Las otras desapariciones de menores con desenlace trágico

Efe

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PACO RODRÍGUEZ

Asunta, Mari Luz Cortés, los hermanos Bretón o Yéremi Vargas son solo algunos de los casos de niños de corta edad desaparecidos y posteriormente hallados muertos que se han registrado en los últimos años en nuestro país

12 mar 2018 . Actualizado a las 10:35 h.

La desaparición y posterior hallazgo casi dos semanas después del cadáver del niño Gabriel Cruz es el último de una lista de casos de menores de corta edad desaparecidos y posteriormente hallados muertos durante los últimos años en España.

Casi tres años tenía Jonathan Vega, el niño de etnia gitana desaparecido el 27 de mayo del año 2000 en las proximidades de un centro comercial de San Fernando de Henares (Madrid). Su cuerpo apareció seis meses después, en un vertedero próximo al lugar de su desaparición. El análisis de sus restos dejó, sin embargo, sin aclarar la causa de su muerte.

Un año después, en marzo del 2001, fue la pequeña Tamara Navas, de 9 años, la que desapareció en Salou (Tarragona). Su cadáver fue hallado en febrero del 2002 en un domicilio próximo al suyo, propiedad de Juan Miguel Cerrillo, que fue detenido, y condenado posteriormente a 35 años de prisión por la violación y asesinato de la menor.

Muy mediático fue el caso de Dónovan Párraga, de 12 años, desaparecido en febrero del 2002 en Trijueque (Guadalajara) y cuyo cuerpo sin vida fue localizado casi un año después, en enero del 2003, en una fosa séptica situada a 100 metros de su casa. El suceso se saldó sin culpables al entender, en repetidas veces los tribunales, que no existían indicios de homicidio.

El año 2002, fue el año también de la desaparición y muerte, en Almería, de la niña de etnia gitana Montse Fajardo, de 7 años, asesinada por varios familiares que fueron condenados. 

Cuatro años tenía la pequeña Erika cuando desapareció en mayo de 2003 en O Carballiño (Ourense). Su cadáver fue hallado en un camión de basura apenas unas horas después de perderse su rastro.  En enero del 2006, la Audiencia Provincial de Ourense condenó a la madre de la pequeña a 36 años de cárcel -rebajados posteriormente a 21- y a su excompañero sentimental a 34, por delitos de maltrato continuado y, en el caso del segundo, por agresión sexual.

Tristemente famoso fue también el caso de Mari Luz Cortés, de 5 años, cuyo cuerpo apareció flotando a la altura del muelle petrolero de la ría de Huelva 54 días después de su desaparición en enero del 2008. Por el crimen fueron condenados Santiago del Valle -a 22 años de prisión- y su hermana Rosa -a 9 años-.

En octubre del 2011, desaparecieron igualmente los hermanos Bretón, de 6 y 2 años. El padre, José Bretón, afirmó que los había perdido de vista «un momento» cuando jugaban en el Parque Cruz Conde de Córdoba. Análisis antropológicos demostraron posteriormente que los pequeños fueron quemados en una finca propiedad del padre, quien en julio del 2013 fue condenado a 40 años de prisión por el asesinato de sus dos hijos.

Ese mismo año, el 2013, fue el año en que los padres adoptivos de la pequeña Asunta Basterra, de 12 años y vecina de Santiago de Compostela, denunciaron la desaparición de la menor, otro caso que también fue objeto de una gran cobertura mediática. 

El 12 de noviembre del 2015, la Audiencia Provincial de A Coruña condenó a los progenitores a dieciocho años de prisión por asesinato, con la agravante de parentesco.

Tres años tenía el pequeño que desapareció el 8 de febrero del 2015 en la localidad malagueña de Rincón de la Victoria (Málaga), horas antes de ser localizado su cadáver en una balsa de agua en los Montes de Málaga. Condenado por estos hechos fue un hombre, expareja de la madre, que confesó que dejó ahogarse al menor tras un desencuentro con su progenitora.

Breve fue la desaparición, el verano pasado, de la niña de 3 años Lucía Vivar Hidalgo. La pequeña jugaba junto a su padres mientras cenaban en un bar del municipio malagueño de Pizarra, cuando se perdió su pista. Su cadáver fue hallado a la mañana siguiente sobre las vías, a 4.200 metros de distancia y con un fuerte traumatismo en la cabeza que, según la investigación, fue causado por el impacto de un tren. La familia mantiene dudas sobre lo ocurrido.

Sin noticia sobre su paradero está el caso del niño canario Yéremi Vargas, que tenía 7 años cuando desapareció, en marzo del 2007, junto a la casa de su abuela, en la localidad de Vecindario (Gran Canaria).

La Guardia Civil continúa su búsqueda pese a que el juzgado que instruía la causa decidió archivar las diligencias abiertas sobre el principal sospechoso, Antonio Ojeda, «El Rubio».