Detenido de nuevo el Rafita, el asesino de Sandra Palo

La Voz / Agencias

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Policía Nacional

Rafael García Fernández fue condenado a los 14 años por participar en la violación y el asesinato de una joven con discapacidad psíquica leve en el 2003. Desde entonces, no ha parado de delinquir. Este viernes ha vuelto a ser arrestado por robar y despiezar coches

24 feb 2018 . Actualizado a las 08:37 h.

El Rafita ha vuelto a comisaría. Rafael García Fernández, condenado en el 2003 -cuando solo tenía 14 años- por secuestrar, violar, atropellar y quemar viva a Sandra Palo, una joven de 22 años con discapacidad psíquica leve, ha sido detenido este viernes por enésima vez por formar parte de una activa banda dedicada al robo, al despiece y a la venta de vehículos en la Cañada Real Galiana. En la misma operación habían sido detenidos ya sus hermanos Eduardo, Ricardo y Daniel, arrestados también en otras ocasiones y que son multirreincidentes. «Cuando salió del centro de menores, ya anuncié que iba a seguir delinquiendo, y no me estoy equivocando», consideró este viernes María del Mar Bermúdez, madre de Sandra Palo, tras enterarse de la nueva detención. «Quizá no cometa otro crimen similar, pero seguirá haciendo daño a la sociedad».

El grupo desarticulado al que pertenecía el Rafita tenía una gran estructura jerarquizada y un detallado reparto de papeles y funciones: los encargados de robar los coches contaban con avanzados conocimientos de informática, y para el traslado del vehículos robados a los talleres clandestinos recurrían a un coche lanzadera que avisaba de la eventual presencial policial a otros miembros del clan. Había quien se encargaba del desmontaje inmediato del coche y embalaje de las piezas solicitadas, y quien realizaban el transporte de las mismas. La banda usaba varias parcelas de la Cañada Real como talleres clandestinos y almacenes de piezas. Según la Policía, Rafael García, que pertenece al clan de los mercheros, se dedicaba al despiece.

«Todo el mundo sabía que sus informes no eran favorables; sin embargo, estamos en las mismas», criticó María del Mar Bermúdez, «cansada» tras la nueva detención del asesino de su hija y «resignada» porque lamenta que «nunca» le verá en prisión por ese crimen. «Está claro que no funciona la Ley de Menores ni el Código Penal, ojalá las penas fueran más duras», reclamó Bermúdez. El Rafita tenía tan solo 14 años cuando acabó con la vida de su hija. Tras cumplir cuatro años en el Centro de Internamiento El Renasco de Carabanchel fue puesto en libertad.

Después de aquel 17 de mayo del 2003, cuando Sandra Palo se encontró con sus cuatro asesinos al volver a casa de tomar algo con unos compañeros de un taller ocupacional al que solía acudir, María del Mar Bermúdez emprendió una encarnizada lucha por modificar la Ley que regula la responsabilidad penal de los menores. Su batalla la llevó hasta Estrasburgo para solicitar el endurecimiento de las penas a los menores a nivel europeo.

En el 2008, solicitó ante el Parlamento europeo que los menores que hubieran cometido delitos muy graves pasaran a la cárcel al cumplir los 18 años, una cuestión que entonces fue admitida a trámite por el Parlamento Europeo, pero que finalmente no llegó a buen término. «Luchamos contra un muro. Nos han quitado a nuestras hijas. Son demasiadas víctimas. Pero llega un momento en el que la lucha o la dejas antes de empezar, o sigues adelante hasta el final», manifestó este viernes comparando su caso con la reciente defensa sobre la prisión permanente revisable que lideran los padres de Diana Quer, Marta del Castillo o Mari Luz.

La madre de Sandra Palo quiso también dejar claro que ella cree en la reinserción, pero «de un preso común, no de un asesino» como el Rafita. «A las pruebas me remito», concluyó.

El crimen 

Fue un camionero el que encontró el cuerpo carbonizado de Sandra Palo en una cuneta junto a una empresa de rótulos en el municipio de Leganés. Horas antes, la joven había sido obligada por cuatro jóvenes, tres de ellos menores de edad, a subirse a su coche para trasladarla posteriormente a un descampado, donde fue violada y después atropellaron hasta siete veces, rociada con gasolina y quemada. Los responsables de su muerte fueron Francisco Javier Astorga Luque, apodado El Malaguita, el único del grupo mayor de edad; Ramón Santiago Jiménez; José Ramón Manzano Manzano, alias Ramoncín, ambos de 17 años; y Rafael García Fernández, El Rafita, que entonces tenía 14 años y era miembro de la banda El Chupete.

El Malaguita fue condenado a 64 años de prisión por tres delitos de violación y uno de asesinato con los agravantes de alevosía y ensañamiento. Ramón y Ramoncín, a cumplir ocho años de internamiento y cinco bajo libertad vigilada. El Rafita cumplió cuatro años en el centro de internamiento y, posteriormente, estuvo unos nueve meses en prisión entre agosto del 2013 y mayo del 2014 por un delito contra la seguridad vial y por atentado contra la autoridad, tras ser detenido por agentes de Policía Local de Getafe pertenecientes a la subinspección de Perales del Río.

Pero el historial del Rafita no se queda ahí. A día de hoy, según han informado fuentes policiales, cuenta con una treintena de antecedentes policiales desde que es mayor de edad, cometidos después y durante su etapa de libertad vigilada, es decir, mientras cumplía la segunda fase de las medidas judiciales establecidas por el crimen de Sandra.