La noche en la que desapareció Diana Quer

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla A POBRA / LA VOZ

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Marcos Creo

La Voz reconstruye un año después el camino que realizó la joven madrileña y que se pierde en el muelle de Taragoña

29 dic 2017 . Actualizado a las 15:55 h.

El paseo de O Areal, en A Pobra do Caramiñal, se encuentra completamente desierto. Solo el eco de la música de la orquesta y el ruido del motor de algún coche rompen con el susurro que emana desde la orilla del mar. Son las dos de la madrugada. Es la última noche del Carmen dos Pincheiros, la misma en la que desapareció Diana Quer, aunque un año más tarde. La Voz quiso reconstruir el camino que emprendió la madrileña y que terminó en Taragoña, donde su teléfono se hundió en el agua para dejar de emitir señal.

Testigos que presentaron declaración ante la Guardia Civil confirmaron que la joven había estado aquella noche en el parque do Castelo. Un año después, en ese mismo lugar, los grupos de adolescentes siguen agolpándose entre los bancos. Yaiza y Elena, dos jóvenes de 19 años de la localidad, confirman la imagen que se vislumbra con facilidad entre la noche: «Este año ya no hay tanta gente». Parece que el eco de Diana Quer sí ha afectado a un pueblo que mira con recelo a la madrileña. «Ahora tenemos que volver acompañadas a casa», confirman ambas.

Sheila y Lidia, otras adolescentes que están en el lugar, acceden a hablar, aunque con reservas. Ellas también confirman que ven menos gente que nunca, a pesar de que este lunes era festivo en A Pobra. Desde ese parque se presupone que arrancó el camino de Diana hasta casa. El trayecto, sin pausas, hasta el paseo de la playa de O Areal, dura aproximadamente 15 minutos.

En el camino de vuelta, los feriantes comienzan a cerrar sus puestos. Solo queda uno de rosquillas abierto y su dueño tiene mucho que decir: «Nos han señalado continuamente, hemos aguantado de todo. Nosotros nos ganamos la vida como podemos y ya estamos un poco hartos».

«No sé porque vienen de nuevo a por nosotros»

Cansado de estar en el ojo del huracán, asegura que estas fiestas no han sido nada buenas: «Es por culpa de las cámaras. Cuando fue la desaparición nos llegaron a gritar: 'Devolved a Diana'. No sé porque vienen de nuevo a por nosotros, pero a mí no me da ni para pagar el puesto».

A Diana se le perdió la pista a las 2.40, en el paseo de O Areal. Es la misma hora y el lugar está desierto, con los pocos establecimientos que hay cerrados a cal y canto. Sin embargo, caben dudas de que nadie viese u escuchase algo si la joven fue raptada.

A partir de ahí el teléfono marca el camino. El dispositivo recorrió la autovía do Barbanza hasta Taragoña. El trayecto equivale a 15 minutos de reloj. En el muelle del lugar, punto en el que supuestamente estuvo la joven, lejos de las miradas de extraños, se encuentra un grupo de jóvenes que acudieron a pescar. La privacidad es absoluta.

Agentes de paisano de la Guardia Civil también reconstruyeron la noche en A Pobra, repitiendo un camino que, por muchas veces que se recorra, seguirá arrojando la duda de qué le pudo pasar a aquella joven cuya desaparición ya cumple hoy un año.