Así fueron los 34 días de cacería «por tierra, mar y aire» que denuncia  Cristina Cifuentes

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ACTUALIDAD

Desde la publicación de la primera noticia hasta el vídeo de las cremas, que ha supuesto la puntilla para la expresidenta madrileña

25 abr 2018 . Actualizado a las 16:18 h.

Cocinada a fuego lento y rematada en el grill. Así ha sido el final político de Cristina Cifuentes, que este mismo miércoles ha dejado su cargo al frente de la Comunidad de Madrid. Las irregularidades de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos, pero sobre todo, la nefasta gestión que realizó para justificar el título con explicaciones insostenibles, suponen el punto y final de la que hasta hace tan solo unas semanas aparecía en todas las quinielas para suceder a Rajoy al frente del PP. Su marcha se lleva preparando más de un mes, en donde la polémica no ha abandonado la primera línea de la actualidad política. Cifuentes estaba resistiendo con uñas y dientes, casi en solitario, pero este miércoles recibió la puntilla con la filtración de un vídeo de hace siete años en el que un vigilante de seguridad de un supermercado la detecta hurtando dos cremas.

Cifuentes se marcha convencida de que no debería dejar su cargo. Se considera víctima de una doble cacería. La primera, de naturaleza mediática. La ya expresidenta madrileña y su gente más afín piensa que la repercusión del caso ha alcanzado cotas insospechadas. Y la segunda persecución de carácter interno, ejecutada de forma mucho más sibilina que la anterior, impulsada por la gran mayoría de los pesos pesados de su partido, que por diversas razones han presionado a Rajoy para que optase por forzar su salida. La difusión de este comprometido vídeo no hace más que reforzar su teoría. Ha sido un linchamiento de «mañana, tarde y noche» perpetrada desde «tierra, mar y aire».

Antecedentes

A Cifuentes se le presentó la crisis de su máster en mal momento, todavía convaleciente tras las acusaciones del exconsejero Francisco Granados en una sonada comparecencia en el Congreso en la que entre otras muchas cosas la señaló de mantener una relación sentimental con el expresidente de la Comunidad, Ignacio González, que salió de prisión hace tan solo unos meses tras cumplir condena por corrupción. Cifuentes llegó consumida. 

Salta la polémica

«Cristina Cifuentes obtuvo su título de máster en una universidad pública con notas falsificadas». Con este titular publicado el 21 de marzo por Eldiario.es comenzó toda la polémica. El digital destapaba que las calificaciones de dos de las asignaturas del máster en Derecho Autonómico habían sido modificadas por una funcionaria, pasando de no presentado a notable. La información, de la que se hacen eco el resto de los medios, obtiene una gran repercusión en las redes sociales. 

Primera respuesta fallida

Esa misma noche, Cifuentes concede una entrevista radiofónica en la que garantiza la legalidad de su título. A última hora, publica en las redes sociales un vídeo sentada en la silla de su despacho mostrando tres documentos que le hicieron llegar desde el rectorado de la Universidad Rey Juan Carlos y que supuestamente desmontaban toda la información. Tres documentos que se encarga de distribuir a los medios.

Cifuentes firmó su sentencia con esta maniobra. Según comentan fuentes cercanas a la ya expresidenta madrileña, ocultó parte de la información a gente de su gabinete de su máxima confianza, lo que impidió que su respuesta a la crisis fuese la más adecuada. 

Apoyo de la URJC

Al día siguiente, el rector de la URJC sale con parte de su equipo para dar un espaldarazo a Cifuentes. El centro universitario intenta ofrecerle un respaldo inmediato para cortar la crisis, pero en realidad, las explicaciones incompletas e inconexas le hacen un flaco favor, y las sospechas sobre las irregularidades a la hora de obtener el título, aumentan. Se trata de un apoyo demasiado precoz, ya que finalmente la Universidad acabaría abriendo una investigación que también asumiría el ministerio Fiscal. 

