La mujer que deseó la violación grupal de Arrimadas asegura que va con «miedo por la calle»

La Voz REDACCIÓN

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Jose Manuel Vidal | EFE

Rosa María Miras Puigpinós ha pedido disculpas por su «comentario asqueroso, desafortunado y salvajada»

07 sep 2017 . Actualizado a las 17:40 h.

Este lunes Rosa María Miras Puigpinós pasó del anonimato a estar de plena actualidad por un deplorable comentario en su perfil de Facebook en el que deseaba la «violación grupal» de Inés Arrimadas por las opiniones que la líder de Ciudadanos en Cataluña estaba manifestando durante un debate sobre el referendo independentista del 1 de ocburbre en el programa de Telecinco Mad in Spain.

Inés Arrimadas compartió en su cuenta de Twitter el lamentable comentario y anunció su intención de denunciarla. A partir de ahí, los perfiles en diversas redes sociales de Rosa María Miras Puigpinós se llenaron de comentarios en los que se mostraba un rechazo total palabras, advertencias legales de lo que le podría ocurrir e incluso insultos. Y la empresa para la que trabajaba de manera temporal, Tinsa, le comunicó su despido.

Ahora, y tras todas las consecuencias que ha provocado su comentario, Rosa María Miras Puigpinós ha querido pedir disculpas por su «comentario asqueroso, desafortunado y salvajada», según recoge La Vanguardia. «Lo que escribí fue una burrada que no quería decir. Estaba en un momento de calentón. No me queda otra que pedir disculpas», explicó al diario.

Esta vecina de Badalona de 42 años asegura que ha tratado de ponerse en contacto con la propia Arrimadas para ofrecerle personalmente sus disculpas. Y aunque por el momento no lo ha conseguido, ha optado por enviar diversos emails a la sede de Ciudadanos en los que muestra su arrepentimiento.

«Obviamente no quería que pasara literalmente, no estoy loca. Me sabe fatal, ya no solo por ella que es la persona afectada, sino por todas las mujeres violadas», explica y asegura que no entiende el linchamiento público al que está siendo sometida. «Me han llegado comentarios de que se han quedado con la cara de mi familia y que irían a por ellos, o que ahora saben quién soy y podrán saludarme 'como merezco' si me ven. Ahora voy con miedo por la calle», comenta.