248 días investigando, sin éxito, la desaparición de Diana Quer

Javier Romero Doniz
Javier Romero RIBEIRA / LA VOZ

ACTUALIDAD

La ausencia de la joven puso en el punto de mira a diferentes personas con perfiles opuestos entre sí

24 abr 2017 . Actualizado a las 07:34 h.

Los más de 200 testimonios recogidos por la Guardia Civil, en el contexto de la investigación por la desaparición de Diana Quer, pusieron en el punto de mira a numerosos individuos sin relación entre ellos y con perfiles opuestos. Finalmente, y tras 248 días transcurridos desde que la joven madrileña fue vista por última vez, el 22 de agosto del 2016, la criba cercó a tres individuos, también sin relación entre sí, como los presuntos culpables de lo ocurrido. Finalmente, y ante la falta de pruebas incriminatorias, el caso ha tomado otro rumbo para explotar nuevas líneas que permitan, finalmente, tener argumentos de peso para dejar atrás las conjeturas y dar paso a las acusaciones concretas.

Una vez superada la resaca de la decisión judicial conocida el miércoles, que implicó el levantamiento del secreto del sumario y el sobreseimiento provisional de la causa, en el núcleo de la investigación existe el convencimiento de que podrán resolver el caso. La decisión del juez no gustó por las filtraciones que puede haber y por los condicionantes que este escenario puede implicar. Aun así, los responsables del trabajo policial ya saben que seguirán contando con agentes destinados de forma permanente a la investigación, y siempre con la premisa de dar con el culpable, o culpables, y posibles encubridores para acabar encontrando a la joven.

Plazo medio de resolución

Las mismas fuentes explican que el plazo estimado que manejan indica que, al menos, serán necesarios varios meses más de trabajo y descartan que este caso tenga relación, por ejemplo, con el de Yéremi Vargas, que implicó diez años de rastreo para acabar imputando al presunto culpable de la muerte del niño canario. En todo caso, y atendiendo al tiempo medio que implican las investigaciones de desaparición, el caso de Diana Quer solo lleva ocho meses abierto, que es un plazo muy corto. En este tiempo, las personas que fueron seguidas, ya sea sobre el terreno o desde un despacho, responden a perfiles diferentes, lo que evidencia la complejidad del caso.

La tesis más creíble

Consumo y tráfico de drogas. Entre los investigadores existe el convencimiento de que la persona o personas que pudieron participar en la desaparición de Diana son consumidoras de drogas y se lucran con su venta. En este contexto, se puso el punto de mira sobre un vecino de Arousa norte vinculado con Boiro y Rianxo, que acumula antecedentes por una importante operación antidroga en la que estaba implicado un conocido clan de Barbanza con tradición en este negocio ilícito. En el mismo perfil hay que encajar a otros dos individuos que, según varios testigos, fueron vistos con la joven en el puerto de Taragoña (Rianxo) la misma madrugada que la madrileña desapareció en A Pobra.

Los feriantes

Parte inicial. Fue un colectivo que, atendiendo a los permisos dados para montar atracciones y otros puestos ambulantes en las fiestas de agosto en A Pobra en la fecha que desapareció la joven, estuvo muy enfilado. En este caso se investigó también si entre los feriantes que hacían su trabajo con autorización municipal podía haber otros que, aprovechando la aglomeración propia de unas fiestas estivales, pudieran instalar su puesto sin pedir permiso, lo que implica que no estarían en el censo de feriantes que pagaron las tasas pertinentes al Concello.

La trata de blancas

La tesis que siempre defendió la madre. Diana López-Pinel, madre de la desaparecida, sostiene que su hija fue víctima de un rapto que tenía como finalidad la trata de blancas. Así lo afirmó en una entrevista concedida a La Voz, en la que añadió que, en su opinión, su hija Diana era un objetivo claro cuyo rapto había sido planeado de la mejor manera posible para que nada saliese mal. También señaló que la localización del teléfono móvil de su hija, en Taragoña, fue una casualidad buscada por los supuestos culpables, que habían tirado allí el dispositivo para despistar a la vez que abandonaban la comarca de Barbanza, primero, y luego Galicia para llevarse lejos a la joven. El colectivo SOS Desaparecidos defiende una tesis muy parecida a la de la progenitora, a la vez que afirma que todavía existen opciones de encontrarla viva.

Malas compañías

En Madrid y en A Pobra. Las primeras serían del nuevo instituto en el que cursaba sus estudios, donde habría algunos jóvenes que no pueden considerarse como la mejor compañía posible. En la villa de veraneo, Diana Quer siempre tuvo unas amistades muy concretas y localizadas, aunque el pasado verano, cuando desapareció, surgieron otras personas con un perfil de pandilleros y con hábitos poco recomendables, que nunca gustaron a los padres de la joven.