PP y PSOE planean un 155 de mayor alcance

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

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Emilio Naranjo

Rajoy, dispuesto a dialogar con Torra dentro de la ley, acuerda con Sánchez reforzar el control económico de la Generalitat y ampliar la intervención si el secesionismo insiste en su desafío

16 may 2018 . Actualizado a las 09:02 h.

El peso de combatir políticamente el desafío secesionista en Cataluña ya recae sobre las espaldas del PP y del PSOE. Rajoy y Sánchez acordaron en su encuentro de ayer en la Moncloa la formación de un frente en defensa del orden constitucional. Estos dos partidos asumen la responsabilidad de manera colegiada de velar por el mantenimiento del orden estatutario, y en caso de que fuese necesario, responder de forma «proporcional y firme» ante cualquier ilegalidad.

El acuerdo de ayer bien puede considerarse una renovación de votos, una vez que la postura de unidad entre los dos líderes fue concertada seis meses atrás, coincidiendo con la declaración de independencia aprobada en el Parlamento catalán, ya que a lo largo de este tiempo no se ha movido. Sin embargo, con la investidura de Torra como nuevo presidente de la Generalitat se abre una nueva fase en el conflicto, por lo que Rajoy y Sánchez han tenido a bien fortalecer esa imagen de unidad.

Tal y como sucedió en su día, PP y PSOE son los dos únicos socios fundadores de este club. Están abiertos a la admisión de nuevos integrantes; cuantos más, mejor, aunque los siguientes ya no tendrán esa condición de miembros de pleno derecho.

Naturaleza bicolor

Justifican esta naturaleza bicolor en que son las dos fuerzas mayoritarias en el Congreso y que son los dos únicos partidos de Gobierno, haciendo gran hincapié en las enormes responsabilidades que conlleva tomar decisiones frente a dar opiniones. De todos modos, ambos confían en que mañana se incorpore a este frente Ciudadanos. Albert Rivera tiene cita en la Moncloa a las 9.30 horas para un encuentro con el presidente del Gobierno que se prevé tenso tras la escalada de tensiones en la que se han visto inmersas las formaciones que lideran.

En el que no hubo tensión fue en el de ayer entre Rajoy y Sánchez. Ambos dirigentes despacharon alrededor de una hora en un tono distendido para esbozar las posibles actuaciones que pudiesen llevarse a cabo en Cataluña, en las que siempre primarán «la firmeza, la serenidad y la proporcionalidad». Según ha trascendido de esa reunión, Rajoy le recordó a Sánchez que su actuación conjunta hasta la fecha había sido eficaz, apoyándose en los mensajes de texto enviados por Puigdemont a uno de sus exconsejeros en los que se podía leer: «Moncloa gana». Asimismo, ambos líderes también compartieron la necesidad de emplear estas reuniones para la defensa de la unidad de España, y no para intentar sacar tajada política, en clara advertencia a Rivera, que ya anunció que se presentará en la Moncloa con una batería de exigencias.

En el encuentro de ayer también sobrevoló la opción de volver a aplicar el 155 una vez decaiga el actual con la toma de posesión del nuevo Ejecutivo autonómico. Ninguno de los dos líderes lo desea, pero tienen claro que en caso de necesidad, se hará sin ningún tipo de dilación. Esta vez el PSOE parece mucho más convencido, algo que en el PP consideran imprescindible para explorar otras posibilidades de intervención, más allá que la convocatoria de elecciones, algo que está totalmente descartado. Desde ayer mismo Rajoy ha comenzado a estudiar posibles escenarios. Le preocupa cómo venderlo de cara a la opinión pública, por lo que garantiza que no será cuestión cosa de días. Además, conviene no perder de vista que el próximo jueves 24 se celebra la votación decisiva para aprobar los Presupuestos, en la que necesita el respaldo del PNV, cuyos diputados no quieren pulsar el botón mientras el 155 esté activo.

El 155 decaerá en cuestión de días, pero lo que se mantendrá será la intervención económica del FLA que data del 2015, que será reforzada con una ley de intervención presupuestaria con la se quiere evitar que un solo euro público vaya a deparar al separatismo, según acordaron Rajoy y Sánchez. Finalizado el encuentro, el presidente viajó a Bulgaria. Desde allí volvió a enviar otra advertencia a Torra: «En Cataluña solo puede haber un presidente, una legalidad y unas instituciones válidas», desmontando así los planes de Puigdemont de liderar un Ejecutivo paralelo. Pero siempre que se mantenga dentro de la legalidad, está abierto a dialogar.

El nuevo presidente catalán topa con las primeras resistencias en sus filas

Su intención de llevar a su Gobierno a los exconsejeros presos se encuentra con la negativa de los de ERC

«Señor Rajoy: marque día y hora». El presidente electo de la Generalitat, Quim Torra, habló ayer de diálogo «franco y abierto» con el presidente del Gobierno para buscar una solución a lo que definió como el «conflicto político catalán». Torra lo planteó por carta pero también en una rueda de prensa ofrecida en Berlín junto al expresidente Carles Puigdemont. «Hablemos de todo», instó al presidente del Gobierno. Ese todo, según había confesado horas antes en una entrevista en Catalunya Ràdio, incluye el derecho de autodeterminación. Torra reclama a Rajoy que levante el 155 y paralice la intervención financiera de las cuentas de la Generalitat por parte del Ministerio de Hacienda.

No es la primera vez que el presidente de la Generalitat ofrece diálogo. También Mas y Puigdemont mostraron dispuestos a sentarse en una mesa. Pero mientras tendían una mano, con la otra amenazaban con tirarse al monte. La estrategia se repite. Torra reclama que se ponga fin al 155 y al mismo tiempo amaga con formar un Gobierno integrado por los exconsejeros del gabinete de Puigdemont que están en prisión por los hechos de octubre del año pasado. «El principio de restitución es básico», señaló. Pero hay un problema. Si Torra designa como consejeros a dirigentes que están en la cárcel, es muy probable que no puedan tomar posesión. Y para que decaiga el 155, el Ejecutivo en pleno tiene que haber tomado posesión. Es la pescadilla que se muerde la cola y que vuelve a enredarlo todo. No obstante, son los propios exconsejeros los que tienen que aceptar si se integran al nuevo gobierno y Torra lo sabrá en los próximos días cuando viaje a las prisiones a entrevistarse con ellos. No obstante, la primera intención de los exconsejeros de ERC es declinar la propuesta, según han comunicado a su partido.

Torra no solo se estrenó ayer en el cargo visitando al expresidente, sino que escenificó ante los medios europeos que el nuevo Ejecutivo tendrá dos cabezas. «Las decisiones las tomará el presidente de la Generalitat», expresó Puigdemont. «Combinaremos responsabilidades», dijo horas antes Torra, aunque reconoció que será él quien «tomará las decisiones» pero que «todo lo hablará» con el expresidente. Obediencia y lealtad: está por ver cuánto dura la fórmula. Puigdemont apuntó días atrás que la legislatura podría tener fecha de caducidad e incluso se atrevió a ponerle un límite en torno a octubre. La tentación de convocar elecciones en pleno juicio contra los líderes secesionistas puede ser muy grande.