La jueza pitonisa de la que nadie sabía

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

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Vecinos de la casa de Lugo en la que estaba la consulta desconocían la existencia de esta actividad

10 jun 2018 . Actualizado a las 08:55 h.

«No tenemos previsto volver a abrir», responde una voz de hombre a los clientes de la consulta de tarot y videncia cuya relación con la jueza María Jesús García, de Vigilancia Penitenciaria de Lugo, investiga el Consejo General del Poder Judicial. Hace unas semanas aparecieron unos folletos anunciando un servicio de tarot en los parabrisas de varios coches estacionados en diferentes puntos de la ciudad de Lugo. Poco después comenzaron a circular los primeros comentarios acerca de que la jueza María Jesús García podría estar relacionada con esta actividad. Hay quien asegura que la vio repartiendo en persona la publicidad y que uno de los que pudieron comprobarlo es (al menos en ese momento lo era) una autoridad provincial.

Los clientes que llamaron en la última semana al teléfono que aparece en los folletos obtuvieron la siguiente información: «Lo siento mucho, pero la consulta está cerrada desde hace una semana y no tenemos pensado volver a abrirla». Incluso alguna cita concertada con anterioridad fue anulada durante estos últimos días.

Los vecinos del edificio de la capital lucense donde se encontraba la consulta desconocían que esta estuviese situada allí, y lo descubrieron cuando el caso se hizo público hace tan solo unos días. A día de hoy, ni en el propio inmueble ni en su entorno inmediato hay rastro de su existencia.

El inmueble donde se alojaba la supuesta consulta es muy discreto, tanto por su altura como por su diseño. Se encuentra en una conocida avenida lucense, una avenida muy transitada. Tiene pocas plantas y, según parece, varios pisos vacíos. Nada alertó a los pocos vecinos que quedan, ni siquiera un mayor uso del ascensor. Pero sí hubo a quien le llamó la atención que en el entorno del edificio apareciesen con frecuencia folletos anunciando una consulta de tarot y videncia. Aunque también es cierto, indicaron estas mismas fuentes, que en los últimos días han dejado de ver tales anuncios. 

Mucha discreción

Más allá de los folletos, donde aparece la dirección de una página web que nunca llegó a estar operativa, el servicio de tarot y videncia nunca se publicitó. Nunca hubo un letrero o un rótulo que indicara el piso de la consulta, y en el buzón tampoco figuró nombre alguno. La discreción en el entorno del centro contrasta con el esfuerzo informativo llevado a cabo durante una temporada para dar a conocer la actividad. La distribución de anuncios en los parabrisas de los coches fue, probablemente, el más intenso. Aunque también se colocaron pegatinas en algunas calles de la ciudad, y el anunció apareció, al menos, en un periódico gratuito.

La trayectoria de la consulta de tarot y videncia fue breve. Cerró en cuanto el asunto salió a la luz, a raíz de la apertura de un expediente informativo por parte del Consejo General del Poder Judicial. Esta decisión se tomó cuando el presidente de la Audiencia Provincial, José Antonio Varela Agrelo, que calificó la conducta de «peculiar», comunicó los hechos al TSXG

Una resolución rápida

Desde los colegios oficiales de abogados y procuradores manifestaron su deseo de que la investigación se lleve a cabo con rapidez y, si corresponde, se apliquen las sanciones oportunas. La Asociación Jueces para la Democracia, a través de su representante en Galicia, que ejerce en Lugo, se limitó a indicar que el CGPJ aclarará esta cuestión y, si hubiese una infracción, la sancionará.

Mientras, la jueza investigada volvió esta semana al juzgado ya que, según parece, estuvo un par de días de la anterior sin acudir a la Audiencia Provincial. El hecho de estar en el centro de la polémica no es nuevo para María Jesús García, que cuenta con un expediente universitario brillante. En Santiago, donde ejerció antes de llegar a Lugo, hubo quejas de abogados porque llevaba un gato a los juicios. Antes, en el 2008, cuando trabajaba en Santander, fue multada con 3.000 euros por sus opiniones sobre la ley de violencia contra la mujer, así como por unas declaraciones en las que aludía a rumanos y colombianos. En Bilbao también fue sancionada por fumar en la sala de vistas entre juicio y juicio.

En Lugo apenas se relaciona con sus compañeros. En el campo sindical no hay constancia de que haya tenido ningún problema con los trabajadores de Xustiza. Es más, en este mismo ámbito hay quien opina que este asunto no pasa de ser algo anecdótico, porque la Justicia en España tiene problemas mucho más serios que resolver. En el ejercicio de sus funciones, alguna de las decisiones adoptadas por la jueza García fueron recurridas por otras instancias, al considerar -en el caso de algunos permisos carcelarios-, que no eran adecuadas.

La voz masculina que atiende estos días el teléfono señala que de momento no está prevista la reapertura. Pero eso es algo que quizá solo saben los que dicen conocer el futuro.