Las primarias en Madrid reabren el enfrentamiento entre Iglesias y Errejón

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

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EFE | JUAN CARLOS HIDALGO

El ex número dos amenaza con no ser candidato y el líder le pide que no maree la perdiz

13 abr 2018 . Actualizado a las 08:21 h.

Poco ha durado la tranquilidad en el seno de Podemos. El nuevo choque se produce a cuenta del sistema de primarias en la Comunidad de Madrid propuesto por el sector controlado por el secretario general del partido, que ha provocado que Íñigo Errejón haya amenazado con no ser el candidato y a Pablo Iglesias a responder con dureza las declaraciones del que fuera número dos de la formación morada.

Para comprender el fin a este alto el fuego hay que retroceder unos meses atrás hasta la celebración de la Asamblea de Vistalegre II, en la que Pablo Iglesias se impuso al secretario de Análisis Estratégico en una disputa por el liderazgo que desgastó a la formación morada. Ante los gritos de unidad de los inscritos en el pabellón, el secretario general buscó una salida a su rival, y tras liquidar a sus simpatizantes de todos los puestos de relevancia, lo designó como candidato a la Comunidad de Madrid.

El acuerdo incluía una cláusula no escrita: a partir de entonces los trapos sucios se lavarían en casa. Los choques en los medios de comunicación y en las redes amenazaban con devorar al partido desde las bases hasta la cúpula. Esta consigna interna de mantener la boca cerrada se vino respetando hasta la fecha, y solo las palabras de Carolina Bescansa pidiendo un Podemos que hablase más a todos los españoles, y no solo a los catalanes, rompieron la norma. La gallega fue reprobada de inmediato por la número dos de Iglesias, Irene Montero, y, para dar ejemplo, posteriormente relegada en varias comisiones del partido.

Pero ayer todo saltó por los aires. El líder regional en Madrid es Ramón Espinar, afín a Iglesias, que ante la crisis de Gobierno de la Comunidad con el tema Cifuentes aceleró la designación del cabeza de cartel de cara a los comicios del 2019. Como es tradición en Podemos, en la misma votación, además del candidato, siempre se escoge el resto de nombres que van en la lista. Pero esta vez Espinar pretende realizar dos votaciones. La primera en mayo, para el cabeza de cartel; la segunda, con el resto de nombres, en verano.

Errejón se opone tajantemente y en público. Se huele que la dirección pretende que su candidatura se complete con afines al secretario general si se cambia el sistema con una segunda votación. «Nunca hemos separado el proceso. Estoy convencido de que va a haber acuerdo. No contemplo otra cosa», dijo, supeditando su candidatura al mismo.

De inmediato recibió la respuesta de Pablo Iglesias, que previamente había concedido su bendición a ese proceso de primarias. «En esto, ni media tontería. Nosotros estamos en política para ganar al PP y para gobernar en la Comunidad de Madrid, y los inscritos no van a permitir que nadie se dedique a marear la perdiz ni a tonterías», amenazó. Al culebrón todavía falta por sumarse la tercera facción, los anticapitalistas, que planean presentar a la actual portavoz en la Asamblea, Lorena Ruiz Huerta. También falta por negociar el papel que jugará IU, que cada vez reclama más poder dentro de la coalición.

Los desencuentros

La investidura de Sánchez: Fue el primer gran desencuentro entre Errejón e Iglesias. El primero apostaba por apoyar solo la investidura del candidato del PSOE. El segundo, por un pacto de Gobierno con reparto de ministerios y cargos. No hubo acuerdo y se repitieron las elecciones.

«Íñigo, así no»: En la Navidad del 2016 sectores afines a Iglesias lanzaron en redes la campaña con el hashtag #ÍñigoAsíNo después de que Errejón lamentara el cese de un dirigente de su corriente, el portavoz en la Asamblea de Madrid, José Manuel López.

Purga tras Vistalegre II: Tras la asamblea, Iglesias se hace con el control absoluto de Podemos. Manda a Errejón a la segunda fila de escaños del Congreso, y a sus afines, al gallinero del hemiciclo.