La inteligencia alemana ve injerencias rusas

Patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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El respaldo al soberanismo catalán se centra en campañas de desinformación y propaganda en la Red

15 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No cabe duda de que a Moscú le interesa una Europa débil y dividida. Las autoridades alemanas han sido las últimas en confirmar que el Kremlin emplea potentes recursos tecnológicos, tales como trolls (especialistas en desinformación) y bots (programas informáticos repetidores) para influir en la opinión pública europea «a través de operaciones secretas y organizaciones radicales o extremistas que son respaldadas con ayuda financiera». Así lo aseguró ayer el presidente de la Oficina Federal de la Protección de la Constitución, el servicio de inteligencia germano, que alertó especialmente sobre Cataluña.

«En el caso de los separatistas catalanes están apoyando su posición mediante actividades de propaganda», pero no con fondos financieros, explicó Hans-Georg Maaßen, quien admitió que no se trata de información de primera mano, sino del fruto de un intercambio con colegas europeos que, sin embargo, suena «muy plausible». La tesis de que Moscú respalda al movimiento secesionista desde la celebración del referendo ilegal del pasado 1 de octubre ha sido defendida por varios medios internacionales, como The Washington Post.

Las declaraciones del jefe de la inteligencia alemana se produjeron durante un simposio en el que se advirtió de que las infraestructuras clave de la locomotora europea, tales como el suministro de agua y electricidad, están siendo objeto de ataques por parte de agentes extranjeros. Alemania ofrece muchos blancos potenciales, sostuvo Maaßen, que recordó el ciberataque contra el Parlamento en el 2015. El experto propuso crear la base legal necesaria para permitir a los países defenderse de posibles agresiones extranjeras con mecanismos preventivos. «Prevención significa que cada consumidor de información, cada ciudadano, sea más crítico», insistió Maaßen al respecto de las noticias falsas. En este sentido, el responsable de los servicios de inteligencia citó como ejemplo el caso de Lisa: una niña de 13 años ruso-germana que según el Kremlin había sido secuestrada y violada en el 2016 por refugiados en Berlín, lo que resultó ser un bulo. «Estamos sorprendidos de que algunos países empleen aún hoy métodos de la guerra fría», dijo.