Simon Schama: «Los judíos se han convertido en el pueblo más cosmopolita y resistente»

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Tim Kirby

El historiador y documentalista británico presenta el segundo tomo de su trilogía «La historia de los judíos», poblada por personajes sorprendentes

07 nov 2018 . Actualizado a las 08:16 h.

Catedrático de la Universidad de Columbia, guionista y presentador de prestigiosos documentales de la BBC, Sir Simon Schama (Marylebone, Londres, 1945) es autor de una monumental La historia de los judíos, trilogía de la que acaba de publicarse la segunda parte, Pertenencia. 1492-1900 (Debate). No se trata de una historia al uso, sino de un relato poblado por numerosos personajes atractivos y sorprendentes, no solo rabinos o intelectuales, sino también de, por ejemplo, una poetisa en el gueto de Venecia, un boxeador en la Inglaterra georgiana o un general en la China de los Ming.

-¿Por qué «Pertenencia», que es el título de la edición inglesa?

-Porque la parte central del libro es responder a la pregunta de si es posible pertenecer a dos cosas al mismo tiempo, ser judío y seguir siendo francés, alemán o español. Algo que durante siglos no se les permitió. Hasta hace muy poco, una y otra vez, una comunidad judía se instalaba en una nueva tierra y cuando se sentía en casa era expulsada, a menudo con violencia. No he escrito mi libro como una alegoría de nuestros tiempos, pero es una cuestión muy contemporánea, que ahora se podría plantear preguntándose si se puede ser musulmán y español, francés o inglés. Es una cuestión profundamente humana, ¿podemos tener dos hogares al mismo tiempo?

-¿Y cuál es la respuesta?

-Ahora se está cuestionando de nuevo, incluso en EE.UU., donde no se discutía que se podía ser judío y americano, irlandés y americano o hispano y americano. Con Trump, por primera vez el odio a la inmigración marca la pauta de la política estadounidense, como el enemigo de la identidad nacional.

-¿Los migrantes de hoy son los nuevos judíos?

-Sí, totalmente. Me parece sorprendente que haya activistas políticos judíos en EE.UU. que estén a favor de la política anti-inmigración de Trump. Algunas de las cosas que se han dicho sobre los mexicanos, que son sucios, no hablan inglés y otras descalificaciones, son exactamente lo mismo que se decía de los judíos en Nueva York y en Londres en 1900.

-¿Cómo han logrado los judíos mantener su unidad habiendo sido expulsados una y otra vez?

-Desde tiempos bíblicos los judíos no han necesitado edificios, castillos ni palacios, se han basado en la escritura. Para crear una sinagoga lo único que se necesita son diez personas y la escritura. Eso es algo abstracto que se puede llevar de un lado a otro.

-¿Por qué cree que ha habido tanto odio a los judíos?

-Se les culpó de la muerte de Jesucristo y a partir de ahí vino todo. Se les odiaba porque podían prestar dinero y los cristianos no, lo que les puso en una posición muy vulnerable. También los judíos entraron en un número desproporcionado en profesiones relacionadas con la educación o la ciencia, lo que generó envidia. Odiar a los judíos es un trastorno psicopático, pero las persecuciones los han convertido en el pueblo más cosmopolita y resistente.

-¿De dónde ha sacado todos esos maravillosos personajes?

-De memorias y cartas. Por primera vez vemos a judíos de facetas muy diferentes, no solo rabinos o intelectuales. Por ejemplo, Daniel Mendoza, un boxeador judío, es fantástico, era el judío más importante de Inglaterra. Fue el primer boxeador famoso a nivel mundial, su cara estaba en todas partes, era como Muhammad Ali. Yo he sido como un ventrílocuo, he dado voz a esas voces.

-¿Por qué fue tan importante la expulsión de los judíos de España en 1492?

-Por el número de personas expulsadas: 100.000 se tuvieron que ir y otros tantos se hicieron conversos. Fue una enorme limpieza étnica. Además, los judíos habían vivido en España desde mucho antes de que llegaran los cristianos, desde la época romana.

-¿El antisemitismo aún persiste?

-Por supuesto, está muy vivo. En parte por el resurgimiento del nacionalismo populista, que siempre contiene un ataque implícito al cosmopolitismo y, por tanto, a la inmigración. Le voy a dar dos ejemplos. En Hungría, el primer ministro Viktor Orban llenó las calles con grandes carteles del multimillonario y filántropo George Soros, acusándole de atacar la soberanía del país. Recuerda mucho a cuando se denunciaba una conspiración del judaísmo internacional. Otro fueron las manifestaciones de supremacistas blancos en Charlottesville del año pasado, donde una de las consignas era «los judíos no nos van a reemplazar».

«Me preocupa que el nacionalismo radical resulte atractivo»

Schama se declara «absolutamente sionista», pero cree que «la única posibilidad» de resolver el conflicto israelo-palestino es que «haya dos Estados para dos pueblos, que vivan el uno junto al otro, la solución menos mala». «Soy muy crítico con el primer ministro israelí, Netanyahu, que permitió que haya un nacionalismo muy duro, pero creo que el Estado de Israel tiene derecho a existir».

-Algunos intelectuales comparan lo que está haciendo Israel con los palestinos a lo que hicieron los nazis con los judíos.

-Es absurdo, no vale la pena ni hablar de ello. No está matando a millones de palestinos en hornos crematorios. Es insultante para la moral y la inteligencia decir eso.

-¿Europa está en peligro por el ascenso de populismos y nacionalismos?

-Me preocupa que el nacionalismo radical resulte atractivo a muchos jóvenes. Pero es que no hay una narrativa heroica de la democracia liberal, porque la Unión Europea se está convirtiendo en una especie de gestora. Tendría que empezar a defender los principios de la democracia liberal con pasión y a hablar el idioma de las nuevas generaciones.

-¿Por qué ese auge de nacionalismos y populismos?

-Vivimos en un mundo sin raíces, sin anclajes, en una comunidad cableada y globalizada. La disyuntiva es pertenecer a una comunidad de seres libres o a una tribal y hay gente que prefiere lo segundo, ese es el problema.

-¿Qué le parece que el Gobierno español quiera poner en marcha una Comisión de la Verdad sobre la Guerra Civil y el franquismo?

-No creo que esa sea la labor de ningún Gobierno, eso solo puede conseguirse a través de grandes libros y documentales. Son los historiadores los que se deben ocupar de esto. Cuando se define algo oficialmente como la verdad siempre se genera una reacción en contra. Por otro lado, sin embargo, la comisión por la verdad y la reconciliación en Sudáfrica fue positiva.