Empresas que se van de Cataluña también cambian su sede fiscal en busca de seguridad jurídica

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

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Paco Campos | EFE

El valor de las compañías que ya se han ido roza los 80.000 millones de euros

11 oct 2017 . Actualizado a las 10:01 h.

«La economía catalana es infinitamente más que algunas empresas emblemáticas que han decidido trasladar su sede social». Así valoraba ayer el portavoz del Gobierno catalán, Jordi Turull, el flujo continuo de firmas referentes de la comunidad que desde la pasada semana, y ante el miedo a una declaración unilateral de independencia, han decido buscar seguridad jurídica en otros puntos de España. Como ya había hecho antes el vicepresidente, Oriol Junqueras, Turull achacó a las «presiones» del Gobierno central la fuga de las grandes compañías, en un intento de «dañar a Cataluña», por lo que destacó que la economía de la región es «robusta» y se basa mayoritariamente en la importancia de las pequeñas y medianas empresas.

Pese al intento de minimizar el golpe -fundamentalmente moral- que para el secesionismo ha supuesto el éxodo masivo, primero de la banca catalana y luego de grandes y medianas empresas, lo cierto es que la crisis independentista ha obligado a mover ficha a firmas que son el corazón económico de Cataluña.

De hecho, la capitalización conjunta de las 23 empresas catalanas cotizadas es de alrededor de 100.000 millones de euros, y las que han anunciado su cambio de sede suponen el 80 % de esa cifra. Y es que solo las seis de las siete firmas catalanas del Ibex que ya han dado luz verde al traslado (Abertis, CaixaBank. Sabadell, Gas Natural, Cellnex y Colonial) tienen un valor bursátil total cercano a los 77.000 millones, que frisa los 80.000 si se incluye la otra media docena que cotizan en el mercado continuo o en el MAB.

Y la cifra aún seguiría subiendo si se añaden las decenas de ellas, de menor tamaño, y las que no cotizan, como Torraspapel, Agbar o MRW, que también han movido su sede social.

Ayer mismo anunciaron su traslado la aseguradora Catalana Occidente, la agencia de viajes en línea eDreams, la farmacéutica Induken, la gestora de fondos EDM y Planeta, todas a Madrid, mientras que Sanantur, especializada en trasplantes capilares, lo hace a Málaga.

Cambio de sede fiscal

Aunque el cambio mayoritario ha sido de sede social -su efecto es meramente administrativo y para la celebración de juntas generales-, en algunos casos, como los de Sabadell y CaixaBank, se ha acompañado de cambio de domicilio fiscal. Su impacto tampoco es demasiado relevante en términos económicos, habida cuenta de que el impuesto con mayor capacidad recaudatoria (el de sociedades) es estatal, mientras que el de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, que sí es autonómico, tiene menos peso.

Las fuentes consultadas señalan que la decisión obedece al intento de reforzar ante clientes e inversores que su marcha no es solo una medida estética y que lo que buscan es «seguridad jurídica».

El FMI, profundamente preocupado, alerta del posible contagio a la UE

Mantuvo ayer las previsiones de crecimiento económico para España en el 3,1 % para el 2017

La preocupación por la crisis catalana ha calado hondo en el FMI. Se palpaba en el informe sobre la economía española publicado a finales de la semana pasada y ayer la verbalizó el economista jefe del organismo, Maurice Obstfeld. «La situación en España es profundamente preocupante, ya que causa mucha incertidumbre tanto para la economía catalana como para la española», subrayó durante la presentación del Informe de Perspectivas Económicas Mundiales, horas antes del pleno del Parlamento catalán.

Obstfeld instó a ambas partes a que «no actúen de manera precipitada y negocien». «Hay muchos beneficios potenciales para ambas partes si lo hacen», apostilló.

Preguntado sobre posibles efectos más allá de España, en el caso de que se prolongue la incertidumbre política, el economista jefe del FMI se mostró rotundo: «Sí, habría contagio en el resto de Europa».

El Fondo Monetario Internacional mantuvo ayer las previsiones de crecimiento económico para España en el 3,1 % para el 2017; y elevó levemente las de 2018, al 2,5 %. Prevé así que el crecimiento se «mantenga estable» este año en España y se «modere» el próximo, mientras que la tasa de desempleo continuará su paulatino descenso hasta el 17,1 % al final de este año y el 15,6 % el que viene.

Mientras, la Bolsa española, que cerró sus puertas antes de la intervención de Puigdemont, bajó ayer casi un 1 %.