Rajoy se plantea responder al nuevo desafío de Torra vetando su Gobierno

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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ALBERTO ESTEVEZ | afp

El presidente catalán nombra consejeros a dos presos y a dos huidos en Bruselas

20 may 2018 . Actualizado a las 08:57 h.

Más de lo mismo. Quim Torra confirmó ayer que su estrategia política pasa por elevar al máximo el desafío al Gobierno de Mariano Rajoy para aumentar así la tensión política e impedir cualquier posibilidad de una vuelta a la normalidad política en Cataluña. Apenas 24 horas después de ofrecer un «diálogo sin condiciones» al Ejecutivo central, Torra convirtió ayer la formación de su Gobierno en un nuevo pulso político al Estado que hace inviable cualquier vía de consenso al incluir en su gabinete a dos exconsejeros presos -Jordi Turull (presidencia) y Josep Rull (Territorio)- y a otros dos huidos de la Justicia, Toni Comín (Sanidad) y Lluís Puig (Cultura).

El Gobierno consideró la decisión de Torra como «una nueva provocación» con la que desaprovecha «una oportunidad de demostrar su voluntad de recuperar la normalidad». Mediante un comunicado, Moncloa anunció que «analizará» la viabilidad del nuevo Gobierno de la Generalitat «dadas las circunstancias personales de algunos de los designados». Según el Ejecutivo, las decisiones del nuevo presidente catalán «demuestran que quiere mantener una estrategia de confrontación con el Estado y con la mayoría de la sociedad catalana».

Difícil toma de posesión

El decreto de nombramiento asegura que «los consejeros tomarán posesión el miércoles 23 en el Palau de la Generalitat». Algo imposible en el caso de los fugados, y que difícilmente ocurrirá en el caso de los encarcelados, ya que tendrían que obtener un permiso del juez Pablo Llarena, que ya les prohibió asistir a la sesión de investidura. Por tanto, es muy posible que ninguno de los cuatro adquiera finalmente la condición de consejero y que, por tanto, el nuevo Gobierno catalán no se constituya, ya que Moncloa se plantea incluso no publicar el decreto de nombramiento de los consejeros por considerarlo inviable, lo que en la práctica supondría que el artículo 155 seguiría vigente en Cataluña.

La declaración de intenciones de Torra, que demuestra también su sometimiento a su antecesor, Carles Puigdemont, que ayer afirmó que se trata de un Gobierno «moderno para un país moderno, al servicio de una sociedad moderna, abierta, europea», se completa con la decisión de situar en Interior, y al frente por tanto de los Mossos, al expresidente de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Miquel Buch, exalcalde de Premiá de Mar, considerado uno de los independentistas del sector duro y con un perfil de tintes supremacistas similar al del propio Torra. La estrategia choca de plano con la de ERC, que apuesta por un Gobierno normalizado y viable y cuyos exconsejeros se han negado a ser restituidos en el cargo, con la excepción de Comín, huido en Bélgica y muy distanciado ya de su propio partido. Pese a ello, Junts per Catalunya y ERC se reparten a partes iguales las 14 consejerías, entre las que solo hay tres mujeres.

Decisión sobre la el diálogo

El desafío del presidente catalán fuerza al Gobierno a decidir entre mantener la aceptación del diálogo con Torra anunciada por Rajoy o la ruptura y la vuelta a la confrontación total y la batalla jurídica. Antes de conocer los nombramientos, Moncloa anunció que Rajoy responderá la próxima semana a la oferta de diálogo que el nuevo presidente de la Generalitat le había trasladado por carta, pero dejando claro que este diálogo solo podría tener lugar «dentro de los límites de la Constitución y la ley».

