El maquinista, llorando: «Era un accidente anunciado. No había análisis de riesgos»

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

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Francisco José Garzón, el maquinista del tren, muy afectado, no pudo ni siquiera leer la declaración que llevaba escrita
Francisco José Garzón, el maquinista del tren, muy afectado, no pudo ni siquiera leer la declaración que llevaba escrita benito ordoñez

El conductor del tren siniestrado pide perdón a todas las víctimas y denuncia que se manipularon sus declaraciones

12 jul 2018 . Actualizado a las 07:10 h.

«Era un accidente anunciado», porque el tramo de la curva «carecía de toda seguridad» y «la instalación de tres señales de chapa y tres balizas lo habrían evitado de haberse hecho antes de la puesta en servicio de la línea». Francisco José Garzón Amo, el maquinista que conducía el tren siniestrado en Angrois el 24 de julio del 2013 en el que murieron 80 personas y más de 140 resultaron heridas, compareció este miércoles ante la comisión de investigación del Congreso en un estado de gran conmoción que le impidió incluso leer la declaración que llevaba escrita. Algo que en su lugar tuvo que hacer el secretario de la mesa, el diputado de En Marea Antón Gómez Reino. Garzón, que compareció acompañado de su abogado por estar imputado en la causa, comenzó pidiendo perdón a todas las víctimas y familiares de los afectados y agradeciendo la comprensión que han demostrado hacia su persona. «Preferiría haber muerto yo en lugar de uno solo de ellos», señaló más tarde sin poder contener la emoción.  

«No había señal»

El maquinista del tren aseguró que directivos de Renfe y del ADIF conocían la peligrosidad de esa curva y que la reducción de velocidad de 200 kilómetros por hora a 80 solo dependía «de la memoria de los maquinistas». «No había señal. Cada uno la tomaba como veía», dijo en otro momento. Y, a su juicio, la seguridad en un tren «no puede estar basada en exclusiva en la actuación de humanos», aunque admitió que había recibido la formación necesaria para pilotar un tren como el accidentado.

El conductor denunció lo que consideró una manipulación de su conversación con el responsable de la estación de Atocha inmediatamente después del accidente en la que decía: «Tenía que pasar a 80 y pasé a 190». Aseguró que a continuación señalaba que él ya había avisado que «algún día iba a pasar». «Somos humanos, y ya se lo había advertido al jefe de seguridad», justificó. Recordó que, según se publicó en el libro Tragedia de Angrois de La Voz de Galicia, el juez que estaba levantando los cadáveres fue avisado por un policía de que la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el secretario de Estado, Rafael Catalá, aseguraban que tenían una información «de primer orden» para esclarecer el accidente, y le informaban de que estaban «muy interesados» en que conociera la grabación de la conversación con el centro de control de Atocha en ese mismo momento. Pero el juez rechazó esa petición.

Esa conversación, en la que solo se recogía la primera parte, fue sin embargo filtrada a la prensa y, según Garzón, en ese momento solo podían disponer de ella el ADIF o el Ministerio de Fomento. El maquinista solicitó que la totalidad del audio se reprodujera en la comisión, pero la mesa lo rechazó por formar parte de la investigación judicial.

Admitió que poco antes del accidente recibió una llamada del interventor a través del teléfono corporativo y que atendió esa llamada porque reglamentariamente estaba obligado a hacerlo, ya que el teléfono, tanto el móvil corporativo como los de la consola, son «una herramienta más de trabajo», aunque no había recibido formación para evaluar los riesgos de atender las llamadas. «Hablamos de una pérdida de consciencia situacional, no voluntaria, causada por una de las variadas tareas profesionales propias de un maquinista y a las que debe atender mientras desarrolla su trabajo», señaló.  

«No entro a valorar en política»

Relató además las circunstancias en las que fue detenido tras ser ingresado en el Hospital de Santiago, y que esa detención no la ordenó el juez, sino la policía. Y vinculó ese rápido arresto con el hecho de que el día 27 el entonces ministro de Interior, Jorge Fernández, visitaba Santiago, y «parecía importante que pudieran decir que tenían detenido al maquinista en los calabozos de Santiago» en los que, según dijo, solo tenía «un catre» y ni siquiera le facilitaron una silla pese a su estado de salud.

Visiblemente afectado, rechazó contestar a la mayoría de las preguntas alegando que lo había hecho ante el juez. Pero, cuando la diputada de En Marea Alexandra Fernández le preguntó si se siente un «cabeza de turco», respondió, también entre sollozos: «Yo solo quiero que me dejen vivir en paz, no puedo valorar eso». Tampoco contestó a la pregunta de si consideraba que había «responsabilidades políticas» en este accidente. «Yo no entro a valorar en política. Soy una persona normal. En política no me meto», dijo.

Respeto al informe de la CIAF que hacía recaer toda la responsabilidad sobre él y que ha sido cuestionado por la Unión Europea, señaló que él tiene «la conciencia muy tranquila» y que «el que haya mentido que responda donde tenga que responder».

Polémica entre los grupos políticos por la comparecencia de Garzón

El presidente de la comisión de investigación, el diputado del PDECat Joan Guillaumes, tuvo que suspender la sesión durante unos minutos debido a un nuevo incidente provocado por el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que, después del acuerdo adoptado por la mesa para no reproducir el audio de la conversación del maquinista con el control de Atocha, comenzó a difundirlo durante su turno de palabra mediante una grabadora. La sesión solo se reanudó cuando Rufián renunció a su objetivo. La representante de En Marea aprovechó sin embargo su turno para leer el contenido de ese audio sin que en esta ocasión el presidente de la comisión le llamara al orden.

El incidente provocó la protesta de la portavoz del PSOE, Pilar Cancela, que consideró necesaria una «reunión urgente» de la mesa y los portavoces «para delimitar procedimiento y funcionamiento de esta comisión» y evitar que nadie haga «una utilización partidista del dolor de nadie». Cancela recordó que el PSOE cambió de posición sobre la necesidad de la comisión y lo justificó en el conocimiento de nuevos hechos. Pidió disculpas a Garzón por haber solicitado su comparecencia, pero la consideró necesaria. Cancela protestó también por el hecho de que esta comisión «ya ha sacado sus conclusiones» y pretenda hacer responsable al exministro José Blanco. El portavoz del PP, Celso Delgado, dijo que su grupo no era partidario de la investigación, pero que una vez creada era necesaria la presencia del maquinista para «analizar las causas del accidente». Y protestó también porque algunos quieran convertir una comisión en «un espectáculo».

Tanto la portavoz de En Marea, Alexandra Fernández, como el de ERC, Gabriel Rufián, aseguraron que el maquinista no debería haber sido citado a declarar porque se trata de «una víctima más» del accidente.