El batacazo del PP en las elecciones del 21D también es económico

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ACTUALIDAD

Jordi Boixareu | DPA

Los populares afrontan un descubierto que supera los 1,6 millones de euros, mientras que Ciudadanos, JxCat y ERC logran superávit

02 ene 2018 . Actualizado a las 07:56 h.

Las elecciones catalanas le salieron al PP por un ojo de la cara. Al elevado coste político, ya que obtuvo los peores resultados de su historia con tan solo cuatro diputados, los populares también tendrán que hacer frente a una importante factura económica que asciende hasta los 1,6 millones de euros, un déficit estrechamente relacionado con sus pobres resultados en las urnas y que tendrán que afrontar con ahorro o crédito.

Las reglas de juego conforme se convocaron los comicios respetaron al máximo los anteriores, por lo que se establecieron las siguientes subvenciones para los partidos: 16.101,6 euros por cada escaño y 0,61 euros por cada papeleta en cada una de las provincias en las que se lograse al menos un diputado. A mayores, con el objetivo de sufragar los envíos gratuitos de propaganda electoral o mailing, se prevé pagar 17 céntimos por cada votante, también solo para las circunscripciones en las que se consiguió sacar un escaño, aunque en este último caso solo para las formaciones que consigan formar grupo parlamentario.

Teniendo en cuenta estas bases, el PP solo recuperará 163.900 euros, que se desgranan de la siguiente manera: 64.406,4 euros por sus cuatro diputados más 99.500 euros procedentes de cada uno de los votos obtenidos en Barcelona y Tarragona, las dos únicas provincias en las que lograron representación. Además, al quedarse a las puertas de conformar grupo parlamentario, también se quedan sin las partidas de la Generalitat destinadas a sufragar los envíos de propaganda electoral. Con un presupuesto oficial para la campaña del PP para estos comicios de 1,8 millones, el descubierto es de 1.636.100 euros.

Los populares son los que presentan el balance más desfavorable de todas las listas que concurrieron a las urnas el pasado 21D, pero no son los únicos. Según las cifras aportadas por Europa Press, el PSC solo va a recuperar directamente 641.557,2 euros de los 1,7 millones invertidos en campaña, una cifra que podrá maquillar en gran medida gracias a lo que le corresponde vía mailing y que puede ascender hasta 950.000 euros, por lo que acabaría rescatando 1,6 millones de los 1,7 invertidos. Catalunya en Comú Podem también se queda en números rojos. Con un presupuesto de 790.335,34 euros, recuperará 313.812,8 euros de forma directa y aspira a otros 395.000 por los envíos de propaganda. La CUP, salvo que consiga algún escaño prestado de ERC para conformar grupo propio en el Parlamento catalán, solo podrá recuperar 165.000 euros de 433.000.

Mientras, en el otro lado de la balanza, Ciudadanos aspira a un superávit de unos 100.000 euros sobre su presupuesto de 2,1 millones. Junts per Catalunya y ERC serán las dos listas con mayores beneficios. Sus ingresos superarán los dos millones, sobre unos presupuesto de 1,4, y 1,8 millones, respectivamente.

Martínez Maíllo exige explicaciones a Ciudadanos por irregularidades en su contabilidad

Tras una campaña en las catalanas de relativo guante blanco entre los constitucionalistas, en el PP no están dispuestos a conceder ni un metro más a Ciudadanos. Ayer, en plena resaca de Nochevieja, el coordinador general del partido con sede en Génova, Fernando Martínez Maíllo, exigió a la formación liderada por Albert Rivera que ofreciese algo de luz sobre el «demoledor» informe del Tribunal de Cuentas sobre su contabilidad del 2015, un organismo que se negó a conceder su conformidad a la contabilidad de nueve partidos, entre los que se encuentra C’s, al detectar «demasiadas incidencias, deficiencias y discrepancias que limitan el examen».

Al nivel de Bildu

Maíllo, en una entrevista concedida a la agencia Europa Press, considera que Ciudadanos se mueve «al mismo nivel» de opacidad en sus cuentas que  Bildu o Izquierda Unida en términos económicos, y que de este modo su mensaje de regeneración democrática resulta incompatible con sus prácticas de financiación. «Esa idea de la transparencia queda diluida con un informe demoledor en el que se sacan muchas consecuencias en términos de irregularidades», criticó.