Rajoy saca la bandera del PP para refugiarse de la tormenta y atacar a Ciudadanos y al PSOE

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado SEVILLA | ENVIADO ESPECIAL

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El presidente del Gobierno pone en marcha la maquinaria electoral con su discurso para cerrar una convención marcada por el escándalo de Cristina Cifuentes

08 abr 2018 . Actualizado a las 15:42 h.

Llueve con fuerza en Génova. El caso Cifuentes ha ahondado bruscamente sobre una herida abierta por la corrupción y la respuesta al desafío secesionista, pero Rajoy sacó la bandera del partido que lidera para utilizarla a modo de paraguas.

El PP siempre desprecia los temas que puedan dividir al partido y trata de poner en valor los asuntos en los que lleva la iniciativa, pero esta estrategia se ha visto reforzada a lo largo de este fin de semana en Sevilla durante la celebración de la convención nacional, el evento más importante del año para la formación política.

Lo clausuró este mediodía Rajoy con un discurso con el que trató de moralizar a sus tropas. Entre militantes de base y la cúpula de Génova al completo, en la ciudad hispalense se dieron cita más de 2.500 populares procedentes de toda España.

El líder ensalzó las últimas acciones de su Gobierno, como la aplicación del 155 y, especialmente, las políticas económicas que han permitido la salida del país de la crisis económica. «No ha sido fácil, pero hemos cumplido. Y lo hemos conseguido juntos, con el esfuerzo de todos». Nada nuevo, según Rajoy. A ojos del presidente, cuando la gente escoge la papeleta del PP sabe que va a responder en este punto. Una «seña de identidad» del único partido «capaz de arreglar las cosas que otros estropean».

Ataques al PSOE y a Ciudadanos

Esta fiabilidad es otra de las virtudes populares. «Podemos gobernar o estar en la oposición, pero siempre nos comportamos de igual manera: con sensatez, prudencia y ganas de mejorar las cosas», dijo el presidente del Gobierno ante un auditorio repleto. El asunto lo engarzó para atacar a sus rivales, «los otros, los que no han sabido gobernar nunca y los que no han gobernado jamás», dijo, en referencia al PSOE y a Ciudadanos.

Rajoy cargó con especial dureza contra la formación de Albert Rivera, a la que acusó de vivir instalada en la demagogia. De prometer resolverlo todo «con una palmada y a vivir que son dos días». También de defender un discurso distinto en función del lugar en el que se encuentren, a diferencia del PP, «un partido nacional». Y también de colgarse las medallas que no le corresponden, incluso sin haber gobernado jamás. Si hubiesen hecho «tan solo la mitad» que los populares, «se acabaría el incienso para tanto botafumeiro y no habría medallas para todos», bromeó.

El PP eligió Sevilla para realizar su convención nacional porque las elecciones en esta comunidad están a la vuelta de la esquina. «Pueden convocarse en cualquier momento», alarmó Rajoy. El PP buscaba que este evento sirva como trampolín a su candidato a la Junta, Juanma Moreno Bonilla. Junto a este espaldarazo, el PP también piensa ya en engrasar su maquinaria de cara a junio del 2019, fecha en la que se celebrarán comicios locales, autonómicos y europeos.