Las listas separan aún más a los secesionistas

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

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Quique García | EFE

El líder de ANC, Jordi Sànchez, ficha como número dos de Puigdemont, el de Òmnium, Jordi Cuixart, rechaza ser candidato y Mas reprocha a Junqueras que «dejara solo» al expresidente

17 nov 2017 . Actualizado a las 07:06 h.

El fracaso del proceso soberanista y la reacción del Gobierno convocando de inmediato unas elecciones autonómicas han abierto una brecha en el frente independentista, que una vez perdida la iniciativa política no ha podido mantener la unidad de acción, ni siquiera entre Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, las grandes plataformas impulsoras de la movilización separatista. Esa fractura, agrandada por la incapacidad de ERC y el PDECat de mantener la coalición electoral con la que han gobernado juntos los dos últimos años, se ha evidenciado en la composición de las candidaturas para el 21-D.

Tras el rechazo de ERC a formar una lista soberanista de unidad con el PDECat, Carles Puigdemont trata de disputar a Oriol Junqueras el liderazgo secesionista incorporando a independientes. Con ese objetivo, ayer fichó como número dos de su candidatura en Junts per Catalunya a Jordi Sànchez, líder de ANC que permanece en prisión acusado de sedición y que ha dimitido de sus cargos en la organización separatista. Sànchez justificó su decisión en las «circunstancias excepcionales» que vive Cataluña y en el reto de «seguir avanzando en la legítima defensa de la república catalana».

Puigdemont, «decepcionado»

Una estrategia opuesta a la sostenida por el líder de Òmnium, Jordi Cuixart, al que también cortejaba Oriol Junqueras, que ayer rechazó concurrir en ninguna lista. «Desde el máximo respeto hacia el papel de las fuerzas políticas, Òmnium es y ha de seguir siendo de todos», escribió Cuixart en una carta desde prisión en la que afirma que la entidad que preside debe ser «transversal», lo que es «incompatible con formar parte de una lista electoral». Puigdemont trató también de incorporar, sin éxito, a la exconsejera del PSC Marina Geli.

La fractura entre el PDECat y ERC, que irá en aumento a medida que avance la campaña, quedó en evidencia ayer cuando el expresidente catalán Artur Mas reprochó a Oriol Junqueras que haya dejado «solo» a Puigdemont. En un desayuno informativo en Madrid, Mas dijo ser «claramente partidario» de que, mientras dure el pulso con el Estado, el soberanismo opte por la «unión de fuerzas, la actuación conjunta, la cooperación y la no competencia». Reprochó por ello a Junqueras, sin citarlo, que dijera que su candidato «también es el presidente legítimo, Carles Puigdemont». Según Mas, si se quiere subrayar su legitimidad, «no se le puede dejar solo». «Pero la política es la política», añadió. El propio Puigdemont reconoció ayer su «decepción» por no haber podido conformar una lista única del soberanismo, ya que «la gente esperaba la máxima unidad en este momento de emergencia nacional», aunque pidió que nadie se haga «mala sangre».

Desconfianza del PDECat

La desconfianza es máxima en el PDECat, que teme que ERC trate de alcanzar un acuerdo con los comunes de Ada Colau y hasta con el PSC si los números dan para formar una mayoría de izquierdas que excluya al partido de Puigdemont. Pero las fricciones en la elaboración de las candidaturas afectan al propio PDECat, en donde el expresidente catalán, huido en Bruselas, impuso a su partido el control personal de la elaboración de las listas de Junts per Catalunya, marca con la que se presentará el 21-D. Algo a lo que el PDECat se plegó ayer. En esa candidatura, que será presentada hoy definitivamente y en la que apenas habrá dirigentes del partido, se integrarán los exconsejeros que permanecen en prisión -Jordi Turull, Joaquim Forn, Josep Rull, y Meritxell Borràs- y también los fugados a Bruselas: Clara Ponsatí y Lluís Puig. Pero tampoco aquí hay estrategia común, porque el exvicepresidente del Parlamento catalán por el PDECat, Lluís María Corominas, imputado por sedición en el Tribunal Supremo y en libertad bajo fianza, anunció ayer que no irá en la lista de Junts per Catalunya y que se retira de la política activa, aunque negó que su decisión se deba a desacuerdos internos. Y lo mismo hará Ramona Barrufet, exmiembro de la Mesa y también imputada. En la lista de Puigdemont sí habrá perfiles polémicos, como el de Héctor López Bofill, profesor de Derecho Constitucional que afirmó recientemente en Twitter: «Entre democracia e independencia, elijo independencia».

En el cartel de ERC estarán también los exconsejeros encarcelados o fugados Raül Romeva, Toni Comín, Carles Mundó, Dolors Bassa y Meritxell Serret, así como miembros de Demòcrates de Catalunya con los que ayer llegó a un acuerdo, además de personajes populares como la escritora Jenn Díaz y la atleta Nuria Picas. No estará Anna Simó, secretaria primera de la Mesa del Parlamento catalán y en libertad bajo fianza por decisión del Supremo, aunque sí irá como número cuatro la expresidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, que eludió la prisión con una fianza de 150.000 euros.

La CUP, que por reglamento interno relevará a casi todos sus diputados, incluida la portavoz Anna Gabriel, ha llegado a un acuerdo con la organización Pirates de Catalunya, que irá en sus listas tras asumir en su asamblea la defensa del referendo independentista y «la construcción de una república desde abajo» exigida por los cuperos. La lista de Catalunya en Comú la cerrará simbólicamente Ada Colau.

Jordi Sánchez, secesionista radical y examigo de HB

 

g. b.

Jordi Sànchez Picanyol (Barcelona, 1964) se integra en una lista electoral tras décadas de activismo político. Detrás de sus modales corteses, su hablar pausado, su reivindicación pacifista y su fama de secesionista con seny, se esconde en realidad un fanático independentista de ideología radical, que ya en el año 1983 era portavoz de la Crida a la Solidaritat, en donde llegó a participar en mítines con dirigentes de Herri Batasuna. Tras el atentado de ETA en Hipercor de 1987, la Crida de Sànchez emitió un comunicado en el que coincidía con HB en responsabilizar a la empresa y a la policía por no haber hecho nada pese a conocer la existencia de un coche bomba.

Tras la disolución de la Crida, Sànchez se acercó a Iniciativa per Catalunya Verdes y posteriormente fue consejero de la Corporación Catalana de Radio y Televisión y adjunto al Defensor del Pueblo catalán. En el 2015, y pese a no ser el candidato más votado, sustituyó a Carme Forcadell al frente de Asamblea Nacional Catalana (ANC), organización que se ha nutrido de subvenciones de la Generalitat, aunque se muestra sumamente opaca, ya que no hace públicas sus cuentas.

Sànchez, que formaba parte del sanedrín de Mas y Puigdemont que ha dirigido de hecho Cataluña en los últimos años, fue clave en la estrategia de imponer la vía de la independencia unilateral.