Un clamor por el 21-D en Barcelona

Mercedes Lodeiro LA VOZ EN BARCELONA

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Segunda gran manifestación por la unidad y contra el independentismo en apenas tres semanas: más de un millón de personas salen a la calle y piden derrotar al secesionismo en las urnas

30 oct 2017 . Actualizado a las 09:09 h.

«Votaremos». «Ahora sí, votaremos». Los cientos de miles de manifestantes que el domingo salieron a las calles de Barcelona emularon las proclamas que los independentistas lanzaban antes del referendo ilegal para reivindicar que en diciembre habrá urnas, pero estas legales, para unas elecciones autonómicas anticipadas en Cataluña en las que esperan dar la espalda al secesionismo.

De eso, de elecciones, se hablaba en una jornada de fiesta, música y baile por el céntrico paseo de Gracia de Barcelona, la Gran Vía y adyacentes para decirle al mundo: «Todos somos Cataluña». Ese era el emblema de la monumental manifestación que, convocada por Sociedad Civil Catalana, reunió el domingo a 1.300.000 personas, según la organización (300.000 según la Guardia Urbana de la Ciudad Condal). Un éxito, el de ahora, que supera al de otra reciente, la marcha del pasado día 8, cuando salieron a la calle alrededor de un millón de ciudadanos. La convocatoria contra el desafío soberanista del ya destituido Carles Puigdemont y para defender la unidad de España se desarrolló mientras las filas secesionistas digieren su fracaso tras la aplicación del 155.

La música de Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat, y la de que Viva España, de Manolo Escobar, regaron los oídos de una multitud que se siente tan catalana como española, pero también los de unos políticos que exhibieron una unión inusual. El líder del PP catalán, Xavier García Albiol, se hacía fotos con Enric Millo (delegado del Gobierno), Miquel Iceta (líder del PSC) y Dolors Montserrat (ministra de Sanidad). Y abrazos sin importar las ideologías: Josep Borrell con Jorge Moragas, jefe de Gabinete de Rajoy. Pero también grandes sonrisas, como la de Albert Rivera e Inés Arrimadas.

No faltaron socialistas como Núria Marín y Salvador Illa, además de Adriana Lastra y Carmen Calvo. Y del PP, el exministro Jorge Fernández, que no anda bien de salud. Tampoco el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, que ya estuvo en la marcha anterior y que se ha convertido en una de las principales voces de empresarios contra el independentismo.

Ondeaban banderas españolas, catalanas y europeas mientras Albiol, ya en clave electoralista, cruzaba de lado a lado del paseo de Gracia estrechando manos y provocando coros de «Albiol, Albiol» de las mismas personas que momentos después gritaron «Iceta, Iceta» cuando era a este al que tenían cerca. «No nos engañan, Cataluña es España», «TV3 informa al revés» y «Puigdemont inhabilitación», «Puigdemont, a la prisión» y «Ada Colau, ¿dónde estás?» se coreaban a lo largo del recorrido. Este lunes, con todo, vuelve la incertidumbre ante el primer día hábil tras la destitución del Gobierno de Puigdemont.

«Ni catalanes ni españoles, todos lo mismo, todos somos uno»

«A mí me da mucha pena lo que está pasando. Mi hijo se casó con una chica de aquí y estos días procuramos no estar con ella. Hay problemas en el matrimonio por esta polémica del independentismo», confiesa Marina. Ella entiende que somos «todos lo mismo, ni catalanes ni españoles, somos todos uno».

«Esto es una dictadura, y los independentistas, unos trileros»

José fue el viernes a la manifestación de Tarragona y el domingo a la de Barcelona. Opina que «hubiese sido mejor que Puigdemont convocase las elecciones, pero para él sería una bajada de pantalones a los ojos de los suyos». Y critica el 1-O: «Los independentistas han sido unos trileros, con urnas por el suelo; esto es una dictadura».

«Puigdemont debería haber representado a todos»

«No estoy de acuerdo con Puigdemont porque debería representar a todos los catalanes y no solo a una parte», afirma Carla. «Esperemos que las elecciones solucionen esta situación, pero creo que habrá una parte que seguirá fracturada porque los independentistas han prometido cosas que no podrán cumplir», dice Rebeca.

«El viernes no aguanté más y puse una bandera española en casa»

«No soy de banderas, pero el viernes no aguanté más y puse una en lo alto de mi casa», dice Manuel. Carmen afirma que a su hijo de 7 años la profesora le dijo que la policía vino para pegar. «Lo llevamos a la comisaría de Reus para que viese que está para protegernos. Los agentes se emocionaron», comenta.

«Estoy aportando aquí mi granito de arena como catalán»

El exdeportivista Albert Luque dice que «el separatismo que quieren imponer es un atraso». «Estar juntos nos hace más fuertes. En estos momentos estoy aportando mi granito de arena como catalán», añade. «Cataluña es una parte de España y lo sé porque he tenido la suerte de haber vivido en Galicia y Andalucía», afirma.