Europa responde a Puigdemont con una defensa de la legalidad española

G. N. REDACCIÓN / LA VOZ

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ALBERT GEA | Reuters

Cualquier deseable iniciativa de diálogo, advierten, debe realizarse en el marco de la Constitución

23 dic 2017 . Actualizado a las 08:36 h.

La Comisión Europea mantiene su análisis de la crisis catalana como un «asunto interno» que compete resolver a España y reitera su confianza en la democracia española para superar el problema. Por ello, declinó ayer valorar la cita con las urnas e incidió en que el 21D no modificará su visión respecto al desafío independentista. «Nuestra posición sobre la cuestión catalana es bien conocida y ha sido reiterada con regularidad, a todos los niveles. Y no va a cambiar», señaló el portavoz comunitario Alexander Winterstein al ser inquirido por los resultados. «Tratándose de unas elecciones regionales, no tenemos comentarios que hacer», insistió. Puigdemont había instado la noche anterior a la Unión Europea a «tomar nota» del éxito de JxCat, exhortación que reiteró en la mañana de ayer cuando reclamó al Ejecutivo comunitario que «como mínimo escuche».

Y ese comentario fue todo. Ni el Consejo Europeo, que representa a los Estados miembros, ni el Parlamento Europeo ofrecieron valoración alguna.

Sí habló el Ejecutivo alemán, a través de la viceportavoz de la canciller Angela Merkel, Ulrike Demmer, que realizó un llamamiento al diálogo dirigido a todas las partes implicadas, que, dijo, deben sentarse a trabajar para evitar una nueva escalada de tensión. «Los diputados han de conformar un Gobierno. Albergamos la esperanza de que se logre superar la polarización de la sociedad catalana y de que se pueda crear un futuro común compartido por todas las fuerzas políticas de España». En este sentido, fue taxativa en su advertencia: «Todo Gobierno debe actuar en consonancia con el Estado de derecho y la Constitución española». Demmer no quiso entrar a valorar los resultados y zanjó el asunto recordando que el Gobierno alemán sigue manteniéndose al margen de «una cuestión interna española», que ha de sustanciarse dentro de la legalidad española.

También Francia, por voz del Ministerio de Exteriores, volvió a expresar su absoluta confianza «en la democracia española» y, como los anteriormente citados, insistió en que su posición sobre Cataluña no variará por las elecciones autonómicas: «Nuestro posicionamiento es firme, Francia reitera su confianza en la democracia española y su defensa del respeto del marco constitucional». En noviembre pasado, el Ejecutivo de Macron había mostrado su deseo de que las urnas contribuyesen a «reencontrar la senda del diálogo».

Una filosofía coincidente en gran medida con la defendida por el ex primer ministro francés Manuel Valls, de origen catalán, que instó al diálogo y a abandonar un procés que juzga «muerto frente a la fuerza de la realidad». Valls no ve una salida fácil: «Es una especie de atolladero», dijo a la emisora France Info. Recomendó salir del bloqueo «a través del respeto, escuchando, de que se abandone la agenda independentista y se dialogue entre Barcelona y Madrid. Los secesionistas perdieron escaños, votos, y dependen como en la legislatura pasada de cuatro diputados de extrema izquierda antisistema, antimercado, anti Estado, anti Europa, y en esta situación no es muy fácil gobernar», reseñó para concluir: «Desgraciadamente hará falta mucho tiempo para sanar las heridas [...] No hay otro camino que el diálogo», insistió Valls.