Convulsión política en Perú por la retirada del indulto a Fujimori

HÉCTOR ESTEPA BOGOTÁ / E. LA VOZ

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Afines a Fujimori, ante el hospital donde está ingresado el expresidente
Afines a Fujimori, ante el hospital donde está ingresado el expresidente MARIANA BAZO

El presidente Vizcarra choca con los hijos del expresidente

05 oct 2018 . Actualizado a las 07:56 h.

Nuevo terremoto en la política peruana con protagonista usual de los escándalos de nuevo en el punto de mira. La decisión de la justicia peruana de retirar el indulto al autócrata Alberto Fujimori (1990-2000) espoleó las tensiones que existen desde hace meses entre las distintas facciones del Congreso.

El expresidente había sido condenado a 25 años de prisión en el 2009 por delitos de lesa humanidad que incluyen secuestro y asesinato. Ingresó en prisión, hasta que fue indultado en la Nochebuena del 2017 por el entonces líder peruano Pedro Pablo Kuczynski (PPK), quien basó su decisión, en parte, en consideraciones médicas.

Pero para la mayor parte de la opinión pública peruana y los politólogos del país sudamericano el indulto otorgado por PPK fue un pago al sector del fujimorismo liderado por Kenji Fujimori, hijo del autócrata, a cambio de que votaran en contra de su destitución en el Congreso por culpa un supuesto caso de corrupción.

Kuczyinski acabó renunciando a la presidencia el pasado marzo tras desvelarse nuevas acusaciones contra él y fue sustituido por el hasta entonces vicepresidente, Martín Vizcarra.

El Tribunal Supremo considera ahora que el indulto viola dos resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre Alberto Fujimori, de 80 años, que son de obligado cumplimiento para el Estado peruano. Y ha ordenado su retorno a prisión. Cree además la judicatura que el informe para justificar el perdón contiene irregularidades. «Tiene una enfermedad terminal no grave, no se justifica que se trate de un caso que exija la necesidad imperante de ponerlo en libertad», señaló el juez Hugo Núñez Julca.

La reacción del partido fujimorista Fuerza Popular, que tiene la mayoría en el Congreso peruano, no se ha hecho esperar. El Parlamento aprobó de madrugada dos reformas constitucionales para paliar la corrupción promovidas por el presidente Vizcarra, pero con importantes recortes infringidos por el fujimorismo.

Los seguidores del autócrata impidieron, por ejemplo, que se prohibiese la reelección de políticos en el Congreso. Como las reformas propuestas por Vizcarra prevén la restitución de la bicameralidad del legislativo, los fujimoristas firmaron que un político no pueda repetir en el mismo cargo, pero sí podrán alternar entre ser senadores y diputados.  

Tensión entre hermanos

La suspensión del indulto promete también reavivar la guerra en el clan Fujimori entre dos de los hijos del autócrata, la excandidata presidencial Keiko Fujimori, líder de Fuerza Popular, y su hermano Kenji, expulsado del partido primero y suspendido después del Congreso por haber presuntamente negociado votos para evitar la renuncia de PPK en diciembre.

Keiko había apostado fuerte por la caída del ex presidente y criticó duramente a su hermano y a los disputados díscolos que lo siguieron, a pesar de que el apoyo de ese grupo a PPK habría acabado suponiendo el indulto a su padre.

La lideresa continuó presionando al exlíder del país, apoyado por Kenji, hasta que cayó. «Si mi padre regresa a la cárcel jamás se lo perdonaré a Fuerza Popular», dijo el benjamín del clan advirtiendo de que las ansias de poder de su hermana acabarían suponiendo el fin del indulto a Alberto Fujimori, quien fue trasladado a un hospital y será detenido en cuanto tenga el alta.

Está por ver cómo se posicionan ahora los votantes del fujimorismo, que siguen alabando al patriarca de la familia por haber acabado con el grupo subversivo Sendero Luminoso y con la hiperinflación del país.