Apagón

Las informaciones que denuncian anomalías con su máster continúan saliendo a cuentagotas, intentando mantener la polémica en primera línea de la actualidad. Pero Cifuentes, siempre tan dispuesta a atender a todos los medios, decide como mejor estrategia para intentar cerrar el tema un apagón. A la vuelta de la esquina está la Semana Santa, y antes de las vacaciones solo tiene un acto oficial como presidenta, precisamente en una Universidad, del que se borra a última hora alegando problemas de salud. La oposición en la Asamblea de Madrid fuerza su comparecencia con la convocatoria de un Pleno monográfico sobre el máster para el miércoles 4 de abril. 

Reaparece en la Asamblea

Tras más de una semana siendo objeto de duras acusaciones, Cifuentes reaparece públicamente el miércoles 4 de abril en la Asamblea de Madrid para tratar de arrojar algo de luz en todas las irregularidades que planean sobre su máster. La última, publicada la misma mañana del miércoles, tan solo unas horas antes de su intervención, de Elconfidencial.es: Dos de las firmas del acta de entrada del trabajo de fin de máster han sido falsificadas.

Lo cierto es que Cifuentes comparece en la Cámara autonómica cargada de energía y resiste con fiereza cada uno de los ataques. Las explicaciones no convencen. Sobre todo el fondo. Porque las formas y la fiereza con la que responde hacen dudar a todas y cada uno de los miembros de la Asamblea. Además, a la conclusión ofrece su primera rueda de prensa en la que continúa con su defensa. Asegura que no dimitirá: «Mi máster es real y legal», garantiza. El PSOE anuncia que registrará una moción de censura. 

La Convención nacional en Sevilla

El PP tenía marcado en su calendario que el primer fin de semana de abril celebraría su convención nacional en Sevilla. Se trata del evento más importante del partido de todo el año, al que acuden más de 2.500 cargos de la formación procedentes de toda España, con más de 500 periodistas. El PP pensaba utilizar este fin de semana para engrasar su maquinaria electoral de cara a los comicios de junio del 2019 (municipales, autonómicos y europeos), para trazar un cortafuegos contra la amenaza de Ciudadanos. Sin embargo, la cita quedó eclipsada totalmente con la polémica del máster. Para tratar de alejar el foco de su persona, Cifuentes convocó a los medios una hora antes del pistoletazo oficial de la convención. La dimisión sigue sin entrar en sus planes. 

Cifuentes constata en Sevilla que el partido no está con ella. Solo una sección muy reducida y cada vez con menos influencia, liderada por Cospedal, defiende en público no dejarla caer y no ceder ni un solo paso más ante las presiones de Ciudadanos. El resto de los que la apoyan en público no dejan de ser subordinados del PP de Madrid, miembros de una estructura montada a su antojo en la que priorizó en acabar con los vestigios del aguirrismo.

De los pesos pesados solo se recogen declaraciones ambiguas o silencios incómodos. Existen muchas cuentas pendientes con una política que siempre se pavoneó de haber levantado las alfombras de un viejo partido. La adalid contra la corrupción.

Rajoy en privado le apoya, pero en público traza un cordón sanitario para evitar verse salpicado. El saludo delante de las cámaras es frío. Mucho más frío del que le hubiera gustado a ella.

Barones y ministros atesoran un buen número de cuentas pendientes con una política que siempre se pavoneó de haber levantado las alfombras. Algo que alegó Cifuentes en su última comparecencia ante los medios. Su lucha contra la corrupción, un precio a pagar. 

La resaca sevillana

Ciudadanos exige formalmente la dimisión de Cifuentes. Su salida en favor de otro diputado popular que pilote el Gobierno autonómico hasta el final de Legislatura. Es decir, la misma operación que lograron en Murcia forzando la salida de Pedro Antonio Sánchez. Cs es el partido que facilitó la investidura de Cifuentes, por lo que si les retiran el apoyo, el PP perdería Madrid. Las alamras se disparan en Génova, y la dirección del partido aparta a la filial madrileña de la crisis y se hace con las riendas de las negociaciones. El máximo responsable, el coordinador general, Fernando Martínez-Maíllo, que se encargará de mantener informado a Rajoy, de viaje oficial en Argentina

