Marta Rovira, una leal fontanera sin carisma

F. B. LA VOZ / MADRID

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Quique García | EFE

Con el aval de Junqueras desde la cárcel, se postula como aspirante a ser la primera presidenta de la Generalitat

16 nov 2017 . Actualizado a las 10:11 h.

Con el aval de Oriol Junqueras desde la cárcel, Marta Rovira i Vergés (Vich, 1977) se postula como aspirante a primera presidenta de la Generalitat, y algunas encuestas la dan ya como ganadora.

La secretaria general de ERC se crio en una familia independentista, por lo que su ingreso en ERC hace doce años fue algo natural. También su ascenso dentro del partido, de la mano de Puigcercós, que la incorporó a la ejecutiva gracias a su desempeño. Desde entonces ha dedicado su tiempo a la realización de trabajos de fontanería en defensa de las esencias republicanas, hasta el punto de convertirse en la persona de máxima confianza del actual líder, Oriol Junqueras. El exvicepresidente de la Generalitat destaca de ella «su determinación y convencimiento inigualables», así como su sensatez y su audacia, aunque también apunta que es algo «tozuda y obstinada».

Marta Rovira aparenta timidez, pero tras esas gafas se oculta una gran determinación y perseverancia, dos armas que empleó para acabar de convencer al BNG para que en el 2008 abandonase a CiU, sus tradicionales aliados en las europeas, en favor de ERC. Además de por su trabajo en la sombra, Junqueras la ha promocionado por su lealtad, pero falta comprobar si también ha influido su falta de carisma, con el objetivo de que no acabe robando al líder el protagonismo cuando este salga de prisión.