Los nombramientos de Torra elevan además la presión de Ciudadanos para que se mantenga la aplicación del artículo 155 en Cataluña. El líder naranja, Albert Rivera, pidió de inmediato a Rajoy que rectifique mantenga la suspensión de la autonomía. «Torra pone de consejeros a presos o huidos de la Justicia en su Gobierno rebelde. Es un error seguir mirando a otro lado, Rajoy debe rectificar ya. Hay que hacer política aplicando el 155 CE para garantizar la unión y los derechos de todos los catalanes», señaló Rivera en Twitter. Inés arrimadas, líder de Ciudadanos en Cataluña, dijo también que «así no se puede levantar el 155», con «un president supremacista, un plan ilegal anunciado en el Parlament y un Govern con dos presos y dos fugados que dieron un golpe contra la democracia».

Turull y Rull piden al Supremo que los ponga en libertad para asumir el cargo

La defensa de los exconsejeros Jordi Turull y Josep Rull, ambos en prisión preventiva, solicitó su libertad provisional con la «mayor celeridad y urgencia posible», para poder tomar posesión y ejercer sus cargos de manera «inmediata». Jordi Pina, abogado de los dos exconsejeros, dirigió un escrito al Tribunal Supremo en el que argumenta que «ambos diputados tienen el perfecto derecho de aceptar tales cargos, pues les ampara el artículo 23.2 de la Constitución, que reconoce su derecho a acceder en condiciones de igualdad a los cargos públicos» sin que fuera legítimo discriminarles por estar presos. Afirma además que «no existe ningún riesgo de fuga», ya que ambos acudieron dos veces al llamamiento judicial sabiendo que «muy probablemente acabarían en prisión».

Elsa Artadi y Pere Aragonès serán las figuras clave del nuevo Ejecutivo

G. B.

Más allá del elemento de provocación que comporta el nombramiento como consejeros de personas encarceladas o huidas de la Justicia, en el nuevo Ejecutivo catalán habrá dos figuras clave, una de Junts per Catalunya, Elsa Artadi, de la máxima confianza de Puigdemont, y otra por ERC, Pere Aragonès, representante de la nueva estrategia posibilista iniciad por los republicanos una vez abandonada la vía unilateral. Artadi, sin lastre judicial alguno, será consejera de Empresa y portavoz, y actuará como un enlace directo de Puigdemont con el nuevo Ejecutivo, sin descartarse que asuma también Presidencia si Turull no puede tomar posesión. Con una sólida formación universitaria, Artadi dirigió la campaña de Junts per Catalunya y fue secretaria de Hacienda y directora general de Tributos.

Aragonès será el hombre fuerte de ERC en el Gobierno, en sustitución de Oriol Junqueras, asumiendo la vicepresidencia y la Consejería de Economía y Hacienda. También con amplia formación económica, asumió la voz de ERC tras el encarcelamiento de Junqueras y la huida a Suiza de Marta Rovira. Es un independentista convencido, pero con un perfil pragmático y visión a largo plazo, que asume la necesidad de ampliar la base social antes de declarar la secesión de Cataluña y es de los pocos que ha mantenido el contacto con el Gobierno.

Tanto Jordi Turull, que ya se presentó a la investidura pero fracasó por la abstención de la CUP, como Josep Rull, ambos encarcelados, aceptaron ayer sus nombramientos a través de mensajes en Twitter asegurando que de esa manera son «consecuentes y leales» a sus compromisos con los ciudadanos de Cataluña. «Me honra aceptar la petición del presidente Quim Torra i Pla de continuar siendo conseller», aseguran ambos, que se declaran dispuestos a dedicarse «en cuerpo y alma al servicio de todos los catalanes». Lluís Puig, huido en Bélgica, dio las gracias a Torra por «la confianza y la voluntad de restitución» y a Puigdemont por «permitir apoyarte hasta donde haga falta». El también fugado Toni Comín afirmó que sus nombramientos son un «honor que asumimos con responsabilidad, humildad y compromiso» y agradeció a ERC darle «su confianza». «Juntos, gracias a Oriol Junqueras, hemos hecho un camino lleno de frutos», señala Comín en su mensaje.