La crisis catalana hace peligrar 12.000 millones en inversión e ingresos turísticos

m. hevia REDACCIÓN / LA VOZ

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QUIQUE GARCÍA | EFE

Devalúa la imagen de España y espanta a los directivos, según una consultora

14 dic 2017 . Actualizado a las 08:35 h.

Nuevas cifras, en esta ocasión se contabilizan en 12.000 millones de euros, predicen las pérdidas en el plazo de un año que repercutirán directamente en las cuentas de la economía española como consecuencia de la situación política originada en Cataluña. Sin duda, un buen bocado a las expectativas de crecimiento para el 2018. Un estudio realizado por la consultora Reputation Institute muestra el efecto de la inestabilidad provocada por el desafío secesionista sobre dos indicadores esenciales: el turismo y la inversión extranjera.

La marca España, y en mayor medida la catalana, ha roto la tendencia alcista que registraba desde el 2014 en Europa. Con la situación de conflicto que se ha trasladado desde Cataluña al resto del mundo, desde el pasado mes de marzo la percepción que se tiene de nuestro país ha descendido en más de tres puntos (3,1 %) y al menos seis de cada diez participantes en esa consulta consideran que la marca España se ha visto perjudicada por el intento separatista.

Pero la factura que más podría afectar a los resultados económicos, con esta crisis en la reputación, es la que se refiere al turismo, por ser uno de los sectores estratégicos de la economía. La intención de visitar España cae en cinco puntos, según el índice elaborado a partir de las respuestas de los europeos consultados por Reputation Institute (1.400 cuestionarios on line entre ciudadanos de ocho países de la UE) lo que se traduciría en una contracción del 15,37 % y una reducción de ingresos estimada en 12.000 millones de euros.

Por países, donde más empeora la percepción de España por el proceso independentista son Francia y Alemania, que rebajaron en más de 4 y 7 puntos, respectivamente, la consideración que tenían de nuestro país respecto al primer trimestre de este año. Curiosamente, en el único Estado donde ha mejorado ligeramente la imagen del país es en Reino Unido.

Golpe inversor

En el análisis de la firma de investigación demoscópica también se ha evaluado la intención inversora extranjera. El resultado de la consulta -realizada entre 144 directivos de empresas europeas, excepto España-, demuestra que la intención de invertir en nuestro país ha descendido 4 puntos, algo que, según el informe, supondría un golpe estimado en la inversión real española de hasta un 1,95 %. Y es que cuatro de cada diez responsables empresariales consideran que España ha perdido atractivo inversor a causa de este escenario que genera incertidumbre. Todavía más «tres de cada diez ya han reducido inversiones en España y en Cataluña como consecuencia del conflicto, y en torno a la mitad (un 51 %) asegura que aprobaría planes de desinversión si la situación continúa», ha explicado el director general de Reputation Institute en España, Enrique Johnson. Tampoco los directivos tienen reparo en admitir, según el estudio, que se marcharían de España si el escenario de tensión continuase (49 %), y otro 24 % se lo plantearía. Curiosamente, el informe confeccionado ahora echa por tierra las cifras publicadas sobre la consolidación de la recuperación de la imagen exterior de España, iniciada en el 2014, coincidiendo con la mejora de la economía. En estos términos se expresaba el pasado mes de julio la dirección del instituto, tras analizar las 39.000 entrevistas realizadas en 20 países y con las que se situaba a España en el puesto 13, en el ránking de reputación de los 55 países con mayor PIB del mundo.

La Generalitat planeaba una Hacienda propia con el censo de vivienda y coches

El Gobierno de Puigdemont se inspiró en el modelo andorrano para impulsar una Hacienda propia de Cataluña, para el que tenía como objetivo disponer de una base de datos a partir de 162 fuentes de información, entre ellas censos de bienes inmuebles, el registro de vehículos, así como datos de entidades financieras y de actividad económica. Así consta en las anotaciones de la agenda de Josep Maria Jové, el número 2 del exconsejero de Economía Oriol Junqueras, que fue intervenida por la Guardia Civil en la vivienda del alto cargo autonómico cuando fue detenido el pasado 20 de septiembre.

El Ejecutivo catalán era consciente de que en 18 meses no podía crear una Hacienda propia, pero se propuso poner los «pilares» para avanzar hacia un nuevo modelo, en el que se preveía pasar de los actuales 300 integrantes de la Agencia Tributaria Catalana a 700.

Sus inspiradores se plantearon crear un código tributario nuevo: «Ahora tenemos un modelo muy pequeño porque los tributos cedidos no aceptaron transferencia y lo hacemos en Madrid. Tenemos que hacer un libro específico no por lo que tenemos a día de hoy, sino por lo que tendremos en el futuro». Añadía en sus notas que «debemos ‘parecer’ un proyecto ambicioso».

Superada la vía autonómica, la tercera y la cuarta fase se circunscribían en un apartado que Jové situaba «fuera de la Constitución», una vez aplicadas las leyes de «desconexión». También proyectaron crear una Seguridad Social propia, una ley de aduana, un catastro y un ente gestor integral de tributos, entre otros.