El jefe de los Greco en Galicia: «El abuelo puede caducar, pero la tercera generación de los Charlines está activa»»

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

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MARTINA MISER

«El narco gallego se beneficia de su tradición, de su capacidad y la geografía», dice Emilio Rodríguez

16 ago 2018 . Actualizado a las 11:06 h.

Emilio Rodríguez asumió la jefatura de los Grupos de Respuesta contra el Crimen Organizado (Greco) en Galicia poco después de que Sito Miñanco cayese en febrero, en el transcurso de la operación Mito. Ya con anterioridad había formado parque del equipo policial que más cocaína ha intervenido en el siglo XXI. Es, desde hace años, uno de los azotes del narco gallego. El trabajo de su gente ha sido fundamental en la ejecución de la operación Barranca Bermeja, que acaba de intervenir 2,7 toneladas de material procedente de Colombia y enviado a prisión a doce individuos enfangados hasta las trancas en el negocio del lodo blanco, además de imputar a Manuel Charlín y a su hijo Melchor por su pertenencia a una organización criminal. El policía vallisoletano regresa de Las Palmas de Gran Canaria, donde ha supervisado la arribada del remolcador Titán III con todo su cargamento.

-Pese al nombre que se han ganado en el negocio, parece que los Charlines desempeñaban un papel secundario en el alijo.

-Sí. Es, sin embargo, un papel muy importante. Ellos siempre han actuado así, como intermediarios con sus contactos entre transportistas y proveedores.

-Los han puenteado.

-Más bien es que sus contactos no fueron lo suficientemente válidos para acometer el transporte. Para bien o para mal, el nombre Charlín es muy conocido. Siguen teniendo una reputación.

-Lo que ha ocurrido suena a que el clan está en decadencia.

-Bueno, la primera y la segunda generación están decadentes. Pero que el abuelo esté caduco no quiere decir que no haya generaciones nuevas del clan muy activas. Marcos Vigo, que se casó con una nieta de Charlín, protagonizó una operación parecida a esta hace años. Uno de los hijos de José Luis está en la cárcel por un laboratorio de heroína. Y José Benito también tiene gente en prisión por este motivo.

-¿Qué hay de Melchor?

-Es una figura que ha dificultado las investigaciones. Un hombre con muchos contactos, pero también muy conocido.

-Se dice que permanece a la sombra de su padre.

-Indudablemente. Transmite lo que decide su padre.

-Hay a quien le sorprende que ambos hayan quedado en libertad.

-Es un tema más judicial que policial. Este ha sido un trabajo coordinado estrechamente con el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo y con la Fiscalía Antidroga. En un momento determinado, y ante las circunstancias que rodean a estos sujetos, se decide que no existe riesgo de fuga y que irán a juicio. No olvidemos que Charlín tiene 85 años. Lo importante es que hemos encarcelado a doce individuos y los demás permanecen investigados, incluidos los Charlines, por pertenencia a banda criminal. Meter en la cárcel a alguien es complejo para un juez, tienen que darse circunstancias muy concretas.

-Entre los detenidos figuran hijos, esposas y parientes de los narcotraficantes. ¿Es este un negocio familiar?

-Digamos que se transmite. Es un negocio de contactos, no de vocación. Muchas veces heredan los contactos de padres a hijos, se mantienen, y esta es la forma en la que, al fin y al cabo, consiguen desarrollar las operaciones. El caso de Jacinto Santos Viñas es evidente. Es el eje que une al grupo transportista con el proveedor. Su papel es clave, todos pasan por él, y usa a su mujer y a su hijo por seguridad, para evitar figurar directamente. Estamos hablando de narcotransportistas.

-Esta es otra de las cuestiones centrales. En lugar de las clásicas redes jerarquizadas, estamos ante grupos especializados que se asocian puntualmente.

-Eso es. El gallego es único en eso a nivel mundial, en la organización de su logística. El narco gallego se beneficia de su historia, de su tradición, de la geografía y de su capacidad. Y en el tema del transporte es como si estuviésemos ante varios directores de orquesta, cada uno con un papel claro e interrelacionado. Por tanto, no es una organización como la de Sito, con una figura clave a la que todos obedecen y lo controla todo. No. Aquí están subdivididos, se rodean de mucha seguridad y mantienen pocos contactos entre ellos. Los justos y siempre personales.

