¿Por qué no dimitió Rajoy?

T. N. REDACCIÓN

ACTUALIDAD

J.J. Guillén

Una vez consumado el cambio de postura del PNV, es difícil que volviera a cambiar por la renuncia del presidente

01 jun 2018 . Actualizado a las 10:59 h.

Se lo preguntó reiteradas veces Pedro Sánchez. Se lo pidió insistentemente Albert Rivera. Pero Mariano Rajoy se negó a utilizar el as que tenía en la manga para frenar la moción de censura, la de presentar la dimisión. Podía renunciar hasta el mismo momento del inicio de la votación de la moción de censura pero su despedida de esta mañana en el Congreso confirma que el hasta ahora presidente rechaza dejar el cargo. 

¿Qué cambiaría si hubiese dimitido?

Al decaer la moción de censura, el Gobierno, con Mariano Rajoy al frente, habría seguido en funciones hasta que el Congreso fuera capaz de investir a su sustituto. Para ello, el rey abriría una ronda de consultas con los grupos parlamentarios para proponer un candidato a la presidencia, como sucede al inicio de la legislatura, después de unas elecciones.

¿Cambiaría algo políticamente?

Probablemente, no. Tras la ronda de consultas, el rey propondría como candidato no a quien proponga el partido más votado, que en este caso es el PP, sino a quien disponga de mayores apoyos parlamentarios. La decisión del PNV de apoyar la moción de censura ha supuesto un vuelco en la mayoría política de la Cámara. Aunque nada es imposible, y nunca sería del todo descartable que un candidato popular que no fuera Rajoy pudiera recabar apoyos que este no tiene, el sentido común hace pensar que los nacionalistas vascos no volvieran a cambiar de postura una tercera vez en quince días. En consecuencia, la lógica política permite pensar que Sánchez reuniría los 180 votos a favor que previsiblemente conseguirá hoy, y por ello, sería investido presidente.

¿Hay solo razones de aritmética parlamentaria?

No. Mariano Rajoy lo dejó claro a lo largo de lo que previsiblemente será su última intervención parlamentaria como presidente del Gobierno, no dimitirá por dignidad personal y política. Porque considera que no ha hecho absolutamente nada malo en relación con la Gürtel y los casos de corrupción que afectan a su partido, que sigue atribuyendo a personas concretas de la formación, no al PP como tal. Rajoy entiende que dimitir sería dar la razón a Sánchez y a quienes le acusan de ser el responsable de los casos de corrupción. Como dijo en la tribuna del Congreso, considera que la sentencia de la Gürtel es solo una excusa del líder socialista para justificarse, ya que es la única vía posible que tiene para llegar a la Moncloa alguien que ha perdido las dos elecciones en las que ha sido candidato, y en las que llevado a su partido a los peores resultados de su historia.

¿Es el final político de Mariano Rajoy?

Probablemente. Con la pérdida del Gobierno, el PP inicia ahora una travesía del desierto con las encuestas en contra. Y, lo que es aún peor, con Ciudadanos en la cresta de la ola y dispuesto a sacarle el máximo rendimiento al tiempo de indefinición y abatimiento del PP. Por ello, cada día que se retrase Rajoy en poner en marcha el proceso de sucesión, con la convocatoria de un congreso extraordinario, será un día ganado por Albert Rivera para hurgar en la herida y dar pasos en su intento de ocupar el espacio electoral del PP. La carrera electoral ya ha comenzado.