Pablo Iglesias logra colocar al exgeneral Julio Rodríguez como secretario general de Madrid

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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Álvaro Sánchez

El «ministro de Defensa» de Podemos vence en las primarias

16 dic 2017 . Actualizado a las 09:32 h.

Le ha costado un par de años y no pocos disgustos, pero finalmente Pablo Iglesias ha logrado encontrar un sitio para su jarrón chino. Julio Rodríguez, quien fuera Jefe del Estado Mayor de Defensa (Jemad) en el segundo Gobierno de Zapatero, es el nuevo secretario general de Podemos en el Ayuntamiento de Madrid tras imponerse en las primarias con un 68,7 % de los votos a Isabel Serra, que lideraba la candidatura de Anticapitalistas.

En noviembre del 2015, con Podemos en plena efervescencia, Iglesias sorprendió fichando a este general del Ejército del Aire nacido en Ourense (1948) en un claro intento de centrar a su partido en el espectro político. Era el Podemos de la transversalidad, y con los indignados ya en el bolsillo, el secretario general buscó atraer a los desencantados del centroderecha, hartos de los infinitos casos de corrupción que salpicaban los periódicos día tras día.

Rodríguez, que accedió a enrolarse en Podemos convencido por su segunda esposa, conoció a Iglesias a través de la misma puerta que Irene Montero: por Rafa Mayoral, y desde ese mismo instante se convirtió en una fijación para el líder del partido. El futuro ministro de Defensa de su Gobierno.

No consiguió acta de diputado

Iglesias quería conseguirle una plaza en el Congreso a cualquier precio, por lo que no dudó en romper la norma interna de las listas cremallera, que exige alternancia de hombres y mujeres, forzando su nombre de segundo por Zaragoza. Sin embargo sus previsiones en las generales de diciembre del 2015 para esta circunscripción fallaron, y Rodríguez se quedó fuera. Tuvo una segunda oportunidad seis meses más tarde. Ante la imposibilidad de investir un presidente, en junio se repitieron las elecciones, e Iglesias aprovechó la renuncia del cabeza de lista por Almería para garantizar su plaza en las Cortes. Pero se llevó un doble disgusto. Primero, le llovieran críticas de sus aliados electorales de Izquierda Unida. Su coordinadora provincial rechazó la imposición de «un hombre de guerra» hasta el punto de llegar a decir que preferían «al Mono Amedio». Para completarlo, Unidos Podemos se quedó sin el escaño que había logrado David Bravo tan solo seis meses atrás, por lo que Rodríguez volvió a quedarse fuera del Congreso, una gran decepción que le llevó a plantearse el abandono de la política.

En los 13 meses que van de legislatura Julio Rodríguez apenas ha disfrutado de visibilidad hasta que se decidió su promoción para la secretaría general de Madrid. Iglesias se curó en salud de no volver a tener un tercer tropiezo acordando un pacto con los errejonistas para que apoyaran su candidatura. Y esta vez no falló. A punto de cumplir los 69 años, Rodríguez se convierte en el máximo cargo del partido en la capital española, aunque todo apunta a que no aspirará a la alcaldía en las elecciones del 2019. Ayer ofreció una rueda de prensa en la que garantizó que tratarían de convencer a Manuela Carmena de que repitiese como candidata, algo que a estas alturas no parece muy complicado a pesar de que a su llegada dijo que solo estaría cuatro años.

El objetivo de Rodríguez para su nueva etapa será lograr la unidad de un partido formado por muy diversas corrientes. Y también esperar a ver si algún día le llega la cartera de ministro.