada y 23,13 a monte raso. También mejoró el estado del fuego que afectó a la parroquia de O Freixo, en As Pontes. La Xunta movilizó a 5 agentes, 11 brigadas, 4 motobombas y 3 helicópteros en un operativo en el que también participaron los Bomberos do Eume. El fuego afectó a una zona arbolada y no había ninguna casa cerca. Según las primeras estimaciones, arrasó unas 18 hectáreas.

Controlados

El de Porto do Son, que sigue ardiendo después de haber quemado unas mil hectáreas, se mantiene controlado. Controlados están también los de Baralla (60 hectáreas), Arbo (1.583), Crecente (300) y Santiago (800).

Extinguidos

Durante la jornada del sábado, además, los equipos consiguieron extinguir el fuego que el lunes se había iniciado en Caldas y que calcinó 300 hectáreas de arbolado, además del de Narón, el de Laza (50 hectáreas) y el de Cerdedo (20). Por la noche se apagaron los de Avión (334), Catoira (100) y los dos de Soutomaior (de 300 hectáreas cada uno) y este domingo ha quedado extinguido el incendio registrado en el municipio pontevedrés de Cotobade, concretamente en la parroquia de Carballedo. Las llamas han afectado, según las últimas estimaciones, a una superficie de 54 hectáreas de monte arbolado.

Con todo, a lo largo del día surgieron también algunos focos en otras localidades, si bien ninguno de ellos llegó a sobrepasar las veinte hectáreas. Uno en el Concello de Ourense y otro en Monforte son ejemplo de ello.

Ante la ola de incendios de los últimos días, los profesionales del Servicio de Prevención y Defensa contra los Incendios Forestales de la Consellería do Medio Rural reclamaron «un modelo público e único como garantía de eficacia contrastada e de servizo á cidadanía». Las centrales sindicales CC.OO., CIG, UGT y CSI-F ofrecen «un diálogo construtivo» a la consellería para conseguir que Galicia cuente con un dispositivo adecuado a sus necesidades.

Durante los últimos días participaron en la extinción de los más de 200 incendios que hubo en la comunidad en torno a 700 trabajadores. Los equipos de la Xunta y municipales colaboraron con los medios enviados por el Ministerio de Medio Ambiente y con el personal de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que envió a luchar contra el fuego en Galicia a unos 300 militares. El fuego se combatió por tierra y también por aire, con un buen número de aviones y de helicópteros, tanto de la Xunta como del Gobierno central.

7.000 hectáreas desde el lunes

Desde el pasado lunes se quemaron en torno a 7.000 hectáreas de terreno forestal en las cuatro provincias gallegas, si bien la concentración de fuegos fue más intensa en las provincias de A Coruña y, sobre todo, Pontevedra. En un único incendio, el que se inició el miércoles en Arbo, se quemaron 1.583 hectáreas de monte. Es, hasta ahora, el peor del año. Un año en el que han ardido ya en Galicia unas 8.800 hectáreas de terreno, el 75 % de toda la campaña del 2015, que se había cerrado ligeramente por debajo de las doce mil hectáreas quemadas. La comparación es mucho más dolorosa si se tienen en cuenta los datos del 2014, en el que no se alcanzaron las 2.000 hectáreas quemadas, una cifra que ahora no está lejos de quintuplicarse.

Con información de Rubén Nóvoa, Carla Elías y María Santalla.

Medio Rural estudia echar paja en las zonas quemadas para prevenir la pérdida de suelo

Ante la amplia superficie arrasada por el fuego en los últimos días, la Consellería do Medio Rural ha comenzado a trabajar ya en la elaboración de un plan de prevención encaminado a evitar la pérdida de suelo en las zonas afectadas. Desde el departamento autonómico anunciaban que en los próximos días se organizarán una serie de reuniones para coordinar las actuaciones y definir qué medidas son las más adecuadas para evitar los arrastres y la erosión del suelo, aunque la consellería asegura que la solución adoptada en otras ocasiones, cubrir el suelo con paja, dio buenos resultados.

De todos modos, Medio Rural avanza que se llevarán a cabo diversos estudios para ver cuáles son las actuaciones más convenientes en función del tipo de suelo y del daño que haya sufrido. A partir de las conclusiones de este análisis se planificarán las acciones que se llevarán a cabo sobre el terreno, que darán prioridad a las zonas más afectadas por el fuego. Dado que han ardido varios montes cerca del mar, el departamento que dirige Ángeles Vázquez trabajará con la Consellería do Mar para evaluar las zonas más sensibles en cuanto al posible arrastre de materiales quemados a los bancos marisqueros.

Cubrir el terreno quemado

En otras ocasiones, sobre todo después de los graves incendios del 2006, la Xunta recurrió a la técnica conocida como mulching, que consiste en proteger el suelo cubriéndolo con un material para evitar su arrastre y su erosión. Tras la oleada de hace diez años se empleó fundamentalmente paja para la protección de los montes que se habían quemado.

Dados los buenos resultados que ha dado esta técnica, la consellería estudia la posibilidad de volver a emplearla en las zonas más altas, con mayor pendiente y en las cabeceras de las cuencas de los ríos. En función de las características del lugar, esta técnica puede aplicarse utilizando medios terrestres o por aire.

En las anteriores ocasiones en las que se aplicó este método el resultado fue bueno, ya que se apreció, tras la aplicación de un manto vegetal sobre el suelo, una reducción de los arrastres. Esto significa que la pérdida de suelo, una de las consecuencias de los incendios, disminuye, y también es menor la llegada de sedimentos a los ríos y al mar. De esta manera se consigue preservar la calidad del agua y comenzar la regeneración de la vegetación, que contribuirá, a su vez, a consolidar el suelo.