Tráfico endurecerá el castigo por usar el teléfono móvil mientras se conduce

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

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IAGO GARCÍAÁLEX LÓPEZ-BENITO

El ministro del Interior anuncia más sanciones para los infractores reincidentes

02 feb 2018 . Actualizado a las 08:58 h.

Las distracciones causan una de cada tres muertes en la carretera. Y el móvil es ya el principal motivo de falta de atención al volante. Combatir el uso del teléfono mientras se conduce se ha convertido en una prioridad para los responsables de la seguridad vial, conscientes de que los segundos que se dedican a una llamada o a un wasap son los mismos que se apartan de la atención a la carretera mientras el coche sigue devorando kilómetros a ciegas. La Dirección General de Tráfico ha detectado un aumento del número de accidentes en los que se sospecha que el móvil ha sido determinante y lanza una nueva ofensiva para concienciar sobre los riesgos de usar el teléfono mientras se conduce y, al mismo tiempo, advertir que su uso tendrá un mayor castigo en la próxima reforma de la ley de tráfico en la que está trabajando la DGT.

«La reincidencia en la infracción por el uso del móvil al volante tendrá consecuencias en la reforma de la ley», señaló ayer el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, durante la presentación de la campaña de concienciación sobre los riesgos del móvil. No detalló cuáles serán esas consecuencias, pero lo cierto es que los responsables de Tráfico están muy preocupados con la cada vez mayor presencia que el teléfono móvil está teniendo entre los conductores, en especial debido a la generalización del uso del wasap y otras redes sociales desde el móvil y por parte de los conductores.

Ahora, 200 euros y 3 puntos

Manipular el teléfono al volante es una infracción grave que está incluida en el catálogo del permiso por puntos y que en la actualidad está sancionada con una multa de 200 euros y con la retirada de tres créditos del carné. La reforma de la ley de tráfico endurecerá esa sanción, muy probablemente con la pérdida de un mayor número de puntos y con un aumento de la multa. Fuentes de Tráfico consultadas por La Voz sostienen que el uso de la telefonía móvil mientras se conduce «está siendo la causa de un importante número de accidentes, de tal forma que las distracciones están superando ya a los excesos de velocidad como causa de siniestros».

Lo tiene muy claro el ministro del Interior. Ayer insistió en los riesgos que tiene la conducción desatenta y en la necesidad de realizar reformas para adaptar las sanciones relacionadas con la seguridad vial a los tiempos actuales, en los que la tecnología está presente en los vehículos y puede provocar distracciones. Pero el ministro no quiso dar más datos sobre cómo se incrementará la sanción por el uso del móvil al volante. «Se están haciendo los estudios y en primer lugar se están compartiendo con los técnicos. En segundo lugar, lo haremos con los grupos políticos», aseguró Zoido, quien destacó que el Gobierno desea «una reforma de la ley de tráfico que cuente con el mayor consenso posible».

También los peatones

Pero los riesgos por el uso del teléfono móvil y las distracciones que provoca no afectan solo a los conductores. En las ciudades se ha detectado un aumento de casos en los que los peatones cruzan sin mirar porque van pendientes del móvil, bien manteniendo una conversación o bien leyendo o enviando un mensaje.

Sin percepción del riesgo

Y uno de los problemas con los que se encuentran los responsables de Tráfico es que no parece haber una concienciación ciudadana sobre los problemas del uso del móvil en situaciones en las que es necesaria la máxima atención a otras tareas, como es el caso de la conducción. «No existe entre los españoles una percepción real de elevado riesgo de este problema», señaló el ministro, que estuvo acompañado por el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, y por el general jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Ramón Rueda.

El peligro en la carretera

Teléfonos que tienen la opción de desconectar de las redes al conducir. Muchos expertos plantean la necesidad de establecer mecanismos tecnológicos que impidan el uso del móvil mientras se conduce. La apuesta en ese sentido avanza más en el ámbito de los fabricantes de móviles y de hecho ya hay marcas que incorporan opciones para desactivar las conexiones mientras se conduce. Una de esas medidas la incluye la última actualización del iPhone.

El 25 % de los conductores lo usan, y el 18 %, envían mensajes. Es este un dato preocupante para los responsables de la DGT. Hablar por teléfono al volante sin utilizar un dispositivo manos libres o leer mensajes de texto en el móvil son prácticas admitidas por el 25 % de los conductores consultados en una encuesta realizada por Axa. Y peor que eso, el 18 % de los encuestados confiesan que responden mensajes mientras conducen.

Tres distracciones en una: la visual, la cognitiva y la manual. Un estudio de una fundación norteamericana para la seguridad del tráfico destaca al teléfono móvil como uno de los dispositivos de mayor riesgo. El motivo es que causa tres distracciones: la visual, mientras los ojos leen la pantalla; la cognitiva, la mente está ocupada elaborando el mensaje, y la manual, porque los dedos van tecleando letras o botones y se apartan las manos del volante.

Si ves el móvil de vez en cuando, ves la carretera de vez en cuando. «Si miras el móvil de vez en cuando, solo ves la carretera de vez en cuando». Es este uno de los mensajes de la campaña contra el móvil al volante. Ese mensaje está basado en una de las frases más repetidas por miles de conductores cuando les preguntan si utilizan el teléfono mientras están manejando el coche. La idea es transmitir que en la carretera las distracciones pueden ser fatales.

