Díaz solo gana a Sánchez por 6.000 avales, lo que augura unas primarias muy reñidas

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

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Los susanistas ponen en duda que muchas firmas del exsecretario general sean válidas

05 may 2017 . Actualizado a las 08:59 h.

El PSOE está partido en dos mitades enfrentadas y difícilmente reconciliables. Mucho más dividido de lo que creían el aparato, los barones y las figuras históricas que respaldan a Susana Díaz. Y hay partido de aquí al 21 de mayo. Así lo demuestra el número de firmas presentadas por los dos candidatos con posibilidades de ganar las primarias. La presidenta andaluza ganó aritméticamente la guerra de los avales con 63.610, un récord en la historia del partido, pero no arrasó, como preveía, a Pedro Sánchez, que con 57. 369 se quedó a 6.000 de la gran favorita, lo que supone una victoria política.

La exhibición de fuerza de Díaz, basada en su amplio apoyo en Andalucía, se esperaba, ya que cuenta con casi todo el aparato a su favor, pero la sorpresa fueron los avales logrados por el exsecretario general, que no tiene ni un solo apoyo orgánico destacable. Patxi López queda descartado tras el poderío que han demostrado sus adversarios, aunque el exlendakari haya mantenido desde el principio que solo presentaría los suficientes para ser candidato. Pero de lo que hagan finalmente sus avalistas puede depender quién será el nuevo líder socialista.

Estos datos pronostican unas primarias muy reñidas con solo dos aspirantes reales, en las que Díaz parte con ventaja, pero no se puede confiar y tendrá que echar el resto en la campaña y no jugar el papel más institucional que venía desempeñando. Hay que destacar que el 70 % del censo de los 131.981 militantes que votan han avalado a uno de los tres candidatos, frente al escaso 38 % del 2014, lo que muestra la enorme movilización de las bases.

La presidenta andaluza partía a priori como gran favorita, ya que cuenta con el apoyo expreso de seis de los siete presidentes autonómicos socialistas -contada ella misma-, los grandes aparatos regionales, la inmensa mayoría de los secretarios provinciales y los históricos del partido, con los dos expresidentes del PSOE, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, al frente.

Pero los avales recogidos por Sánchez rebajaron el inicial triunfalismo de los partidarios de Díaz, que daban por hecho que la presidenta arrasaría al exsecretario general, y que preveían solo llegaría a los 30.000, lo que habría supuesto un golpe casi definitivo en su opciones a recuperar el liderazgo socialista. Sorprendidos, los susanistas no terminaban de creerse que Sánchez hubiera logrado tantos avales y pronosticaron que, tras su verificación en Ferraz, muchos podrían ser anulados, porque habría firmas duplicadas e incluso de personas que no son militantes del PSOE. Tras la entrega de los avales se inició el trabajo de recuento y validación, controlado por la comisión federal de ética y garantías.

«Cuando se gana se gana», dijo Díaz, que señaló que cuando se presentó no se imaginaba la cantidad de compañeros que la iban a apoyar, «la marea que se iba a abrir de esperanza y de reivindicación», una respuesta «infinitamente mayor de la que esperaba». «¡Esto es imparable», escribió Sánchez en Twitter. «Una candidatura a la que se daba por muerta en cuatro meses ha demostrado que este partido tiene ganas de ganar», afirmó Adriana Lastra, coordinadora de su equipo. López denunció «un juego perverso» y «una guerra de avales» que ha buscado presionar a los militantes, lo que hace «aumentar todavía más la tensión».

La andaluza logra el 42 % de su firmas en su comunidad, y su adversario arrasa en Cataluña

La gestora ya avanzó que no iba a ofrecer datos del reparto de los avales por comunidades y provincias, pero los equipos de los dos principales candidatos sí dieron los suyos. Como se esperaba, Susana Díaz arrasa en Andalucía, donde consigue el 41,7 % de sus avales y triplica a Sánchez. En total, 26.551 firmas por 8.818 avales de su principal adversario. Sus esperanzas de ganar las primarias se basan en lograr una victoria apabullante en su feudo, ya que en otros territorios importantes está por debajo del exsecretario general. Sánchez gana en la Comunidad Valenciana, donde el presidente Ximo Puig es uno de los más firmes baluartes de su adversaria, con 8.105 firmas por 5.313 de Díaz; y en Cataluña, con 6.058, lo que supondría casi la mitad del censo de militantes del PSC con derecho a voto, frente a solo 974 de su principal rival. Un varapalo para Díaz, que muestra que su mensaje no cala en una comunidad donde los socialistas abogan por el reconocimiento de Cataluña como nación y por mayores cotas de autogobierno para hacer frente al desafío independentista. La presidenta andaluza también es derrotada claramente en las otras dos nacionalidades históricas, Galicia y el País Vasco.

Sánchez también vence en Baleares, con el doble de firmas de López, a quien apoya la presidenta Francina Armengol; en Asturias, una victoria simbólica, porque el presidente es Javier Fernández, máxima autoridad de la gestora. Susana Díaz se impone en Madrid, Castilla-La Mancha, Aragón, Extremadura, Murcia y Ceuta. Patxi López se debe conformar con ganar en el País Vasco, donde dobla en avales los conseguidos por Sánchez.