El líder de Podemos elude responder hasta tres veces si cree en la soberanía nacional y en la unidad de España

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BENITO ORDOÑEZ

Iglesias apuesta por la plurinacionalidad y un referendo pactado

14 jun 2017 . Actualizado a las 08:32 h.

El desafío independentista catalán ocupó un lugar muy destacado en el debate de la moción de censura, solo por detrás de la corrupción. El presidente del Gobierno y el aspirante a sustituirlo, aunque sin posibilidades reales de hacerlo, opusieron sus diferentes visiones sobre el contencioso. Pablo Iglesias defendió un Estado plurinacional, el derecho a decidir y un referendo pactado, no unilateral como pretende Carles Puigdemont con el apoyo de los anticapitalistas de su propio partido. «Afrontar la realidad plurinacional de España es una tarea urgente y de Estado», señaló. Explicó que no quiere que «los catalanes se vayan» y que va a tratar de convencerlos de que no lo hagan, pero «sin imponer nada». Para el secretario general de Podemos, la crisis en Cataluña ha demostrado que hace falta un nuevo modelo que trascienda el «café para todos» y que se base en «formas federales o confederales». 

Ambigüedad calculada

Mariano Rajoy trató de acorralarlo exigiéndole que se definiera claramente sobre la unidad de España, que dijera si está dispuesto a defender la soberanía nacional y que concretara en qué consiste y qué consecuencias tendría el Estado plurinacional que propugna. «¿Cree usted en la soberanía nacional o hay derecho a destruirla? ¿Tienen todos los españoles derecho a decidir sobre España o solo lo tienen unos pocos?», le preguntó. Además, le reprochó la ambigüedad calculada que mantiene en este asunto para conseguir réditos electorales en Cataluña, aseguró que el supuesto derecho a decidir que invoca no existe y pidió que se llame a las cosas por su nombre. Es decir, que diga que lo que defiende es un referendo de autodeterminación para romper España, lo que, enfatizó él, es algo que no se puede permitir porque lo prohíbe la Constitución, que proclama que la soberanía reside en el conjunto de los españoles y que una parte no puede decidir por todos. «El Gobierno no puede disponer de lo que no es suyo», afirmó.

Iglesias escapó como pudo y eludió hasta tres veces responder sobre si creía en la soberanía nacional. «Eso mismo querría preguntarle yo a usted cuando se puso de acuerdo con Zapatero para reformar el artículo 135 de la Constitución, qué significa para usted la soberanía», respondió. Señaló que la Constitución deja completamente abierta la cuestión territorial del Estado y que sí permite la celebración del referendo. «Es normal que con gentes como ustedes los catalanes se quieran ir», afirmó. Y le recordó que Podemos ha ganado en las urnas dos elecciones generales en Cataluña y en el País Vasco, mientras el PP es un partido marginal.

Rajoy lo acusó de no haberle respondido a absolutamente nada de lo que le preguntaba sobre la soberanía nacional. Sobre las victorias de Podemos en Cataluña, dijo que es mejor tener convicciones y principios que atenerse a los «cálculos políticos». Entonces fue Iglesias el que afeó a Rajoy que no quisiera entender lo que le decía sobre Cataluña. Recurrió a quien fuera dirigente de UCD y del PP Miguel Herrero de Miñón y a una sentencia del Tribunal Constitucional del 2014, que llamaba a buscar una solución dialogada, para defender el referendo, que, dijo, apoyan la mayoría de los catalanes. «En el marco de la Constitución y de la ley podría haber un referendo», insistió. 

Rifirrafe

Rajoy siguió el rifirrafe con una nueva intervención, en la que afirmó que Iglesias «sigue siendo incapaz de responder a su pregunta. «Un candidato a presidente del Gobierno tiene que decir con meridiana claridad si una parte de España puede tomar una decisión que afecta a todos los españoles», advirtió. «Tiene dificultades para comprender lo que se le dice», le espetó el líder de la formación morada. Añadió que el presidente del Gobierno pretende «resolver a las bravas, a lo bruto, a golpes» la cuestión catalana, y le preguntó si piensa meter en la cárcel a todos los independentistas o enviar a la Guardia Civil a suspender la autonomía. El portavoz de ERC, Joan Tardá, quien apoyó de modo entusiasta la moción, aprovechó para garantizar que no van a convocarse elecciones en Cataluña antes del 1 de octubre.

