Díaz hará una exhibición de fuerza junto a Zapatero en su objetivo de liderar el PSOE

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

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JULIO MUÑOZ | Efe

El comité federal, que debe fijar el calendario del congreso, no se reunirá hasta enero

29 nov 2016 . Actualizado a las 10:37 h.

Casi dos meses después del dramático comité federal que terminó con la dimisión de Pedro Sánchez, nadie duda de que Susana Díaz ha puesto la directa en su camino para liderar el PSOE. Es ella quien controla realmente la gestora que preside el asturiano Javier Fernández y actúa ya en bastantes ocasiones como secretaria general de facto. Así quedó claro cuando dio la orden de que los socialistas no facilitaran al exministro Jorge Fernández Díaz la presidencia de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso y, más nítidamente aún, cuando recibió en Sevilla al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, que buscó su bendición para mantener los lazos entre ambos partidos.

Después de haber participado en un acto con Felipe González, hará una exhibición de fuerza interna en un gran mitin con el también expresidente José Luis Rodríguez Zapatero el 16 de diciembre en Jaén, con la excusa del décimo aniversario de la ley de dependencia. También quiere potenciar su imagen institucional frente a un Pedro Sánchez convertido en un militante de a pie tras dejar el escaño en el Congreso. Con ese objetivo, Díaz acude hoy a Bruselas para protagonizar varios encuentros con comisarios europeos y con los diputados socialistas de la Eurocámara.

Fernández responde a Sánchez

La presidenta andaluza juega con el factor tiempo a su favor. Pese a la demanda a la gestora para que convoque ya el congreso que hizo Pedro Sánchez en su reaparición del sábado, y que apoyan otros dirigentes críticos, Fernández anunció ayer que el comité federal que decidirá la fecha, «a título tentativo, al menos», se celebrará en enero, después de Reyes. Hasta ahora el propio portavoz de la dirección interina, Mario Jiménez, había barajado que el cónclave socialista tuviera lugar en diciembre.

«Una gestora no está para dirigir el partido, sino para convocar un congreso ya», dijo Sánchez en la localidad valenciana Chirivella. «Vuestro tiempo se acabó», afirmó contundente el exsecretario general. «La gestora terminará su mandato cuando se celebre el congreso», le respondió ayer Fernández. No tiene prisa. «Que sea cuanto antes, pero bien hecho», afirmó el secretario de organización andaluz, Juan Cornejo, mano derecha de Díaz, expresando lo que piensan los partidarios de la presidenta andaluza.

Fernández no quiso decir nada sobre los posibles candidatos, pero sí aventuró que no cree que se llegue al congreso con una «candidatura única, en todo caso lo decidirán los militantes en su día». Los barones que respaldan a Susana Díaz están convencidos de que tiene todas las de ganar si finalmente, como todo indica, se presenta.

Los susanistas creen que cuanto más tiempo pase más se irá diluyendo el efecto Sánchez, trasladan que la ausencia de pesos pesados en el acto que marcó su regreso a la primera línea muestra que va perdiendo apoyos y resaltan la falta de mensajes y proyecto en su discurso.

Medida hoja de ruta

En cambio, Díaz tiene diseñado un plan para conseguir su objetivo. Tras un período de un mes y medio de silencio, ha pasado a la ofensiva, con medidas apariciones y declaraciones públicas y discretos contactos orgánicos para controlar el partido. Pocos dudan de que ahora mismo es ella la que está al mando. Cuenta con el apoyo de los barones con poder -excepto la balear Francina Armengol-, los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, el poderoso aparato del PSOE andaluz y una buena imagen en los medios de comunicación. Y en esta ocasión, sí está dispuesta a cruzar Despeñaperros para liderar el partido.