Puigdemont se desdice de su renuncia y porfía en aspirar a la investidura

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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FABRICE COFFRINI | AFP

La Fiscalía alemana confía en poder pronunciarse el martes sobre la extradición

01 abr 2018 . Actualizado a las 09:16 h.

Nunca antes el conflicto catalán había cobrado una dimensión tan internacional. Desde la detención el pasado domingo de Carles Puigdemont tras cruzar la frontera desde Dinamarca a Alemania, el debate se ha trasladado a la primera potencia europea. Ahora el caso está en manos de la Fiscalía de Schleswig-Holstein, que debe analizar la documentación enviada por Madrid y presentar un escrito en el que explique si se cumplen los requisitos para llevar a cabo la entrega del líder independentista a las autoridades españolas. Un paso que podría llegar el martes, el primer día que no es festivo tras la Semana Santa, según declaró ayer a Efe Ralph Döpper, el vice fiscal general. Aunque en última instancia será la Audiencia Provincial del estado federado de Schleswig-Holstein la que decida.

De iniciarse formalmente el proceso para ejecutar la orden europea de detención y extradición emitida por España, en teoría el expresidente catalán podría también salir el martes de prisión y permanecer en libertad vigilada mientras avanza el caso. Por el momento, Puigdemont lleva una semana en la cárcel de Neumünster. En su primer tuit difundido desde su arresto, el líder independentista subrayó que no tiene intención de abandonar la política. «Que todo el mundo lo tenga claro: no claudicaré, no renunciaré, no me retiraré ante la actuación ilegítima de quienes han perdido en las urnas ni ante la arbitrariedad de quienes están dispuestos a pagar el precio de abandonar el Estado de derecho y la justicia por la unidad de la patria», aseguró ayer Puigdemont. Unas palabras que muchos han interpretado como un cambio de opinión con respecto a su retirada provisional a optar a la presidencia de la Generalitat, que anunció el 1 de marzo.

Ya habían avisado diputados de Junts per Catalunya de que su candidato a la investidura, después de los intentos frustrados de Jordi Sànchez y Jordi Turull, era de nuevo el expresidente.

Presión de los letrados

Entretanto, los abogados que ha contratado en Alemania, Wolfgang Schomburg y su hijo Sören, han iniciado una campaña mediática pidiendo su liberación bajo amenaza de recurrir ante el Tribunal Constitucional germano. Es más, los prestigiosos penalistas exigen al Gobierno de Angela Merkel que interceda para vetar la extradición «al igual que han hecho otros países europeos». No obstante, según el semanario Der Spiegel, el Ejecutivo de la gran coalición ya ha decidido que no interferirá en el proceso, pues de lo contrario podría ser visto como un agravio hacia las competencias de los estados federados. En la misma línea se expresó el presidente del Bundestag, y exministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble. «Tenemos que cumplir los principios de la euroorden», que descarta cualquier tipo de injerencia política, subrayó. Schäuble instó al Gobierno de Mariano Rajoy a esforzarse por rebajar las tensiones. «Los españoles deberían deliberar sobre cómo solucionar el problema para que los catalanes puedan vivir con ello», aconsejó el conservador.

La mayoría de los expertos coinciden en que es muy posible que Berlín entregue al líder independentista catalán. Pero no por un delito de rebelión, que difiere del de alta traición recogido en el artículo 81 del código penal alemán, sino por malversación. «No está claro que el señor Puigdemont pretendiera desestabilizar España por medio de la violencia», requisito indispensable para que se dé tanto el delito de rebelión como el de alta traición, señala el expresidente del Supremo alemán, Thomas Fischer.

Desde la oposición, los verdes, la izquierda y el ultraderechista AfD se oponen a la entrega del secesionista catalán. También la opinión pública.