Zougam, tan malo dentro como fuera

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

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Condenado por el 11M y detenido en Teixeiro como miembro del frente yihadista de prisiones, «sigue siendo el jefe, el matón», aunque sin las peleas que antes provocaba

06 oct 2018 . Actualizado a las 09:56 h.

La Operación Escribano -bautizada así porque los implicados se transmitían por carta mensajes e instrucciones- permitió esta semana desmantelar una red de radicalización en la que participaban 25 reclusos musulmanes de varias prisiones. La mayoría fueron encarcelados por actividades terroristas, si bien también hay presos por delitos comunes que habían adoptado posiciones extremistas dentro de la cárcel.

Uno de los investigados, y supuesto miembro de la cúpula, está preso en el centro penitenciario de Teixeiro. Se trata de Jamal Zougam (1973, Tánger, Marruecos), condenado a 42.917 años por la matanza del 11 de marzo del 2004 en Madrid. Autor de 191 asesinatos, 1.856 asesinatos en grado de tentativa, cuatro delitos de estragos y pertenencia o integración en organización terrorista, fue el primer detenido tras la masacre. Aparte de colocar una o varias bombas en los trenes, era el gerente de la tienda de telefonía móvil Jawal Telecom, de Lavapiés, desde la que suministró la tarjeta localizada en el teléfono móvil de la mochila de Vallecas, que condujo hasta los autores del atentado. Aunque su castigo sea de 42.917 años, saldrá en el 2044. Si llega allí, lo hará con 71 años.

Desde su celda del módulo 13 podría haberse carteado con otros como él en distintas prisiones. Lo hacía a través de presos comunes para esquivar el control al que es sometido. Pero lo cazaron. Tras años en aislamiento, llegó a la prisión de Teixeiro en diciembre del 2015. Lo catalogaron como recluso FIES (Internos de Especial Seguimiento). Son peligrosos y muy vigilados. Todos los días se realiza un informe sobre su actitud con los funcionarios y el resto de presos. Disfruta del patio dos horas y media por la mañana y otro tanto por la tarde.

Fuentes penitenciarias dicen de él que en los últimos años ha mejorado mucho su comportamiento. Al principio, Instituciones Penitenciarias no lograba hacerlo entrar en vereda. «Era altivo y problemático, se quejaba de todo y por todo», según desvelan. Eran habituales sus enfrentamientos con otros reclusos. Antes de recalar en Teixeiro, estuvo en Soto del Real, Villena (Alicante) y Topas (Salamanca). Ha hecho huelgas de hambre, se ha enfrentado con otros presos e inundó de quejas las oficinas de Instituciones Penitenciarias. Porque él, según sigue diciendo, es inocente, víctima de una campaña policial y judicial sin parangón.

Ahora no es que sea como Bambi. «Sigue siendo el jefe, el matón, el yihadista al que todos respetan», destacan fuentes penitenciarias, «pero sin provocar peleas ni altercados». El problema ahora es otro y más grave aún, que este individuo trabaje ahora como captador de yihadistas en prisión y «quién sabe si también elaboraba listas de objetivos», según la policía.

En este «frente de cárceles» ahora desactivado están siendo investigados 25 yihadistas más. Una suerte de red de captación y adoctrinamiento que, según los investigadores, lideraría Mohamed Achraf, encarcelado tras la Operación Nova que en el 2004 desmanteló una célula de la yihad, y en la que Zougam podría ser otra de las piezas clave.

Más reclusos

En estos momentos, hay otro recluso en Teixeiro condenado por el 11-M. Se trata de Abdemaljid Bouchar. También en el módulo 13 y gran amigo de Zougam, saldrá de prisión en cinco años. La Policía lo bautizó como el Gamo, tras escapar a la carrera del cerco policial al piso de Leganés donde terminaron suicidándose siete de los integrantes de la célula que cometió la masacre. Detenido en Serbia en el 2005 y extraditado a España, fue acusado durante el juicio de ser uno de los autores materiales de los atentados, pero el testigo que durante la instrucción del sumario lo identificó como una de las personas que depositó una de las mochilas con explosivos en los trenes se retractó durante la vista. Por eso solo pudo ser penado a 18 años.

Junto a Zougam y Bouchar cumplen pena en Teixeiro otros 12 yihadistas detenidos en distintas operaciones. Fuentes de la prisión de Teixeiro cuentan que el comportamiento de todos ellos, en general, es bueno. El módulo es para temblar. Comparten espacio con ellos los etarras Zigor Blanco Santisteban, Joseba Borde Gaztelumendi, Zigor Bravo Saez de Urabain, Gregorio Eskudero Balerdi, Jesús María Gómez Ezkerro, Alberto López de La Calle Gauna, Luis Mariñelarena Garziandia, Andoni Murga Zenarruzabeitia, Emilio Salaberria Etxebeste y Oskarbi Jauregi Amundarain. Las relaciones entre yihadistas y etarras no es mala; si bien no se mezclan.

También cumplieron parte de su condena en el penal de Teixeiro el sirio Basel Ghalyoun, absuelto por el Supremo en el 2008. Los hermanos Bensmail también pasaron por el centro penitenciario coruñés.