El segundo rastreo con voluntarios termina sin pistas de Diana Quer

M. ARES, J. JAMARDO, á. SEVILLA

ACTUALIDAD

Se cumplen trece días desde la desaparición de la joven madrileña en A Pobra. Un amigo asegura que habló con ella poco antes de la desaparición y no notó nada extraño

03 sep 2016 . Actualizado a las 09:26 h.

Se cumplen 13 días desde la desaparición de Diana Quer en A Pobra y el tiempo transcurrido sin que ningún indicio se haya convertido en una pista sólida corre en contra de un buen desenlace. De todas formas, hay precedentes de desapariciones más prolongadas que acabaron bien, el último esta misma semana en Palma de Mallorca, donde una menor apareció 17 días después de que se le perdiera el rastro.

La Guardia Civil mantiene la marcha voluntaria de la madrileña como primera hipótesis, pero se presume cada vez con mayor convicción que alguna circunstancia acabó complicando su marcha. Los rastreos de las últimas horas de decenas de voluntarios, Guardia Civil y Protección no han arrojado luz. No hay vestigios de violencia ni nada que permita sacar conclusiones y las únicas posibilidades se ciñen a los movimientos que pudieron registrarse en su teléfono móvil, lo que no deja de ser complicado comprobar por encontrarse fuera de servicio desde la madrugada del 22 de agosto.

Todo es posible

Pero todas las posibilidades están abiertas, incluso algunas que se habían dado por descartadas, como la implicación de personas a las que se ha tomado declaración. La marcha voluntaria contrasta, no obstante, con el convencimiento de sus padres y de su entorno de amistades de que la ausencia de Diana ha sido involuntaria y está retenida contra su voluntad. Uno de sus amigos informó a este periódico de que habló con ella una hora antes del último mensaje de WhatsApp en el que comunica su temor a un hombre que la estaba acosando, y que le dijo que estaba deseando volver a Madrid, aunque había conocido a un chico en A Pobra. Asegura el amigo que no percibió nada extraño en aquella conversación con Diana.

Otros amigos señalaron que Diana Quer les había indicado que el 25 de agosto regresaría a Madrid, y también que estaba deseando volver porque se aburría en Galicia.

Lo cierto es que no solo el paso de los días está complicando el desenlace de la desaparición de la veraneante madrileña, sino también las diferencias entre sus padres, que para la investigación podían ser causa de la marcha voluntaria, al igual que la relación que tenía con su hermana menor, pero al haber saltado a la opinión pública y reactivarse han llenado de ruido un suceso que preocupa, y mucho, en la Guardia Civil.

Desánimo entre los vecinos que participaron en la batida

Las caras de cansancio y apatía se repetían ayer en O Curro das Canizadas, en el monte de A Curota. Eran las de los voluntarios que volvieron al macizo en la procura de un indicio sobre el paradero de Diana. No consiguieron desvelar nada y la segunda jornada de batidas ciudadanas terminó sin pistas sobre la joven.

Llegaron a las 9.15 horas en autobús y cerca de las 12.15 se agruparon para tomar el camino de vuelta, una hora antes de lo previsto. El desánimo era evidente, y algún «aquí no estamos haciendo nada» se colaba entre la gente, que fue auxiliada por la Policía Local de A Pobra y Protección Civil. Como en el primer día, estuvieron dirigidos por la Guardia Civil.

Al término de la jornada, los voluntarios se dirigieron a la sede de Protección Civil, donde recibieron bebida y comida. No está previsto que este fin de semana se siga con la búsqueda por A Curota, tal y como certificaron agentes municipales. Los voluntarios, que esperaban instrucciones, tampoco recibieron indicaciones, por lo que entendieron que la Guarda Civil no tiene previsto volver a contar con ellos.