Pablo Casado: «Lo que se me ha hecho a mí no se le ha hecho a nadie»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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El presidente del PP rechaza hablar de una persecución, pero sí considera que no se le aplica la misma vara de medir que a otros dirigentes políticos

06 ago 2018 . Actualizado a las 23:15 h.

A Pablo Casado no le gusta utilizar la palabra persecución para definir lo que está padeciendo en los últimos cuatro meses, a raíz de unas supuestas irregularidades en la obtención de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, pero lo cierto es que el presidente del PP cree que con él no se está empleando la misma vara de medir que con el resto de dirigentes políticos, ni judicial ni mediáticamente. «Lo que se me ha hecho a mí no se le ha hecho a nadie en este país, y por lo que tengo viajado, en ningún otro», lamentó resignado en su comparecencia de ayer en Génova tras conocerse que la jueza de instrucción número 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, ha elevado la causa al Tribunal Supremo dada su condición de aforado como diputado por Ávila en el Congreso.

La magistrada aprecia indicios de que el título fue «un regalo académico por su relevancia política e institucional», entendiendo que habría incurrido en los delitos de prevaricación administrativa y cohecho impropio, dejando en manos del alto tribunal la decisión de investigarlo. En caso de que finalmente este acabe aceptando la causa, el líder popular descarta que vaya a presentar su dimisión. «En absoluto», negó tajante, ya que, explicó, el PP «tiene unas normas muy tasadas» en las que un cargo político debe «asumir responsabilidades», y, en su opinión, en este caso no se da ninguna de ellas.

El caso del máster de Pablo Casado forma parte de la polémica que le costó la presidencia de la Comunidad de Madrid a Cristina Cifuentes, que acabó abandonando la política. El por entonces vicesecretario de Comunicación del PP salió al paso de inmediato admitiendo que le habían convalidado 40 de los 60 créditos de los que constaba el curso gracias a otras titulaciones y que no había tenido que asistir a clase, ya que para superar las cuatro asignaturas restantes tan solo le exigieron presentar cuatro trabajos, de los que solo mostró sus portadas. La jueza pide que se le cite como investigado y que la policía judicial analice el viejo ordenador en el que asegura tener guardados estos trabajos, para comprobar que fueron realizados durante el curso 2008-2009. Cuestionado por este aspecto, Casado se mostró dispuesto «a colaborar en todo lo que sea necesario» con la Justicia.

La tesis de Pedro Sánchez

El líder del PP tuvo que retrasar ayer su vuelo a Colombia, en donde hoy asistirá a la toma de posesión del presidente Iván Duque, para «dar la cara» ante los medios. Sus explicaciones fueron en la línea de las que lleva dando desde el estallido del caso, de ahí su gesto de hartazgo. Insistió en su inocencia y repitió que su titulación «no es finalista, no es un título para colgar en la pared», trató de aclarar, y que tan solo servía de llave para preparar la tesis, algo que finalmente no hizo. De este modo, rechaza que pueda llamarse «regalo» a algo que «no se tiene», apuntó. Tras enviar un mensaje de tranquilidad a su partido, lamentó que los casos que afectan a políticos de otras siglas no alcancen la misma repercusión. Mencionó la tesis de Pedro Sánchez, supuestamente redactada por otra persona; el del líder del PSOE en Madrid, José Manuel Franco, que admitió haber falseado su currículo; el de la ministra de Sanidad, María Jesús Montero, con una titulación similar en la URJC; o la beca de Errejón.