El día a día de Oriol Junqueras y los exconsejeros en la cárcel de Estremera

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

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Edgardo Carosía

Cada celda es un rectángulo de once metros cuadrados con una litera, un par de estanterías, dos escritorios con sus sillas, todo blanco, y un baño minimalista con ducha, lavabo e inodoro

06 nov 2017 . Actualizado a las 10:03 h.

Son las ocho de la mañana y Oriol Junqueras ya ha adecentado su celda del Centro Penitenciario Madrid VII. Se dispone a desayunar. Tiene una hora antes de que comience el primer bloque de actividades, en el que los reclusos escogen entre cultura o deporte. Mientras algunos se dedican a leer cualquier referencia de la biblioteca, otros intentan mejorar su formación, ya sea profesional, en idiomas, o incluso intentar retomar la carrera académica. Pero la gran mayoría prefiere el deporte. Estremera, donde están encerrados el exvicepresidente de la Generalitat y cinco exconsejeros, cuenta con las mejores instalaciones. Pabellón, gimnasio con modernos aparatos -las bicis estáticas para spinning son el último grito -, y piscina, aunque según apuntan los funcionarios, inutilizada desde hace años.

Los internos comen temprano. A las 13.00 empieza el turno de comidas, seguido de un descanso hasta las 16.30, hora en la que se reanudan las actividades. El que esté cansado de libros y deporte siempre puede distraerse con una partida de futbolín, dominó o comiendo fichas al parchís (las cartas están prohibidas), o simplemente ver algo en la tele. A las 20.00 se sirve la cena y a las nueve toca regresar a la celda. A medianoche se apagan las luces.

Estremera está en Fuentidueña de Tajo, en la provincia de Madrid, al límite con Cuenca. En coche, desde Barcelona y vía Valencia, se tarda poco menos de seis horas. Tras una inversión de 96 millones y bajo el sobrenombre de Hotel cinco estrellas, fue inaugurada en el 2008 por Francisco Granados, por entonces exconsejero de la Comunidad de Madrid y que poco después acabaría habitando una de sus 1.214 celdas. Cada una de ellas es un rectángulo de once metros cuadrados con una litera, un par de estanterías, dos escritorios con sus sillas, todo blanco, y un baño minimalista con ducha, lavabo e inodoro. Y aunque las vistas no sean las mejores, hay un ventanuco por el que al menos se cuela la luz del sol.

Módulos amables

Junqueras y Carles Mundó (exconseller de Justicia) comparten una en el módulo siete. En el cuatro, conviven Turull y Rull, hasta hace días encargados de las áreas de Presidencia y Territorio. Ambos son módulos categorizados por Interior como de respeto, en el que los internos disfrutan de cierta autonomía. Es una de las zonas más amables de la prisión, con pocos incidentes. Una suerte parecida corrieron Joaquin Forn (Interior) y Raül Romeva (Exteriores), compañeros de celda en el módulo 3, con categoría de primario, también habitado por presos poco conflictivos.