La UAB se rinde a Margarita Salas

EFE REDACCIÓN

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Margarita Salas en la presentación de su investidura en la UAB
Margarita Salas en la presentación de su investidura en la UAB Facebook UAB

La Universitat Autònoma de Barcelona otorga el Honoris Causa a la bioquímica valdesana tras casi 60 años dedicados a la investigación

18 abr 2018 . Actualizado a las 20:32 h.

La destacada bioquímica, y discípula de Severo Ochoa, Margarita Salas ha sido investida hoy Doctora Honoris Causa por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) a propuesta de las Facultades de Ciencias y de Biociencias. En su lección magistral Salas ha resumido su trayectoria científica como ejemplo de investigación básica que ha tenido destacadas aplicaciones biotecnológicas.

Ha descrito algunos detalles autobiográficos sobre su camino hacia la biología molecular, en el que jugó un papel destacado su amistad con Severo Ochoa, a quien conoció en unas vacaciones en Gijón. «Influyó decisivamente» sobre su futuro, y ha resumido sus «vivencias científicas a lo largo de 56 años de vida dedicados a la investigación», como la primera vez que divisó, durante su tesis doctoral en Madrid, «lo que Severo Ochoa llamaba la emoción de descubrir».

La bioquímica asturiana ha sido presentada por la catedrática del Departamento de Genética y Microbiología de la UAB Montserrat Llagostera, que ha recordado su papel destacado en la introducción de la investigación y la enseñanza de la biología molecular en España.

Llagostera ha destacado su estancia de tres años en el laboratorio del doctor Severo Ochoa en Nueva York, junto a su marido, el también destacado científico Eladio Viñuela, así como su «liderazgo mundial indiscutible en el estudio de la biología molecular del bacteriófago». «Fue en su laboratorio donde se secuenció ADN por primera vez en España, y patentó una enzima clave para la amplificación del ADN, una técnica fundamental en investigación biológica y en biomedicina», ha afirmado Llagostera.

En el discurso de clausura, la rectora de la UAB, Margarita Arboix, ha descrito a la doctoranda como «una gran mujer y una gran científica que para mí era un mito en mi época de estudiante». Arboix ha destacado su capacidad luchadora, desde que «en 1960 comenzó a trabajar en cuestiones que prácticamente nadie conocía», hasta su regreso a España apostando por la investigación como medio para «hacer crecer su país», su capacidad para «compartir su investigación de manera didáctica»; su «defensa clara por la igualdad a todos los niveles»; así como su «honestidad».