El mar de sabores de la fruta de hueso: del peladillo a la ciruela, el melocotón o el paraguayo

No todas las frutas de hueso son iguales, ni por supuesto saben igual. Estas frutas propias del verano ofrecen a los consumidores un mar de matices y de propiedades que hay que diferenciar. Aprovechen para probarlas todas porque ya ha llegado agosto.

Nectarina amarilla

Parece que son de la familia del melocotón, pero una serie de mutaciones naturales acabaron dejándole una piel lisa y sin pelo. Aunque no hay duda de que tienen un sabor dulce, su aporta energético es muy bajo, unas 65 kilocalorías por cada 100 gramos. Tienen un alto contenido en vitamina C y en betacaroteno, además de ser muy ricas en calcio. Aunque no todas tienen el mismo calibre, las más grandes rondan los 3,95 euros el kilo.

Paraguayo

Conocido en algunos lugares como durazno japonés, también es una mutación del melocotonero. De ahí su aspecto aplastado. Es una fruta muy rica en antioxidantes, pero además dispone de un alto contenido en magnesio, hierro, zinc, fósforo, cobre y vitamina E. El kilo oscila entre los 4 y los 4,5 euros.

Ciruela rosé

Es una ciruela que se cultiva en la alta montaña de Aragón. Normalmente se reconoce por el logo de su etiqueta, una montaña con la palabra prémium a los pies, pero también por su dulce sabor. Es una de las ciruelas más tardías, además de tener una gran cantidad de nutrientes: vitaminas C, A, E, ácido fólico, B1 y B2, minerales como calcio, magnesio, hierro, yodo, zinc, sodio, potasio, fósforo... El precio del kilo está en los 2,99 euros.

Melocotón

El melocotón rojo suele recolectarse antes que el amarillo, que comienza a recogerse en julio. Pero estos días las dos variedades conviven en el mercado. El amarillo suele ser más carnoso y jugoso. Entre sus propiedades está su alto contenido en fibra, potasio y vitamina C, además de ayudar a proteger la salud del corazón. También contribuye a la formación de colágeno. Su precio está en unos 2,95 euros el kilo.

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