La crisis catalana disparará el déficit de España más de 5.000 millones

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

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Juan Carlos Hidalgo | Efe

El rumor de una posible convocatoria de elecciones hizo una montaña rusa de la bolsa, que ganó casi dos puntos

27 oct 2017 . Actualizado a las 07:17 h.

Despejar el polvorín en el que se ha convertido la situación política de Cataluña es urgente. Las voces que alertan de los dramáticos efectos que supondría para la economía española que el conflicto secesionista se enquistase, prolongándose en el tiempo, no dejan de multiplicarse. El martes fue la patronal catalana quien pidió cerrar con celeridad la «vía de agua» y este jueves le tocó el turno a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que alertó de que si el conflicto independentista persiste el próximo año el incumplimiento del objetivo de déficit público estará asegurado, con un desvío estimado de hasta 5.500 millones de euros, equivalente a cinco décimas del PIB, ya que, en lugar del límite del 2,2 % comprometido por el Gobierno con Bruselas, el 2018 cerraría con un desfase del 2,7 %.

En caso de que las aguas del secesionismo volvieran a su cauce antes de que finalice este año, el escenario económico sería menos adverso, ya que el déficit sería del 2,4 %, aunque seguiría por encima del objetivo fijado.

El órgano encargado de velar por la sostenibilidad de las finanzas públicas ya advirtió hace una semana que, de prolongarse la crisis en Cataluña, el crecimiento de la economía española podría verse reducido casi a la mitad, al 1,5 % en lugar del 2,7 %, ya que el desafío independentista se comería 1,2 puntos del PIB (unos 12.000 millones de euros).

En el informe emitido este jueves sobre las líneas fundamentales de los presupuestos para el 2018 de las comunidades autónomas, la AIReF «considera factible» el cumplimiento del objetivo de déficit para el conjunto de las comunidades, fijado en el 0,4 %, pero advierte que «este escenario presenta importantes incertidumbres que podrían afectar al cumplimiento de dichos objetivos».

Así, por un lado, señala la situación de Cataluña, «que podría rebajar hasta en diez puntos el grado de probabilidad de cumplimiento del déficit, hasta hacerlo improbable», y por el otro, apunta al ajuste en las entregas a cuenta del sistema de financiación autonómica, que se resentirá con la prórroga de los Presupuestos, pues tendrá que adaptarse al nuevo escenario de crecimiento, del 2,3 %, previsto en el Plan Presupuestario remitido a Bruselas.

El parqué, un carrusel

La bolsa replicó este jueves el nerviosismo del presidente de la Generalitat. Si a lo largo de la jornada Carles Puigdemont convocó y suspendió varias veces su esperada comparecencia para despejar si habría convocatoria de elecciones o declaración de independencia, el Ibex 35 se convirtió en un carrusel de eufóricas subidas y moderadas decepciones al ritmo de las novedades políticas.

De hecho, poco después del mediodía, tras filtrarse que se convocarían elecciones anticipadas, el selectivo llegó a dispararse un 2,60 %, frisando los 10.420 puntos. Luego, los reiterados retrasos en la comparecencia de Puigdemont fueron bajando la fiebre bursátil provocada por los hipotéticos comicios.

De este modo, cuando a las cinco de la tarde el presidente anunció que no habría urnas, que había contemplado la opción pero que finalmente la había descartado porque no había garantías de que fuera a frenar la activación del 155 por parte del Gobierno central, el mercado reaccionó cayendo al 1,2 %.

Pese a los vaivenes, el Ibex acabó reponiéndose, ya que no tardó en repuntar y cerrar la sesión ganando casi un 2 % (un 1,92 % concretamente). Del máximo del día al cierre, el selectivo perdió poco más de 50 puntos.