-¿Tan fácil le resulta al narco gallego tender lazos con Colombia?

-Es cuestión de contactos y tradición, de cuestiones heredadas, como hablábamos antes. En este caso está por aclarar si a Mario Otero, que también es clave, le mandan el contacto del holandés Paul Wouter desde Colombia o si, a la inversa, llegan a Colombia desde Paul Wouter. En todo caso, el gallego, donde está seguro, es de A Canda para arriba. Puede hacer viajes y enviar a secundarios, pero donde controla es en Galicia, en Madrid o en Andalucía, siempre como narcotransportista.

-Cobrando una parte de la mercancía por su trabajo, ¿no?

-Cobran en mercancía porque le proporciona fiabilidad a la operación. Si lo que te juegas es una parte de la mercancía, te preocuparás el primero por que no se pierda. En porcentajes distintos, en función del papel de cada uno y de su nivel de implicación. Este es un negocio que está cerrado en cuanto sale el barco.

-Ante estas nuevas organizaciones, ¿debe enfrentarse la policía con nuevas estructuras?

-Hace quince años ya que la Policía Nacional interpretó claramente que necesitábamos grupos especializados en narcotráfico y en blanqueo. Por eso están dando tan buenos resultados. En Galicia estamos funcionando como un muro de contención enorme, que obliga a los narcos a buscar otras rutas. Aquí hay contactos e infraestructura, pero están empezando a comprobar que Galicia no es un sitio seguro para meter cocaína. Es así como países que eran secundarios en este negocio ahora son fundamentales.

-¿Por ejemplo?

-Holanda o Bélgica. En España nos lo estamos tomando mucho más en serio que en el resto de Europa, donde interpretan mal el problema de la droga. Piensan que es por aquí por donde entra porque se decomisa mucho. Pero lo que sucede en realidad es que se decomisa mucho porque se investiga mucho y muy bien. 

«Esta operación es importantísima porque vincula a los tres subgrupos que actúan en un alijo»

La operación Barranca Bermeja, subraya el jefe de Greco en Galicia, no es una más.

-Por el número de detenidos y la cantidad de cocaína incautada, se diría que es una de las más importantes de los últimos años.

-Es importantísima porque hemos sido capaces de relacionar a los proveedores, al barco nodriza y al barco que iba a recoger la mercancía. Hemos vinculado a los tres subgrupos que actúan en un alijo, y eso es algo muy difícil, muy complejo. El volumen de cocaína es importante y hay gente histórica, cuyo poder económico es incalculable.

-¿De los gallegos?

-No solo de los gallegos. Aquí el potencial económico lo tenía Mario Otero [el hostelero detenido en Boiro], pero es mínimo comparado con el del holandés Paul Wouter. Otero pone la estructura, pero no puede financiar la mercancía. Casi seguro cobraría una parte y financiaría esa parte. Pero quien hace la operación y aporta el capital y los contactos en Sudamérica es Wouter. El holandés, que es oriundo de Surinam, movía los hilos desde Marbella. Son las dos figuras clave junto a Jacinto Santos, que tiene una deuda con la justicia de alrededor de veinte años y ha caído con remolcadores dos veces, con penas importantísimas.

-Mario Otero...

-Lo controlaba todo. Los contactos directos con Wouter, que por así decirlo era el proveedor. También indirectamente, a través de los gallegos, llega al Titán III. Y controla directamente el Sempre Cacharelos, el pesquero que iba a recoger la droga.

-Esta gente no para.

-No, no para. Y casi siempre es la misma gente, además. Seguimos teniendo grupos especializados, con operaciones importantes. No muchas, porque son complejas. En este caso estamos hablando de año y medio de trabajo. Pero van a seguir trabajando mientras sea rentable el negocio.

-Y lo es.

-La demanda en Europa es impresionante y existe un cúmulo de factores en los países de origen que nos hacen pensar en una constante producción de grandes cantidades de cocaína. Las políticas de eliminación de plantaciones que cambian o se abandonan, la situación de Colombia o la de Surinam... Pero sobre todo es importante tener presente que mientras haya demanda la oferta va a continuar produciéndose. Eso sí, no hay vacas sagradas. Tardaremos tiempo, pero el que anda en la movida sabe que va a caer, antes o después.