Ferran Pedret i Santos: «No se puede fundar un Estado con una base del 36 % de la ciudadanía»

Carlos Punzón
Carlos Punzón BARCELONA / ENVIADO ESPECIAL

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El portavoz adjunto del PSC califica la aplicación del artículo 155 de «botón nuclear», por lo que pide que sea breve y «dé la voz a los catalanes»

21 oct 2017 . Actualizado a las 09:39 h.

Asegura que los socialistas se sienten en Cataluña víctimas del fuego cruzado. Ferran Pedret (Barcelona, 1979), portavoz adjunto del PSC, mantiene que la Constitución tiene que «dejar de ser una piedra inmóvil» y abrazar ya el federalismo como solución a las tensiones territoriales. No reconoce, sin embargo, carácter mayoritario al independentismo, al que acusa de haber derogado de hecho la autonomía.

-¿Es irremediable la declaración de independencia?

-Yo no creo que se haya declarado, por lo tanto no hay nada irreparable. Pero podría declararse y quien lo haga ser incapaz de consolidar el control del territorio y la población. Los socialistas catalanes queremos evitar esa declaración que llegaría por la vía de los hechos y dejaría al derecho muy pocas soluciones. El consenso democrático es frágil y depende de que una amplia mayoría de los ciudadanos conceda que sus instituciones son legítimas y representativas.

-Los independentistas aseguran haber logrado esa legitimidad en el referendo ilegalizado.

-Se han contado y recontado los partidarios de la independencia varias veces en los últimos años y son el 36 % del censo electoral. No se puede fundar un nuevo Estado sobre la base de ese apoyo, al margen de que vaya contra el Estatuto y contra la ley. Por legitimidad democrática no se puede crear un Estado con ese apoyo ciudadano. De lo contrario puede llegar a haber dos autoridades públicas. Son muchos y no se los puede desatender, pero no da para independizarse, como tampoco se puede obviar a los que no lo quieren, que son más.

-Pretendiendo lograr la independencia, ¿los soberanistas no provocarán menos autonomía para Cataluña?

-El riesgo es dejar de ser un solo pueblo. El PSC advierte sobre ese riesgo de fractura social que los independentistas niegan, pero que es evidente que asoma ya las orejas. Frente al independentismo hay mucha gente que siente una fuerte pertenencia a España, y por eso los socialistas decimos que hay que explorar otros proyectos políticos colectivos. Hay muchas posibilidades entre el rupturismo y mantener el statu quo. La nuestra es la federal para encajar toda la diversidad de España.

-De momento lo que llega hoy es la vía del 155. ¿Hasta dónde cree el PSC que se debe aplicar?

-El PSOE y el PSC coinciden en que, llegado el caso, porque aún hay ventanas en el propio artículo 155 que permiten salidas no traumáticas, lo que debería ser es breve, siguiendo el principio de una mínima intervención y dando la voz a los catalanes de la forma más inmediata posible. Pero deberíamos todos ser generosos para ampliar el margen de maniobra de los dos Gobiernos, que se lo han recortado a sí mismos. El 155 es una especie de botón nuclear al que desgraciadamente podemos tener que llegar.

-¿Unas elecciones convocadas desde Madrid no dará nuevos argumentos al independentismo?

-Estamos en terra incognita. Preferimos no adelantar acontecimientos. Lo que hay que conseguir es restaurar las instituciones de autogobierno y la autonomía que trataron de derogar los independentistas con dos leyes que anulaban la Constitución y el Estatuto de Cataluña.

-¿No se quedará el PSC sin espacio entre Ciudadanos y el independentismo?

-Estamos entre unos y otros desde hace mucho tiempo. Tenemos nuestras posiciones, las mejores para el conjunto de España, y asumimos que pueden tener un coste electoral, pero nos da lo mismo. Alguien tiene que hacer la función de tratar de evitar que se rompan los últimos puentes. Lo difícil en un conflicto es salir a tierra de nadie y pedir el alto el fuego, porque recibes de los dos lados. Seguramente no nos saldrá a cuenta lo que estamos haciendo y proponemos.

«Colau verá si quiere dejar tocado el valor de su palabra»

Insta a Ada Colau a romper el pacto con el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona si no se siente cómoda por comprender los socialistas la vía del 155, pero le advierte que el valor de su palabra «quedará tocado».

-El independentismo prende entre los jóvenes, la generación más conectada con el exterior. ¿Hará irremediable que el debate se reabra continuamente?

-Las preferencias son mayores entre los jóvenes, quienes más rechazan las políticas del PP. El independentismo ha tenido éxito en identificar esas políticas con España. Pero, ojo, en Quebec los jóvenes son los que ya no están por la labor de seguir hablando de independentismo, quieren abordar de una vez otras cosas.

-¿Hubiera sido más efectivo ya puestos haber aplicado la vía del 155 cuando se aprobó la ley del referendo y la de transitoriedad, y haber evitado las cargas, los encarcelamientos, la crispación...?

-No lo creo. Y si lloramos sobre la leche derramada, yo lloraría mucho antes: no recoger firmas contra la reforma del Estatuto, no recurrirlo, máxime cuando otras autonomías lo han copiado, o que el Gobierno hubiera hecho alguna propuesta a Cataluña y dialogado. Y a la inversa, claro.

-¿No han sido reales pues las llamadas cruzadas al diálogo?

-No quiero pensar que cada bando se mueva esperando que sea el otro el que cometa un error irreparable. Sería una indignidad que no nos merecemos.

-El grupo de Ada Colau advierte al PSC que valorará romper su alianza en Barcelona por haber apoyado el 155. Otro frente más.

-Lo que tenga que ser será. Tenemos un acuerdo con Barcelona en Comú en clave local y que excluía expresamente las cuestiones independentistas, porque tenemos discrepancias importantes en eso. Que Ada Colau tome la decisión que considere. Pero es uno de los espacios donde está funcionando una alianza llamada a entenderse. Ella verá si quiere dejar tocado el valor de su palabra y la credibilidad de su disponibilidad a entenderse con fuerzas de la izquierda.