Pablo Casado y otra vuelta de tuerca

Sin pretenderlo, el vicesecretario de Comunicación del PP aprieta una nueva vuelta de tuerza a la ya de por sí incómoda situación en la que se encuentra Cifuentes. La noche del lunes 9 el diario El País dispara dos notificaciones a los móviles en apenas media hora y destaca en su web como noticia más importante del día que el joven político también logró uno de sus títulos de posgrado de forma sospechosa. Casado coge al toro por los cuernos y convoca a la prensa a un encuentro en la sede de Génova para la mañana del día siguiente al que acude armado de documentación que cuidadosamente guardaba en casa. Los cuatro trabajos que le exigieron para superar las cuatro materias en las que tuvo que evaluarse. Los otros dos tercios del curso le fueron convalidados con sus estudios previos en otras universidades. Sus explicaciones demuestran que no ha cometido ninguna irregularidad, y que simplemente se ha limitado a cumplir los requisitos que le marcaron desde la URJC. Las minuciosas y argumentadas explicaciones de Casado, además de desmontar la información publicada en su contra, dejan en evidencia a la presidenta madrileña. 

Las peticiones de dimisión de Albert Rivera provocan una ambigüedad cada vez mayor en los pesos pesados del PP con respecto ala situación de Cifuentes. Desde el entorno de Cifuentes desprenden que la presidenta solo dejará su cargo con una llamada directa de Rajoy, que no atenderá a más presiones, ni de dentro ni de fuera del partido.

El presidente del Gobierno, que continúa de viaje en Argentina, entra por primera vez en público a la crisis. Se trata de una respuesta a Rivera, que se muestra dispuesto a apoyar la moción del PSOE si no conceden la salida de Cifuentes. «Es un tema de partidos, no sé si alguien amenaza o advierte a alguien, pero yo no amenazo ni advierto», dice. 

Cifuentes renuncia a su máster. En una carta enviada a la Universidad Rey Juan Carlos, muestra su primera señal de arrepentimiento desde que hace un mes se disparó la polémica. Las posiciones de los partidos no cambian. Ciudadanos sigue exigiendo su dimisión. 

Parecía que la salida de Cifuentes era cuestión de horas, pero de repente empezaron a aflorar como setas en otoño casos de otros dirigentes de todos los partidos en los que habían inflado o falseado su Currículo. Coincide con una comparecencia de Rajoy en Moncloa, en donde recibió al primer ministro danés: «Consejos vendo, que para mí no tengo», afirma el presidente del Gobierno.

En Podemos, el partido más hostil contra Cifuentes, se reabre una vieja herida. Pablo Iglesias trata de acelerar el nombramiento de Errejón como candidato en Madrid para aprovecharse de la situación de debilidad, pero las prisas y las formas para oficializar al cabeza de cartel acaban provocando una importante crisis interna.

El 17 de abril Cifuentes renuncia a su máster. En una carta enviada a la Universidad Rey Juan Carlos, muestra su primera señal de arrepentimiento desde que hace un mes se disparó la polémica. Las posiciones de los partidos no cambian.

El tiempo pasa y la fecha límite para que se celebre la moción de censura, el 7 de mayo, se aproxima. Rajoy y Cifuentes coinciden el lunes 23 en la entrega del Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá. Será el último beso. Al día siguiente Rajoy comparece en Moncloa junto al primer ministro turco, y se refiere de esta forma al futuro de la dirigente madrileña: «Si tengo algo que decirle, ya se lo diré en su día». 

JUAN CARLOS HIDALGO | AFP

La puntilla

Este miércoles llegó la puntilla. El digital OKDiario publica un vídeo grabado hace siete años por unas cámaras de seguridad de un supermercado en Vallecas en el que se aprecia cómo un vigilante registra el bolso de la que por entonces era vicepresidenta de la Asamblea. Todavía no había asumido el cargo de delegada del Gobierno en la Comunidad. Según recogen la información que acompaña al vídeo, Cifuentes habría hurtado dos cremas por un valor inferior a 40 euros.

La cuerda se rompe y tras reunir a su gente de máxima confianza, convoca a la prensa en la Casa de Correos para anunciar su salida.