La velocidad inadecuada, posible causa de la tragedia

Alejandro Martínez / Mónica Torres / E. Vázquez Pita

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M. Moralejo

Cuatro muertos y 48 heridos de nueve nacionalidades, balance del accidente ocurrido en una vía de servicio entre Mos y O Porriño

10 sep 2016 . Actualizado a las 01:51 h.

Justo el día que se cumplían 40 años de un accidente de tren con 15 muertos en Rande, Galicia volvía a escribir un capítulo negro de su crónica ferroviaria. Cuatro muertos y 48 heridos de nueve nacionalidades diferentes es el balance que arroja el siniestro ocurrido este viernes en O Porriño. El último viaje del 420 que cubría la línea Vigo-Oporto, conocido como el tren Celta, acabó a las 9.20 horas debajo del puente de Sanguiñeda, en Mos, a unos 200 metros de la estación de O Porriño.

Una velocidad no ajustada a una vía secundaria es la causa más probable del descarrilamiento que provocó el trágico suceso. Una comisión mixta de técnicos españoles y portugueses será la encargada de determinar qué pasó en el kilómetro 101,900 tras analizar la caja negra del tren, que ya ha sido recuperada y que estaba siendo analizada el viernes. Unas obras rutinarias de mantenimiento en la vía principal hicieron que el tren se tuviera que desviar por un carril secundario que tiene la velocidad limitada a 30 kilómetros por hora. El maquinista perdió el control del tren al hacer el cambio de vía y acabó chocando contra un pilar del viaducto de As Angustias y contra un poste eléctrico, que frenó su trayectoria.

La limitación estaba señalizada, el tren en perfectas condiciones de mantenimiento y el maquinista era un hombre experimentado. Sin embargo, se produjo el fatal accidente que acabó con la vida del conductor, del interventor, de un ciudadano norteamericano y de un joven vigués de 23 años. Todos ellos iban en el primer vagón, el de la cabeza tractora, que quedó completamente destrozado tras el impacto. La mayoría de los heridos, un total de 27, son españoles, mientras que hay ocho americanos, tres portugueses, tres alemanes, dos brasileños, dos uruguayos, dos argentinos, un filipino y un chileno.

El ruido y un inusitado movimiento de las catenarias alarmó a los vecinos del entorno, que fueron los primeros en acudir a ayudar. Más de una decena de personas corrieron hasta el lugar del accidente y ayudaron a salir del tren a las personas que habían resultado ilesas. Entre ellas se encontraba la propia alcaldesa de O Porriño, Eva García de la Torre, que horas después del incidente destacó que «la gente estaba en estado de shock» y valoró la solidaridad de muchos porriñeses que se acercaron incluso llevando mantas al lugar del siniestro porque a esa hora la mañana todavía era fresca.

La colaboración vecinal dio paso a la labor de los servicios de rescate. La central de emergencias del 112 desplazó hasta allí el puesto de mando avanzado para coordinar el operativo. Las principales autoridades políticas acudieron al lugar del siniestro para seguir de cerca la intervención de los cuerpos de emergencia. Por la mañana lo hicieron el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, el ministro de Fomento, Rafael Catalá y el delegado del Gobierno, Santiago Villanueva. Por la tarde lo hizo el presidente en funciones, Mariano Rajoy.

El 061 recibió la primera llamada de aviso a las 9.27 horas y, 12 minutos después, ya se encontraba en el lugar la primera ambulancia medicalizada. Al lugar de los hechos se desplazaron tres ambulancias medicalizadas, otras seis asistenciales, dos helicópteros y personal de atención primaria de la zona. Además trabajaron durante toda la jornada bomberos de los parques de todo el sur de la provincia de Pontevedra. La Policía Local de O Porriño, apoyada por agentes de Vigo, cortaron el tráfico en varias calles para facilitar las tareas de evacuación de heridos. Por la tarde tuvieron que emplear una grúa para retirar el poste eléctrico que había quedado sobre la cabina del tren. Bomberos de Vigo y de la Diputación de Pontevedra entraron e la cabina y en el vagón de cabecera, comprobando que no hay ningún cuerpo en esa zona. A última hora, Adif iba a proceder al levantamiento del tren.

Los viajeros que resultaron ilesos fueron trasladados en autobús hacia otras estaciones, como la de Valença do Miño. Los heridos leves recibieron asistencia en el centro de salud de O Porriño y los demás fueron atendidos sobre la propia vía, incluyendo a la víctima mortal más joven de la tragedia. Los servicios de emergencia intentaron reanimar a Joaquín Rodríguez Gradín, que fue evacuado en helicóptero. Lamentablemente entró en parada cardíaca al llegar al hospital Álvaro Cunqueiro. Los sanitarios no pudieron hacer nada por salvarle la vida pese a practicarle técnicas de reanimación. Un total de 22 víctimas fueron trasladadas al nuevo hospital público de Vigo, otras 14 ingresaron en Povisa y otras 9 en el Hospital de Fátima.

Un hospital en la cantina

De las 48 personas trasladadas, solo 14 permanecen ingresadas, según informó el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el lugar de los hechos. El operativo de emergencia movilizó también a un equipo de psicólogos de Cruz Roja para atender a los allegados de las víctimas. Además se dispuso un hotel en el centro de O Porriño para facilitar la llegada de los familiares. Además se improvisó un hospital de campaña en la cantina de la estación. En el interior fueron atendidos los heridos más graves, mientras que en el andén se examinaban las lesiones de los heridos leves.

El tren accidentado es un automotor de la serie 592 Diesel, de Renfe, operado por la empresa pública Comboios de Portugal (CP). Tanto el ministro de Fomento, Rafael Catalá, como el presidente de CP, Manuel Queiró, insistieron en que la máquina había pasado todas las revisiones.

El tren en perfecto estado

«No se cuestiona el material porque el tren estaba en perfectas condiciones, ni tampoco las obras, que no pueden ser un factor decisivo del accidente porque son algo habitual», señaló el presidente de C.P., Manuel Queiró. La compañía pidió que se eviten especulaciones y destacó que el maquinista «es un profesional muy experimentado. Estos trenes son de España y de Portugal, y los maquinistas tienen formación especifica de Renfe y de Comboios de Portugal. El ministro Catalá confirmó que el tren había pasado en mayo una exhaustiva revisión por la que se desmontó completamente. Además hace unos días otra revisión rutinaria en Portugal. El Juzgado de Instrucción de O Porriño se ha hecho cargo de la investigación, que en este momento está bajo secreto de sumario. La comisión específica en la que se encuentra el equipo de investigación de accidentes ferroviarios del Ministerio Fomento ha comenzado también las pesquisas.