Sospechan que un clan gallego está detrás de los 1.200 kilos de coca interceptados en Canarias

Alfredo López Penide
López Penide LA VOZ

ACTUALIDAD

Los fardos estaban atados entre sí con una cuerda sujeta al ancla a fin de poder deshacerse de ellos tirándolos por la borda

13 jun 2017 . Actualizado a las 00:19 h.

En un operativo conjunto, la Policía Nacional y la Agencia Tributaria, en colaboración con la DEA estadounidense y unidades británicas, han dado un importe golpe policial a las mafias del narcotráfico al interceptar un pesquero con 1.200 kilos de cocaína a unas 900 millas al suroeste de Canarias. Por el momento, se ha detenido a siete personas, entre las cuales están los seis tripulantes, todos ellos venezolanos, del buque.

El séptimo, también de esta misma nacionalidad, fue arrestado en su país de origen y se considera que fue la persona que financió económicamente el alijo. Figura como socio de la propiedad del barco, según matizó el jefe de la Brigada Central de Estupefacientes, Ricardo Toro.

Lo cierto es que la operación, en la que tuvo un papel fundamental el Greco Galicia, aún no se ha cerrado. Las pesquisas se centran en la rama española. De hecho, las sospechas policiales apuntan en la dirección de que un clan gallego se encuentra detrás de esta operación. Es por ello por lo que no se descarta la posibilidad de que se produzcan otras detenciones en territorio nacional, así como en Venezuela.

El propio ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, en declaraciones recogidas por la agencia Efe, desveló que esta incautación es consecuencia de la operación llevada a cabo en el mes de mayo en un pesquero, también venezolano, en la que se intervinieron 2.400 kilos de cocaína. En aquella ocasión, el navío fue interceptado por el buque Petrel en aguas de Martinica, departamento francés situado en el Caribe, y posteriormente conducido hasta Las Palmas de Gran Canaria.

Se cree que, en ambos casos, la red iba a emplear el mismo modus operandi para transportar la droga, que iba repartida en cuarenta fardos de treinta kilos de peso y tenía una pureza del 80 %. Los fardos estaban atados entre sí con una cuerda sujeta al ancla a fin de poder deshacerse de ellos tirándolos por la borda, de tal modo que se cree que la operación policial se desarrolló cuando la tripulación se preparaba para entregar el alijo, momento en el que se suelen adoptar las mayores precauciones.