Ceuta y Melilla toman el relevo de Libia en la inmigración ilegal por mar

P. Gómez REDACCIÓN / LA VOZ

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Javier Martín | EFE

El contraalmirante Javier Moreno, capitán del buque «Cantabria» asegura que desde el 2015 han evitado la muerte segura de unas 40.000 personas

08 oct 2017 . Actualizado a las 08:33 h.

La presión de los guardacostas libios ha conseguido que las mafias que trafican con personas desplazándolas ilegalmente desde África hasta Europa se viesen obligadas a cambiar sus rutas hacia la costa oeste mediterránea.

Así lo asegura el contraalmirante Javier Moreno, capitán del buque Cantabria, al mando operativo de la operación Sofía, iniciada en el 2015 y que siempre contó con un avión y una fragata española. Aunque se descartó la última fase de la operación, que incluía la intervención militar en la costa de Libia, el Cantabria sirve combustible, recoge migrantes y lucha contra las mafias. Tiene un helicóptero y embarcaciones con equipo de seguridad y está en coordinación con el fiscal de Catania para poner a su disposición los traficantes.

Moreno asegura que desde el 2015 han evitado la muerte segura de unas 40.000 personas («nosotros lo que estamos haciendo es luchar contra las mafias y recatar personas», dice) y, al mismo tiempo explica que el flujo migratorio evita las costas libias para tomar como puntos de partida ciudades como Ceuta y Melilla, además de Túnez. «El adiestramiento de la guardia costera libia durante cuatro meses ha dado sus frutos y ahora esos cien miembros son ahora los que manejan cuatro patrulleros que están saliendo a la mar por sus aguas territoriales», describe.

Sin embargo, organizaciones y analistas internacionales denuncian que esta reducción se debe a los pactos secretos firmados por los países europeos, especialmente Italia, con milicias en Libia, información que Moreno dijo desconocer.