Borrell defiende que las sanciones a Venezuela sin diálogo son «estériles»

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

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Luca Piergiovanni

Rechaza una solución militar, pero también la «aceleración del colapso» en el país

07 nov 2018 . Actualizado a las 07:59 h.

La política del Gobierno de Pedro Sánchez con respecto a Venezuela se acerca a las posiciones defendidas por el expresidente del Ejecutivo José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo papel de mediador es abiertamente cuestionado por la oposición al régimen de Nicolás Maduro.

El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, defendió ayer en el Senado que el exlíder socialista tiene razón cuando afirma que las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela tienen un impacto negativo en la situación humanitaria de la población porque congelan activos que podrían servir para prestar atención sanitaria o para la compra de medicamentos. Aunque diferenció entre esas sanciones y las que impone la Unión Europea, dirigidas exclusivamente a los altos cargos del régimen, Borrell insistió en que la política de presión sobre Maduro «puede ser estéril» si no va acompañada de «una activa línea que permita abrir vías» de diálogo.

El titular de Exteriores afirmó que es «un poco contradictorio» exigir más ayuda humanitaria y al tiempo mantener congelados activos venezolanos en Estados Unidos, aunque precisó que la Unión Europea «no ha hecho eso y no lo va a hacer». Defendió en todo caso el nuevo enfoque que el Gobierno español está manteniendo sobre Venezuela como un «compromiso constructivo». Pero ese posicionamiento fue cuestionado tanto por el PP, que le advirtió que «la tibieza es mala» y «no consigue nada», como por Podemos, contrario a la política europea contra Maduro, que consideró «hipócrita» defender el diálogo en Venezuela mientras «se siguen apoyando las sanciones y el bloqueo».

El senador del PP Luis Aznar advirtió que la acción que lleva a cabo España «se está viendo tremendamente perjudicada» por la actividad del expresidente Zapatero porque, aunque este actúe a título personal, el hecho de que el Gobierno esté obligado a proporcionarle medios a través de la embajada da «un tinte de oficialidad» a sus posiciones.

Respaldo a Zapatero

Frente a esas críticas, el titular de Exteriores afirmó que la embajada trata a Zapatero con la deferencia que merecen todos los expresidentes del Gobierno españoles, pero precisó que no sufraga sus gestiones. Advirtió que en todo caso la solución en Venezuela no puede ser en ningún caso una intervención armada, sobre la que dijo que hay «más que insinuaciones» y que rechazó de forma tajante, ni tampoco lo que denominó como una «aceleración del colapso» que defienden otros, sino una vía «democrática, pacífica y negociada» entre los propios venezolanos. El nuevo posicionamiento de España no implica que el Gobierno de Pedro Sánchez apoye un levantamiento de las sanciones de la UE, para lo que, según dijo «no concurren las circunstancias».

Admitió que en España hay 1.627 pensionistas venezolanos acogidos al acuerdo bilateral entre organismos de Seguridad Social a los que el régimen de Maduro debería pagar sus pensiones y que sin embargo no lo está haciendo. Frente a ello, explicó que no es posible que España se haga cargo de esas pensiones, y que lo único que puede hacer el Gobierno es llevar a cabo «toda clase de presión» para que Venezuela se las pague.

Rusia firma con España un tratado para abordar la proliferación de noticias falsas

España y Rusia acordaron ayer crear un «grupo de ciberseguridad» para analizar conjuntamente los problemas de seguridad y la difusión de mensajes falsos (fake news) por Internet. El protocolo fue firmado por los ministros de Asuntos Exteriores de España y Rusia, Josep Borrell y Serguéi Lavrov. «Proponemos crear unos mecanismos para el control de la ciberseguridad», explicó Lavrov, que se refirió a la difusión de noticias falsas procedentes de servidores rusos en votaciones como la celebrada en Cataluña en el 2017. Señaló que, como en el caso de los intentos de influir electoralmente en Estados Unidos, Suecia o Macedonia, «nadie ha sustanciado las acusaciones o presentado pruebas físicas». Reconoció, eso sí, que «al parecer», hubo ciertos medios rusos que se «salieron de su trabajo habitual» para difundir noticias en otros países, pero subrayó que nunca nadie ha podido vincular esas actuaciones con su Gobierno. «Nunca dijimos que fue el Gobierno de Rusia, pero es cierto que provenían de medios rusos», afirmó por su parte Borrell, en referencia a los ataques que recibió España en la jornada del ilegal referendo del 1-O. Agradeció a Rusia y a su presidente, Vladimir Putin, que «apoyara siempre la soberanía e integridad territorial de España en un momento en el que grupos independentistas trataban de proclamar la república independiente de Cataluña».