Instrucciones a la Guardia Civil y a los helicópteros para aumentar la vigilancia

«Al volante no se debe usar nunca el teléfono móvil», advirtió el ministro Zoido tras presentar en Madrid la nueva campaña de la Dirección General de Tráfico para frenar la utilización del teléfono mientras se conduce. Además de los mensajes a la población, aseguró que había transmitido instrucciones a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y a las patrullas de los helicópteros de la DGT para que extremen la vigilancia sobre el uso del teléfono móvil entre los conductores.

La campaña

Por lo que respecta a la campaña, el objetivo de la DGT es llegar a toda la población. Incluye un vídeo en el que se reproduce un trayecto cualquiera de una ciudad cualquiera, en el que los semáforos, los vehículos y los peatones aparecen y desaparecen al paso del automóvil, situación semejante a la que se produce cuando al volante se mira un teléfono móvil: que se dejan de ver señales, semáforos en rojo o peatones cruzando.

Precisamente, al hablar por el móvil dejan de captarse hasta el 50 % de las señales y el riesgo de sufrir un accidente aumenta entre cuatro y nueve veces, un riesgo similar a cuando se registra una tasa de diez gramos por litro de alcohol en sangre, cuando la tasa máxima en sangre permitida para conducir es de 0,5 gramos por litro.

Además del vídeo, de 20 segundos, que se podrá ver en televisión, se ha grabado uno de 30 segundos para redes sociales de la DGT y del Ministerio del Interior, así como de sus organismos, con la idea de que su visionado llegue a un mayor número de personas. Igualmente, se han grabado cuñas de radio que apelan a la conducción atenta.

El alcohol sigue siendo un problema

Jose Manuel Casal

Casi 65.000 conductores dieron positivo en los últimos cinco años en controles en las carreteras gallegas

josé manuel pan

Los estudios de tráfico indican que el uso del teléfono móvil al volante puede tener las mismas consecuencias que conducir bajo los efectos de bebidas alcohólicas porque se dejan de percibir señales y las maniobras de otros conductores. Es cierto que esa pérdida de la atención existe, pero también lo es que la conducción bajo la influencia del alcohol o las drogas supone uno de los riesgos más graves para el tráfico. Y en Galicia es un problema que parece tener una difícil solución porque se repite con demasiada frecuencia. Solo los continuos controles policiales, en especial los de la Guardia Civil, consiguen apartar de la carretera a los conductores que se ponen al volante pese a haber consumido más alcohol del permitido.

Los datos de esos controles muestran una situación delicada en Galicia, donde en los últimos cinco años (2012-2016) dieron positivo en alcohol casi 65.000 conductores, lo que representa una media de 13.000 casos al año. Son automovilistas que fueron interceptados en controles preventivos y cuyos vehículos fueron inmovilizados. A Coruña es la provincia que registró más positivos de alcohol en esos cinco años, con 24.529 casos. Le sigue la de Pontevedra, donde los agentes detectaron a 23.758 automovilistas que superaban las tasas permitidas para poder circular. En Ourense fueron interceptados 10.186 conductores por dar positivo, mientras que en la provincia de Lugo se contabilizaron 6.654 casos.

Un dato llamativo hace referencia al número de infractores reincidentes. Casi 8.000 de los 65.000 sancionados en Galicia por alcoholemia en esos últimos cinco años dieron positivo en alcohol en dos o más ocasiones, según la respuesta del Gobierno a una pregunta parlamentaria realizada por los diputados socialistas María Aurora Flórez, María Dolores Galovart, Guillermo Meijón y Pablo Bellido.

El número de positivos en las pruebas de alcoholemia en Galicia se mantiene más o menos estable en las cuatro provincias en los cinco años. No sucede lo mismo con los casos de conductores con presencia de drogas o sustancias psicotrópicas en el organismo. En este caso sí que se observa un aumento cada año coincidente también con un incremento de las pruebas de detección. Esto se explica con que en los últimos años Tráfico ha ido dotando a los agentes de más dispositivos para la recogida de las muestras de droga y para su análisis en carretera.

Los datos dejan ver con claridad esa progresión. En el 2012 hubo en las carreteras gallegas 373 positivos por drogas. El año pasado, los infractores fueron 4.873. Y el aumento se mantendrá porque el director general de Tráfico ya anunció su intención de conseguir multiplicar el número de pruebas de drogas en las carreteras, como la realizada ayer a un taxista cerca de Santiago, que dio positivo en cocaína y THC cuando se dirigía a recoger a unos pasajeros para realizar un servicio de larga distancia.

Sanciones duras

La tasa máxima de alcoholemia en España es de 0,25 miligramos en la prueba de aire (0,15 para noveles y profesionales). El castigo por superar esa tasa va de los 500 euros y 4 puntos a 1.000 y 6 puntos. Si se supera la tasa de 0,60, la infracción se convierte en delito y puede suponer cárcel. En el caso de las drogas no hay niveles. Se sanciona el positivo. La multa es de 1.000 euros y se pierden 6 puntos. Es un delito si el conductor está bajo los efectos de las drogas.