Iglesias se opone a «criminalizar» a quien ponga urnas

En su respuesta al portavoz del PDECat, Carles Campuzano, Pablo Iglesias reiteró su apuesta por un referendo «con garantías, que se pueda celebrar», pero también dijo que se opondrá a «criminalizar a quien ponga urnas». Campuzano le pidió claridad porque el discurso de Podemos le suena tan «jacobino» como el de PP, PSOE y C’s y su posición sobre el referendo «parece como mínimo confusa» y no se sabe si estará o no del lado de las «instituciones catalanas».

Sánchez responde a la oferta de Iglesias que «la alternativa de gobierno» al PP es el PSOE

Pablo Iglesias cambió radicalmente la dureza de otras ocasiones con el PSOE por un tono comedido y conciliador, y le llamó a trabajar juntos para sacar a Mariano Rajoy del Gobierno «más temprano que tarde». El líder de Podemos hizo una oferta a Pedro Sánchez, ausente del hemiciclo, para desalojar al PP del poder, con una condición innegociable, que excluya a Ciudadanos, con quien el líder socialista pactó en su investidura fallida del 2016. «No nos digan que es posible con la muleta naranja», advirtió. Iglesias dijo que asumía los errores que pudo cometer en las negociaciones para la investidura del entonces líder socialista, sin especificar cuáles fueron, pero añadió que el tiempo le había dado la razón sobre el acuerdo con Ciudadanos. Y recordó que el propio Sánchez sufrió presiones por tratar de gobernar con Podemos.

El cambio de tono se percibió incluso cuando hizo un repaso de los presidentes de la democracia y señaló que Felipe González, del que había dicho que tenía el pasado manchado de cal viva en la sesión de investidura de Sánchez, pasará a la historia como un modernizador. Lo que sí hizo es cargar contra Susana Díaz, a la que calificó de aliada de Rajoy, y los barones, y aseguró que los militantes socialistas les habían dado una lección en las primarias.

El líder socialista se limitó a escribir un tuit en el que señaló que «España y la izquierda necesitan hoy más que nunca al PSOE». Y añadió: «Somos la izquierda de gobierno frente al PP: la alternativa esta en marcha». El secretario general quiso dejar claro que será él quien lidere cualquier mayoría que se pueda articular para constituir un nuevo Gobierno y no Pablo Iglesias. Sánchez se ha mostrado dispuesto a presentar una moción de censura siempre que tenga posibilidades reales de salir adelante y no como ha hecho el líder de Podemos, que la anunció sin negociar con los demás grupos y sin votos suficientes. En un momento del debate, Iglesias reconoció que será el PSOE el que deba encabezar la alternativa como segundo partido más votado.

El portavoz parlamentario socialista, José Luis Ábalos, al que no le dio tiempo a intervenir ayer en la Cámara, agradeció en declaraciones a los medios el «cambio de posición» de Podemos, porque «ya no hemos sido objeto de críticas y, de alguna forma, recogemos el guante, pero además de las palabras nos gustarían los hechos». Pero echó en cara a Iglesias que no se haya dado cuenta de que «la verdadera moción se produjo en el 2016», ya que si la crítica a Rajoy se fundamenta exclusivamente en la corrupción esta viene de lejos, del 2009, por lo que en el 2016 ya habían transcurrido siete años. Añadió que «en ese momento la aritmética era más benigna que en esta ocasión en la que hace falta una mayoría absoluta que de ninguna manera se podría conseguir». Al contrario, en el 2016 solo hacía falta una abstención», que dijo es «lo mismo que estamos dispuestos a dar nosotros en esta ocasión».