Los independentistas reconocen que su plan naufragó por falta de apoyo social

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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FERNANDO ALVARADO | EFE

Un exconsejero admite que ocultaron «lo más inquietante» del proceso soberanista

15 nov 2017 . Actualizado a las 07:14 h.

A los independentistas ya no les salen ni sus propias cuentas. Durante toda la legislatura se escudaron en una mayoría raspada de diputados, que no de votos, para legitimar cada uno de los pasos que dieron hasta la proclamación de la república catalana. Bajo el pretexto de cumplir «con el mandato del pueblo» se saltaron todas las barreras legales. Sin embargo, dos años después, y tras haber generado la mayor crisis política de la democracia, una inmensa fractura social y un profundo agujero económico en Cataluña, parece que la interpretación de los resultados electorales de aquel septiembre del 2015 ha cambiado por completo. Al menos es lo que se deduce de las palabras que en las últimas horas repiten algunos de sus líderes. Como Joan Tardá, portavoz de ERC en el Congreso, que ayer explicaba que Cataluña no es independiente «porque no ha existido una mayoría que así lo ha querido». O como Carles Campuzano, representante del PDECat en la Cámara Baja, que para justificar el fracaso del soberanismo reconoció ciertas prisas por parte de las fuerzas políticas, reflexionando sobre la necesidad de «acompasar sus ritmos a la realidad de los hechos».

Ambos coincidieron ayer con Artur Mas en admitir que la república catalana había naufragado al no haber contado con el respaldo mayoritario de la población, aunque también apuntaron a otras razones para tratar de justificar este descalabro del proyecto soberanista, totalmente diluido tras la aplicación del 155. Tardá culpó a la represión del Gobierno central, asegurando que la república no llegó a «implementarse» por la brutalidad policial, ya que no estaban dispuestos a poner en riesgo la seguridad de su ciudadanía. «Si por poner las urnas fue golpeada, qué hubiera podido pasar si el Gobierno de Cataluña hubiese salido al balcón a proclamar la república», exclamó el portavoz de ERC. Por su parte, Campuzano acusó al Ejecutivo de «no haber propuesto alternativas» y garantizó que la conquista de la independencia se mantiene en «el horizonte».

Este sentimiento de fracaso del proyecto independentista también fue compartido por Antoni Comín, uno de los cuatro exconsejeros que acompañan a Puigdemont en Bruselas. Pero incluso fue un paso más allá, al admitir en una entrevista que desde el Gobierno catalán habían ocultado a la gente una información trascendental de lo que supondría la independencia, reconociendo que en el discurso oficial se hizo especial hincapié en la parte «más épica y más bonita» del proceso, mientras que «la más inquietante» del mismo, es decir, sus consecuencias reales, se ocultaron.

Elecciones a la vista

La convocatoria electoral ha transformado de un plumazo la relación entre ERC y el PDECat. Hasta hace días fuertes aliados, sus diferencias aumentan a paso de gigante a medida que se acerca el 21D. El exdiputado de la antigua Convergència Francesc Homs cargó ayer contra los republicanos al calificar como algo «insólito» que acusaran de «traidor» a Carles Puigdemont cuando este se planteó convocar elecciones «y ahora digan que no estábamos preparados» para declarar la independencia.

El Supremo quiere asumir la causa sobre la rebelión y Junqueras lo ve bien

El Tribunal Supremo dio ayer el primer paso para asumir la causa que instruye la Audiencia Nacional contra los exmiembros del Gobierno catalán por rebelión, sedición y malversación. Así, el magistrado Pablo Llarena solicitó un informe a la jueza Carmen Lamela para que traslade a todas las partes personadas en el proceso que se pronuncien sobre si desean que se acumulen en el mismo procedimiento. Los abogados del exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras y de otros exmiembros del Gobierno catalán ya han mostrado su visto bueno, al considerar que de esta forma aumentan las posibilidades de que sus clientes abandonen la prisión, ya que mientras Llarena dejó en libertad bajo fianza a los miembros de la Mesa, Lamela envió a la cárcel a los integrantes del Ejecutivo cesado, aunque cabe recordar que sus respectivas defensas emplearon distintas estrategias. Lamela emitió ayer un auto en el que apunta que Gobierno y Parlamento catalanes y las plataformas ANC y Òmnium trabajaron «como una organización» por la independencia.

Puigdemont no logra convencer a ERC y ya admite que no habrá lista unitaria

c. p. bruselas

«Frente común», pero nada de lista unitaria. Es la respuesta que le ha dado ERC a la oferta del expresidente catalán Carles Puigdemont de sumar fuerzas con su plataforma Junts per Catalunya de cara a las elecciones del 21 de diciembre. Así lo anunció ayer la número dos del partido, Marta Rovira, quien se desplazó hasta Bruselas para reunirse con el líder de PDECat y los cuatro exconsejeros fugados. «Tenemos que continuar juntos y buscar la mejor fórmula para hacerlo», explicó. ERC asegura compartir estrategia política con Puigdemont: «Vamos a ir absolutamente coordinados para terminar con el 155, liberar a los presos políticos y para poner en valor el mandato democrático de los catalanes». Eso sí, cada uno por su lado. La decisión de extender un velo para ocultar las discrepancias y reproches entre los líderes de ambas formaciones a costa de la gestión política llevada a cabo tras la fallida declaración unilateral de independencia no esconde otra razón que la de mantener vivo el voto independentista de cara a unos comicios «ilegítimos e ilegales», en opinión de Rovira.

Un «mosso», de escolta

El expresidente, en busca y captura por la Justicia española, dispone en Bruselas de escolta. Al menos un sargento de los Mossos tendrá que rendir cuentas cuando vuelva a España. Según el ministro del Interior, los Mossos d’Esquadra le han abierto un expediente sancionador al agente por incumplimiento de sus funciones.